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Las noches de días miércoles en Madrid, no eran para nada diferentes a las de otras ciudades, excepto por las Vegas, allí todos los días son viernes o sábados las veinticuatro horas y todos los días del año.

Pero para el jueves 15, estaba en Barcelona.

A decir verdad, una de las cosas que más me ha gustado hacer, además de sacarme fotos, es dibujar planos y fachadas de casas. Entonces en Barcelona comencé un curso semi presencial, y a distancia de arquitectura.

En primer año, hice historia antigua.
En segundo, habitáculos y plantos.
En tercero, decoración de interiores.
Y por último, el cuarto año de historia moderna.

Entonces lo más aburrido ya había comenzado hacía más o menos seis meses y completo son ocho meses.

Todo pensamiento se esfumó cuando escuche la tonada de mi celular.
Entonces corrí hasta el pequeño living y tomé el apartado.

—¿Hola? –conteste de memoria atravesando los sofás de por medio y caminando hasta el baño de la cocina para lavarme las manos.

—Ya ni me conoces, y me lo dijeron, pero no les hice caso. Fui un tonto –sentí la sonrisa de él a través de la línea.

—Obvio, Martín. ¿Cómo estas? –le pregunté mientras terminaba de secar mis manos, tenía una obsesión por las manos limpias.

—Mal ¿vos?

—¡Como que mal! –lo regañe ante la tonada tranquila– ¿Que pasó?

—Estas muy lejos... –comentó.

—Tu también estás muy lejos.

—Pero yo no sé qué es lo que haces.

—Celoso.

—Sólo cuido lo que es mío.

—¿No es tarde por ahí? –pregunté observando como comenzaba a salir humo de mi comida que estaba sobre la llama controlada en la cocina.

—No para mi ¿Por qué? –rió y escuche como cerca de él otro hombre le dedicaba un «—Callate boludo que rápidamente supe que tenía de compañero a Federico Delbonis.

—Nada aquí son las once menos veinte y todos están durmiendo, y yo recién tratando de cocinar. –le dije cuando controlaba si había apagado todo lo que se podía quemar. Y escuchaba que Martín salía o entraba de una habitación ya que había abierto y cerrado una puerta.

—¿Que tal estás para el viernes? Vi que el sorteo se hace a las dos de la tarde de Barcelona.

—Si... Yo estoy bien, formaron un equipo muy bueno. Y lo mejor es que yo pueda participar. Y mientras el sorteo nos favorezca excelente. –sentí como bostezo.

—Deberías dormir

—Y tu deberías estar aquí conmigo.

—Ojalá pudiera –mi sinceridad se abrió paso

—Pero en vez de eso, vas a comer pizza con uno de los amigos de tu papá.

Re Whatss.

—¿Como? –dije tanteando de guiarme por el camino en el que me llevaba. Wow

—Caro, Caro. ¿Tienes segundo nombre? Nunca me lo dijiste. Pero bueno, te diste cuenta que hace un mes nos conocemos y tu ya sales con otro.

«—¡Pablo HelniksDijo mi mente.

—No sabía que teníamos reglas...

—Buen punto, pero tienes toda la razón, por que en fin no somos nada ¿no? –hablo lo más rápido que pudo mientras trataba de asimilar lo que sucedía.

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora