32

82 3 0
                                    

La mini mansión, amaneció nevada.

Y aún nevaba.

El desayuno de parte de Paulina fue muy cerca del patio trasero, con una vista increíble hacía los pinos.

Arthur estaba en la supuesta oficina, dónde era su espacio privado.

La casa estaba llena de fotos, seguramente de su familia. Tenía adornos como jarrones, flores que parecían de oro, también había espadas y una gigantesca biblioteca que se extendía desde el primer piso hasta el segundo, y estaba ubicada justo en medio de la casa.

Mi celular me informaba un nuevo mensaje de whatsapp.

Lo abrí creyendo seguramente que fuera mi madre, pero al ver el inicio del número lo escondí rápidamente entre mis manos.

La cabellera negra de Paulina no se movió al sonido del celular, sólo siguió observando la Tv.

Pronto observé el mensaje.

*Whatsapp*

Delpo ❤ (en línea)

     Tengo uno de tus anillos en uno de mis bolsillos…

¿Cómo llegó ahí?    

     Son cosas tuyas yo no sé 😏

¿Es un celeste?    

     Sí, de plata. Un día me explicaste que te lo había regalado tu mamá…

Sí ya sé cuál es    
¿Dónde estás?

     Argentina. Por fin… 🙌🏆
¡Ya tengo dónde hacer ensalada!

Qué tonto que sos. ¿Cuando    
me vas a cocinar algo?

     ¿Cuando venís por aquí?

Para el jueves    

     Dalee nos juntemos!!

¡Vamos a ver el partido    
de River!

     De boca!

¿Quien los conoce a esos?

     Yo 🏆🙌

😐😑😐😑😐😑

     ¿Vamos a ver el partido
en mi casa?

Donde vos quieras    

     😏😏 Yo en mi casa, con vos.
No lo pienses tanto.

Pendejo.    

*Fin de Whatsapp*


Paulina, arregló unos días de descanso después del mismo miércoles.
Melissa se casaría el próximo diez de diciembre con uno de los mejores amigos de papá, Juan.

El miércoles 30, un avión partía hacía Argentina. Arthur regresaba a los Estados Unidos. No terminamos mal al final, arreglamos las cosas y el compendio que Juan Martín ya no significaba absolutamente nada para mí.

Pero pensándolo mejor, Juan Martín significa muchísimo para mí. Más de lo impensable.

El jueves a las 6 y 3 minutos el avión aterrizó después de la terrible noticia que sacudió al mundo futbolero y al resto sobre el equipo brasileño de fútbol Chapecoense.
Mamá estaba esperándome sentada en un asiento la sala de espera, con un clásico café en sus manos y sonriendo mientras que conversaba raramente con ¿Juan Martín?

—Mamá. –dije apenas llegué cerca de ellos deje mi valija al lado de Paulina y los observé a ellos.

—¡Caro! Anoche ni dormí. –dijo mamá mientras me abrazaba y observé del otro lado a Martín.

Un «Despues te explico» salió de sus labios. Luego me abrazo y beso mi mejilla.

Le presenté a Paulina a los dos.

Y pronto nos hicimos dentro del centro de Buenos Aires.
La mañana se presentó un poco calurosa, Paulina se hospedó en un hotel y averiguaría algunos eventos a los que pudiera asistir o marcas que estén buscando representantes.

Mientras tanto, con Martín y mamá. Fuimos caminó a almorzar.

Clarisa todavía estaba en Argentina.
Mamá me comentó que firmó contrato para un beach voley. Por lo tanto la temporada comenzaría después del 15.

El jueves observamos el partido de River frente a Gimnasia de la Plata por el pase a la final de la Copa Argentina, copa nacional que ofrece al ganador además de una suma de dinero muy importante, el pase a la gran Copa Libertadores de América, que en esta ocasión no tiene a algunos de los equipos más grandes de cada país, pero sí a los que se merecieron durante todo un año llegar a la final es cada una de sus competencias.

Al final River Plate ganó por un total de 2 goles a 0 a Gimnasia. Con Driussi y Alario cómo goleadores.

El partido término cerca de las 23, hora para unos clásicos sándwichs argentinos.

J.M. Del Potro ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora