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Fue el miércoles 14, que mamá llegó de Argentina. Junto a papá, las dos perritas de mamá, la novia de mi hermano, Lucía, Melissa, Pablo y Claudia mi abuela, y la hermana de papá Gladys junto a Denis el hermano de papá y su respectiva novia Gema.

—¡Bienvenidos al living! –anunció Paulina dentro de la gigantesca casa que Arthur poseía a las afueras del centro de Madrid. Precisamente a treinta y tres minutos de mi apartamento.

Faltaba mi hermano. El cuál estaba aún en nuestro país. Y como obviamente en plena casi madrugada del jueves tomé un avión ya programado con destino a Argentina.

Para el jueves a las seis y cuarenta de la mañana el primer avión, aterrizaba en tierra cordobesa.
El aeropuerto recién abría sus puertas pero ahí estaban mi hermano, y cuatro de sus amigos.
Lucas estaba en primer plano, de ahí le seguían Rodrigo y Nacho que venían abrazados, y quedaba Nico Vázquez que hace años no lo veía.

—¡Mi Siis! –grito mi hermano en el abrazo grupal.
Nico se encargó de apretarme en un abracito de oso hasta dejarme sin respiración y hasta que Lucas me salvó del pequeño apretón.

—¿Como estas? –me pregunto Lucas en el instante que abrazo. Y me susurro, Lucas era el único que sabía, aparte obviamente de Paulina.

Rodri, Nacho, Nico y mi hermano fueron por algunos cafés, mientras que con Lucas decidimos buscar una pequeña mesa para esperar los chicos.

—Tu hermano me ha preguntado que pasó el otro día en la boda, contigo y tu novio. Por que los vio distante y que pasaste más tiempo conmigo que con él.

—Lucas, de verdad estoy embarazada. –le dije admitiendolo es voz baja– Pero no me he acostado con mi novio.

Ante mi confesión Lucas, soltó su agarre de mi mano y abrió su boca con signos de no poder respirar bien.

—¿Cómo? –preguntó de repente y le hice señas que se acercaba Rodrigo y Nacho trayendo nuestro desayuno.

—Café para la bonita, chocolate para el gol. –dijo Rodri y automáticamente pensé que no debía tomar café.

Observe a Lucas y de un movimento rápido cambio los vasos.
También vi como le daba un trago y fue como el rostro que hace un bebé al probar limón.

—Lucs… –le susurro y el me giña el ojo.

Terminamos y como Rodri, Nacho y Lucas deben volver a la concentración, nos vamos un poco rápido del aeropuerto, cuando llegamos al estacionamiento, hacen piedra, papel o tijera para ver quién lleva a Nacho cargado sobre sus piernas. Al final perdió Rodrigo y tuve que cargar a Nacho. Mientras Lucas tomaba asiento en el medio y yo tomaba la otra ventana del lado contrario de Rodrigo. Y como mi hermano manejaba era el dueño del auto y Nico se encargaba de pelearse con su novia.

—Che andamos mal con novias… –dice Rodri ante la narración de Nico de la pelea– Miralo a Guille la novia se quiere casar.

Dijo el delantero de River nombrando a mi hermano con su segundo nombre.

—Rodri y Driussi con la Fick, imagínate. Lucas con la bombona castañ…

—¡Ey! –dijo Lucas mientras empujaba a Nacho para que no siga hablando.

—¡Lu es una bombona! –aclaro Nico de repente.

—¡Nicolás y tu re conc** ¿que te pasa?! –le dije y está vez fui yo la que le pegué a Nico.

—Sorry, Caro nadie te supera a vos. Pero la minita tiene las re… –he hizo un gesto con sus manos como agrandando los pechos.

—Pero aclaremos que sólo es una minita, a Caro no le llega ni a los talones. –dijo Rodri.

—Se hizo conocida por Lucas. –hablo mi hermano.

—Salga con quien sea, va a seguir siendo una minita.

—Aunque le da duro a Lucas. –susurró Nico y volví a pegarle.

Mientras reímos con las anecdotas de Rodrigo. El hotel en donde se mini-concentraban los jugadores de River era en el que podíamos pasar los siguientes dos días.

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora