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—¡Caroline! –gritaron en la habitación, levantándome de los brazos y produciendo que despertara.

Mis lágrimas recorrían mi cara y cuello, mis manos estaban moradas y llevaba ropa con lunares.

Dennise me comprendió al escuchar mi relato. Pensó que eran cosas del momento, pero yo sabía que debía significar algo.

Ese martes 19 a la tarde, salí del hospital, dándome por vencida a los eventos de mi agenda.

Dennise y yo viajamos hasta Cancún.
Ese día no fue para nada feliz.
Mamá está con Gino, y olvide mencionar el increíble conocimiento de Gino en medicina y psicología.

Dennise tomó mi maleta y dos pasajes, con hora de llegada a las 19hs. México, Cancún.

Respiros, aire, playa y amistades.

Lo mejor para estos días.

Podría vivir observando la ventanilla de aquel avión, en ese asiento de primera clase al lado de Dennise.

Pero mi mente estaba en otro lado.
En Inglaterra, en Londres precisamente dentro de una cancha de tenis. De las clásicas de Wimbledon, de césped.

Juan Martín, tenía una nueva acompañante. Nathacha Morris, la tenista estadounidense de veintiún años. Y ay por qué negar.

La relación terminó mal, él y ella se conocían y estoy segura de que fue mucho más que citas de trabajo y juntas para algun photoshop de revistas.

Debí haber borrado ciertas conversaciones, que cada vez que leía los mensajes recordaba cosas.

Llegamos de tarde cerca de la 19 y 15. Y Gino me actualizó sobre el tema de mi madre y le felicité.

La casa que alquiló Dennise, me tomó por sorpresas.
Era la mansión más parecida a un fachero palacio, la había visitado hace bastantes años. En donde agradablemente mi padrino y su pareja formalizaron ante la iglesia y ante la ley.

Grabezt pas à nous. La mansión francesa, deslumbraba por los diferentes espacios dentro de ella.
Tenía una fachada impotente, a la vez romántica y lujosa.
Pero dentro su atracción pasó de ser la gran escalera real, para convertirse en Emma Laprhowisky y Mirian Pleskunou.

Y de pronto eramos cuatro muchas en las previas de las terribles fiestones en amigas.

Emma, Miriam, Dennise y yo, habíamos formado un grupo de cuatro muchachas, en donde no era necesario tener que sobrevivir afuera.
Emma era la cantante del grupo, conocida en youtube, y clasificada por ser la amiga de Justin Bieber, además de ser la más joven del grupo.
Miriam, era la mayor por lo tanto a la que menos desgastábamos era a ella, de una cierta carrera complicada, era la más intelectual y femenina del grupo.

Dennise en este caso, también era joven, pero no tanto como Emma. Ella cumplía la función de ser la más desordenada, la vivaz y también no faltaba la más parecida a un 'hombresito', pues había convivido con seis hermanos mayores, y sus gustos son como los de hombres, excepto por amar a los futbolistas pero en sentido más femenino.
Y yo... No se que función tenía, sí bien era de las más maduras en el grupo, en estos momentos eso no era mi preocupación, a mi lo único que me gustaba era sacarme fotos. Y eso a las muchas les caía bien.

Dennise era la perra dos.
Emma era la perra tres.
Miriam era la perra cuatro.
Y yo era la perra, nada más.

Una súper merienda me recibió.
Y tomamos asiento sobre los sofas blancos marfil.

Y luego salimos a caminar, tranquilamente por los espacios céntricos más cerca de las playas.

—¡Pero yo le dije a Caro!

—¡Ya sé! Pero debatíamos si dormir a fuera hoy o mañana.

Y Dennise se había cruzado por décima vez con Emma.

Mi celular me advirtió un mensaje entrante y lo leí, era mi tía. Melissa.
¡Se iba a casar! ¡Con el amigo de papá!

Wow.

Lunes 19; dormimos afuera y Dennise terminó mojada por los aspersores nocturnos y vespertinos.
Además de Miriam, que la lanzamos de panza a la piscina.
En la tarde compramos todo tipo de bebidas para una de nuestras típicas juntas.
En la noche la casa era un desastre que iba y venía al ritmo de JBalvin, Pitbull, Don Omar, Daddy Yankee, Nicky Jam, hasta veces Maluma y Plan B.
Martes 20; La mañana ni sucedió por que nos levantamos a las tres de la tarde, lo normal. Pero había un muchacho en la habitación de Emma y con Emma adentro.
Nos reímos todo el día de lo sucedido ese fastidioso día.
A la noche comenzó la vigilia miedosa, al estilo nada más y nada menos que Screen Queens.
Encendimos el aire a tres grados bajo cero, y nos vestimos de gala en musculosas y ropa 'peluche', nos maquilamos como «Princesas Hielo» y comenzaron las siete películas de miedo más feas y sangrientas de lo últimos cinco años.
Miércoles 21; ¿Para qué? Las manchas la noche anterior, creyeron que un Red Devil, se les iba a aparecer si iban al baño solas o si se dormían, las iban a matar.
La tarde del miércoles, planeamos dormir fuera de la mansión, para dormir dentro de la casa del vecino.
Una noche de hombres. Nos toco.
Nos invitó a una especie de 'pijamas nocturnos' según ellos a eso de las 21 a la luz de la luna debíamos meternos por las ventanas del segundo piso y entrar a la casa.
Las condiciones eran; la clásica noche de hombres.

En eso las cuatro, pensamos en cosas diferentes.

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora