De la guerra, el odio y otros amores (Libro 1 de amores y otras aberraciones)

XVII

Solo 20 caps más y todo habrá terminado *se va a llorar*:c

Disfruten mientras puedan :3, con amor Taylor

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Maratón fin de semana 4 de 4

Camila

—¡Ah! Muerte, fin del infortunio y principio de la felicidad, sé bienvenida. No temas herirme en este instante; no prolongues mi vida un segundo si no quieres que mi espíritu se afane en buscar el de mi adorado entre ésos que ahí yacen. Y tú, mi dueño querido, Romeo, mi leal esposo, si es que aún sientes lo que digo, recibe a la que has amado fielmente y ha sido causa de tu fin violento. ¡Yo te ofrezco gustosa mi alma para que nadie goce después de ti del amor que supiste conquistar, y para que ella y la tuya, fuera de este mundo, vivan juntas por siempre en la mansión de la eterna inmortalidad! Y esto dicho, rindió el último suspiro—las lágrimas comenzaron a caer con debilidad sobre el libro y tuve que cerrarlo para que no se arruinaran las páginas con las pequeñas gotas que mostraban la emoción que sentía hacia aquel momento donde había acabado con la historia de amor más trágica y mágica que había leído alguna vez,sin embargo, tuve que apartar rápidamente aquellas lágrimas cuando noté que unos ojos verdes curiosos me miraban con una risa nata de ellos.

—¿Estás llorando Camz?—me preguntó Lauren mientras yo negaba la cabeza limpiando mis lágrimas —Eres una bebé para llorar por eso —recriminó volviendo a sonreír,yo fruncí el ceño ante su respuesta, ¿cómo siquiera podía burlarse si ella sufría por todo?

—Enserio princesita—bufé —¿un bebé?—enarqué la ceja tratando de enojarme con ella,pero hace mucho aquel acto era simplemente imposible así que dejé el libro en el piso mientras me recostaba en la cama, mis heridas estaban mejorando y podía moverme con facilidad sin sentir aquel dolor punzante que siempre se desataba con cada acción.

Lauren suspiró mientras me miraba curiosa con una sonrisa que no esperaba de sus labios.

—¿Quién lo diría?—refutó mientras sus ojos me veían divertida—La chica que fue capaz de desafiar a un soldado alemán, termina llorando por un libro de Shakespeare—rodé los ojos ante sus palabras—irónico ¿no?—sugirió con esa sonrisa burlona que tanto odiaba y que a la vez por alguna extraña razón también estaba comenzando a adquirirle un gusto a tenerla a mi lado.

—¿A qué hora te vas?—pregunté fulminándola con la mirada mientras ella seguía riendo por eso—Deberías irte ya —comenté y ella rodó los ojos dejando salir un lánguido suspiro que acaparó toda la pequeña habitación donde me encontraba. No estaba segura de cuánto tiempo llevaba aquí,pero lo que si sabía es que podía darme cuenta que Lauren había cambiado desde la última vez que habíamos estado en el mismo barracón. Podía ver como sus ojos perdían el brillo tan autóctono de ella cuando salía de este lugar y como muchas veces había notado como las lágrimas gritaban al silencio presente que querían salir pero ella las retenía tratando de ocultarlas en medio de sonrisas y comentarios.

—Te extraño—dijo finalmente sin mirarme —Extraño sentirte cerca en las noches—respondió encogiéndose de hombros y a mi me pareció lo más tierno que había escuchado en mucho tiempo, vi como la mirada de Lauren no dejaba de verme de reojo como si esperara algún tipo de reacción de mi parte frente a su afirmación,pero yo solo me quedé helada frente a sus declaraciones porque jamás me lo hubiera esperado.

—¿Quieres quedarte aquí por esta noche?—pregunté esperando algún tipo de respuesta de su parte hasta que vi como asintió tímidamente frente a mi pregunta.