59 Último Capítulo

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No fue la noche del veintiséis, y yo estaba nerviosa, intranquila, y terca muy terca.

Roger, se ofreció a llevarme al departamento que desde chico Arthur había comprado.
Que horrible se sentía escuchar ese nombre y a la vez escuchar como mi corazon se partía.

Acepté al final.
Quería estar sola, lo más sola posible. Dejarme llevar por aquel temporal y tal vez dormir, hasta dentro de un año o toda mi vida.

Esa noche no la olvidaría jamás.

Mientras en el elevador bajaba discutiendo con Paulina, Anni, Roger y Geoff me acompañaban. Los dos hombres estaban asignados para cuidarme, mientras que Anni sólo me ayudaría.

La discusión comenzó en el lugar en donde yo quería sólo quedarme esa noche allí arriba, dentro de la habitación, y en la cama.

Pues Paulina se negaba por completo a que entrara en un pico de depresión.

Y supuestamente era una cena y nada más. Pero lo dude.
Aquella comida, aquella cena, tenía un sabor no muy agradable, mi estómago estaba cerrado y me negaba a comer algo más.
Aún que por dentro sentía mi estómago más lleno de lo normal, me costaba sentarme derecha y no dejarme caer sobre Roger o Geoff.
Tenía bastante sueño y me costaba entender los diálogos con Paulina.
Noté como su rostro cambio a enfado observando hacía algún lugar, pero no podía luchar con mis ojos que se cerraban cuando Paulina se levantaba.

Roger era muy cómodo.
Demasiado para que yo llegara a soñar con un campito de flores, una pequeña casa con adornos navideños, dos sillas en el patio y un chiquitito dando vueltas.

Un dolor en mi estómago me hizo gritar un alarido.
Pronto me di cuenta que había estado sudando frío y que el dolor que sentía lo provocaba estar sentada.
Observe sólo a Roger que me protegía, Geoff y Anni al parecer se había levantado con Paulina, lo más pronto que ví fue a mi hermana.

¿Que hacía Clarisa allí?
Y me levanté totalmente furiosa, sintiendo como mis pies respondían solos ante el mareo que sentía mi cuerpo. Roger evito que siguiera caminando, y cuando ella me vió, ninguna facción de su rostro cambio.

Tenía la mirada confundida, sus ojos estaban oscuros y rojos, su cabello despeinado, y su actitud pesada.

—¡Te lo dije! –me gritó entre Geoff– ¡Te dije que no te metas con ese infeliz! –dijo tratando de pasar sobre el guardia, pero era totalmente en vano.

—Son decisiones mías. –admiti mientras ella se desesperaba y Paulina trataba de calmarla.

—¡Decisiones! ¿ERES ESTÚPIDA? –gritó ante todos los clientes de aquel restaurante– ¡TE HA EMBARAZADO Y SE HA IDO, TE HA CONVERTIDO LA VIDA EN UNA MIERDA! ESTÚPIDA.

—No me interesa. –le dije cansada de todo y me retiré despacio junto a Roger, pero antes de cruzar la puerta por completo escuche una palabra.

—Caro. –era mi nombre, me giré despacio para observar a Roger negando el paso de un hombre.

Evitando que alguien que me había echo mucho daño se acercara a mi.
No era Arthur, era alguien mucho mejor, alguien que me llevo mi corazon, alguien que a pesar de todo seguía amando, alguien que cada vez que veía la vida cuidadosamente cuidada que llevaba se desmorona y dejo todo, absolutamente dejo todo por estar un momento con el.
Con sentirlo cerca mío.
Con sentirlo sólo mío.

Aquel que me hizo olvidar las reglas de la vida.
Que me deje llevar por él, sólo por el, me deje inspirar y manejar ante sus palabras, ante su juego.

Realmente mi vida personal se había convertido en un desastre.
Se había ido por la basura.
Y deje que se fuera todo.

Después de unos segundos me retiré del lugar por completo, y camine sobre la nieve entre Roger y Geoff.
La noche estaba hermosa. Muy fría, pero hermosa.

Las calles estaban silenciosas y alguna que otra pareja recorría el espacio céntrico.

No podía creer hasta donde había llegado, la gente que había conocido, los seguidores que había obtenido y las personas que habían quedado en mi corazón.

Si hace cinco meses me hubieran comentado que un cuatro de agosto, comenzaría toda mi vida, que conocería al amor de mi vida, que olvidaría a mi ex, que olvidaría mi vida, que mis amigas se alejarían, que tendría un bebé creciendo dentro mío y que me casaría, si hace meses me lo hubieran comentado, me largaba a reír, no lo hubiera creído.
Yo no planeaba casarme, yo no tenía planes, sólo ansiaba saber que tan lindo se sentía ser amaba, quería aprender de la vida y lo que anhelaba era ser feliz, ser feliz y nada más.

Estuve muy feliz con Juan Martín, y creó que por un momento llegue a tener lo que deseaba, pero todo salió mal.

Hoy puedo decir que lo que tuve con él, terminó.
Que todo terminó, que no hay lugar para una relación más extensa.
Hoy me siento vacía. No tengo mi corazón y mi mente me abandonó.

Pero tengo algo que me queda.
Algo muy importante.
Un pequeño bebé, que crece en mi vientre. Un niño, que es mío y estoy decidida a amarlo, a cuidarlo y a guiarlo en su vida. Estoy dispuesta a nunca negarle mi amor, sin importar nada.




¡Felíz Navidad! Ojalá la pasen muy bien y en familia que es lo más importante.
Es en último capítulo de la novela y ojalá les halla gustado mucho este corto periodo.
#HappyHolliday's

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora