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Desde el medio día anterior debía haberme dado cuenta.

Hoy ya es tarde.

Hoy ya es tarde.

Grité en mi habitación mientras destruía un almohadón con un pequeño entrenamiento de boxeo.
Lo destruí por completo abriéndole con mis manos por el medio y sacándole todo su interior, destrocé la habitación, tire los pequeños bancos, y corte mi ropa.

No lo creía.
No podía creer que Arthur…

Que Arthur no.

Flashback

Pues comenzaba aquel veinticinco, con la Navidad más perfecta que hubiera podido obtener.
Arthur se había comportado un poco distante y a la vez más cariñoso.
Mi madre estaba enloquecida. Se había enterando que estaba embarazada. Y obviamente no fue lo mejor para ella.

Pronto mamá me había asegurado tener una charla a fondo con Arthur sobre el bebé que venía en camino.

Pues no me importaba en ese momento, sería mi bebé y no el suyo.
Estaba totalmente contenta.

Después se revolucionó el lugar y comenzó una fiesta en el desayuno.

Fin de flashback

Hasta ahí recuerdo como era Arthur.
Por que no está, por que desapareció.
Por que se fue sin decir nada.

Y con no decir nada dijo todo.

A las 22, ya había un informe por televisión. Pronto se hizo una expansión por internet y cada medio hablaba de donde podría estar y que causas podían haber decidido para que el se fuera.

No entendía lo que sucedía, en absoluto la madre de Arthur estaba segura que me escondía algo, pero no estaba segura al cien.

Los minutos pasaron y ya no estaba en esa mansión rusa, había tomado un paseo, con Roger y Geof dos muchachos de seguridad. Conocían bien Rusia para caminar por un lugar tranquilo.
Necesitaba respirar y a esa hora era inapropiado.

Tarde en sentir algo muy helado en mi cabeza, pero era lo único que me calmaba de aquella desolación que sentía.

Sentí también que el mundo se movía y que estaba muy fría, pero estaba soñando, estaba inmovil pero a la vez no. Sentía música fea y ruido de automóviles.

El sueño me venció por primera vez y me sentí más cómoda, no me dolía la cabeza y estaba tranquila sin nada que pudiera molestarme.

Me moví intranquila sintiendo el peso de mi cuerpo, no veía nada por la luz del sol, justo me daba directo a los ojos y me giré pero fue en vano.
Algo en mi mano me causaba dolor de un pinchazo, pero era todo raro.

Era un hospital y estaba segura que había tenido una recaída, más seguro, por falta de azúcar.

Le pedí a gritos furiosos a Anni que me sacará aquellas agujas de suero de la mano.
Y me levanté dos segundo después, casi en plena madrugada del lunes veintiséis.

Lo que había dormido era realmente mucho. Y mucho de cuestión de aquel secuestro de mi Arthur.

Roger, me saco del hospital diez minutos después, al momento de poder volver a algún sitio más seguro.
Pero nada se me hizo seguro, al ver en todos los portales de internet, la escandalosa noticia de mi embarazo prematuro. "Un secuestro y un bebé" decía descaradamente una de ellas.

Pues al entrar al hospital, notaron mi embarazo junto a los estudios que debían preparar.

Pero ya estaba ansiosa.
Ansiosa por que me había enterado que habían pagado una suma de dinero a cambio de la prenda para aquellos secuestradores.

Esas siguientes horas me fueron fatales. No sabía que hacer, que decir, como actuar, estaba totalmente mal.

Cómo era aquello que de un día hacía otro ya no tenía a nadie conmigo.
Que nadie me podría proteger, que nadie dormiría las próximas noches conmigo, que mis futuros hijos no tendrían un padre, que pasaría con mi familia, con mis padres, con la desilusión.

Pero tenía algo en concreto, me volvería totalmente loca.

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora