■ Alexander Russo ■
Había perdido gran parte de mi vida, preocupado por lo que fueran a pensar de mí. Temía ser tachado como un irresponsable y no ser digno de una familia, como cualquier otro hombre con sueños de tener algo realmente valioso para sí mismo... porque a todos se les tenia permitido soñar, incluso a mí.
Mi papá siempre ha sido un hombre sumamente respetado, venerado en la alta sociedad por sus decisiones, por la manera en la que protegía a su familia y lo mucho que presumía sobre ella. Allá en Italia, el lugar donde yo crecí, tener una familia bajo las viejas tradiciones era difícil, los tiempos habían cambiado, y el simple hecho de que Diego Russo lo hubiera logrado, que tuviera unos hijos intachables y una mujer excepcional, lo hacía un hombre respetado. A la vista de los demás, era simple y maravillosamente perfecto... excepto si eres tu el que sabe la verdad detrás de aquel teatro bien ensayado.
Recordaba lo mucho que admiraba a mi papá, lo orgulloso que me sentía al presentarlo como mi progenitor y el hombre que llevaba las riendas de mi hogar, después de todo... habíamos sido felices, aunque solo hubiera sido por un corto tiempo. Aquello cambio de la noche a la mañana, y lo mas doloroso... es que nunca se esta preparado para perder a las personas que creíste eran lo mas importante que tenias en la vida. Todo se resumía en una sola frase, "el amor todo lo puede" pero Diego Russo era muy hombre para dejarse llevar por los sentimientos. El perdón no formaba parte de su vocabulario, mientras que el castigo era la palabra más pronunciada por sus labios.
—Alessia Sachetti está en la casa de mis padres, exigiéndole a mi papá que llame a Alexander... Caterina... lo lamento tanto.—
Nadie sabe lo difícil que es pasar por ciertas situaciones en la vida, hasta que lamentablemente te encuentras con ellas de frente. Entonces, las personas que fingen ser felices son las que más sufren en este camino llamado "vida" porque su orgullo no los deja aceptar que tienen problemas, como todos los demás.
Había terminado de tomar un poco de agua en la cocina, cuando escuché los gritos en el pasillo. Reconocería la voz de Marcella donde fuera, y cuando escuche aquel tono desesperado que empleaba en sus palabras, no dude en correr hasta la entrada, abriendo la puerta de golpe hasta sujetar la madera con mas firmeza de la que me hubiera imaginado. La vi llorar, mientras Logan Clarke la sujetaba de la cintura con actitud protectora. Evité soltar un gruñido, odiaba que sus manos estuvieran muy cerca de aquel cuerpo que había reclamado como mío, pues Marcella se había convertido en la parte mas real de mi vida, la única que de verdad tenia sentido. Caterina, por otra parte, se veía abrumada, y el silencio pesado nos arropó como si fuera una gruesa manta para dormir.
—No sabes lo que estás diciendo... es imposible.—murmuró Caterina, sonriendo con incredulidad, dando un paso más hacia mi dirección, como si el suelo estuviera a punto de colapsar y necesitara encontrar aquella estabilidad que tanto le gustaba tener.
Las cosas nunca habían estado bien, o no desde hace unos años, y ver cómo Caterina no tenia idea de cómo enfrentar una situación más grande que ella hizo que mi estómago se revolcara. ¿Por qué? La admiraba, por su actitud inquebrantable frente al problema que fuera, tenía un espíritu fuerte, y si ella no podía resistir. ¿Cómo yo lo soportaría?
—Alex...—susurró Marcella, sin despegar sus ojos de los míos. Enjuagando sus mejillas, al tiempo en el que se alejaba del londinense y llegaba hasta quedar frente a mi. A pesar de todo, amaba esa manera tan natural en la que nuestros cuerpos se reclamaban, invitándola a estar conmigo y no con él. Demostrándome que pasará lo que pasará, ella era mía.—Mamá me llamó... yo no sabía nada...—
—¿Alessia Sachetti está con ellos?—pregunté, sin dejarla terminar, viéndola asentir con lentitud.—¿Vinieron por Madilena?—continúe, preocupándome más por el hecho de verla llorar y perder el control, por el solo pensar de que mi hija estuviera en peligro, y no tanto por el estúpido que la había acompañado.— Marcella.—
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SUEÑOS OLVIDADOS © | SL #1 - COMPLETA
RomantikPRIMER LIBRO DE LA SERIE "SIN LÍMITES" A los nueve años, Marcella Ames conoció lo que era el amor sin siquiera ser consciente sobre el enorme significado que poseía aquella palabra. Se preguntó a diario, ¿Por qué no era capaz de llamar su atención...