De la guerra, el odio y otros amores (Libro 1 de amores y otras aberraciones)

XVIII

Lauren

—Lo amo —respondió entre suspiros Rachel mientras intentábamos dormir,llevaba semanas enteras hablando solamente del doctor Bohman y aunque me sentía feliz por ella, la verdad es que el tema llegaba a cansarme pero aún así trataba de escucharla atenta mientras el sueño intentaba caer sobre mí. A pesar de que ésta última semana la rutina se había mostrado más apretada que en cualquier otra temporada, prefería aquello porque el frío que caracterizaba a esta parte de Alemania comenzaba a entrar en nuestros cuerpos y ya había visto que muchas buscando aquel descanso frente a las arduas tareas que nos imponían finalmente desfallecían porque el frío se apoderaba de sus cuerpos—Y él me ama —aseguró con una sonrisa que envidiaba porque ella no tenía que preocuparse más allá del control que podía imponerle el doctor Bohman frente a su vida . Asentí tratando de seguir su conversación pero realmente tenía otros pensamientos en mi cabeza y entre ellos estaba el hecho de que quedaban unos días antes de que finalmente se diera el traslado que Erich me había mencionado y eso me aterraba porque no sabía que iba a ser de nosotras sin su protección.

—¿Se irán el viernes ?— le susurré al oído y ella asintió ante aquella pregunta, yo me limité a suspirar porque solo quedaban tres días para aquello y el miedo comenzaba a apoderare de mi cuerpo de una forma que hace mucho tiempo no sentía —Me alegro por ustedes—sugerí tragando saliva ante aquella realidad mientras Rachel no dudó en acercarse a mí y darme un cálido abrazo.

—Hablé con Erich , Lauren — me dijo despacio para que nadie más escuchara—Las sacará a ambas , a Camila y a ti — mis ojos se abrieron sorprendidos ante aquella oportunidad —Jamás sería capaz de dejarte en este lugar luego de todo lo que has hecho por mí , por ambos —las lágrimas comenzaron a salir sintiendo esa opresión en el pecho que no estaba segura que si era emoción ó era una extraña mezcla del miedo de darme esperanzas de ese tipo —Al principio solo quería que te fueras con nosotros , pero sé que te importa mucho Camila —respondió con una sonrisa —No te preocupes, todo va a terminar el viernes —asentí tratando de digerir todo lo que me decía pero no me sentía en condiciones para llenarme de ese tipo de esperanzas, creía en la palabra de Rachel y en la buena voluntad de Erich , pero habían límites entre creer en falsas fantasías que aún no se presentaban y no creer nada después de todo lo que habíamos pasado.

Sin embargo, no era nadie para destruir aquella ilusión que se mostraba en los ojos de la castaña así que me limité a abrazarla buscando refugio entre su cuerpo delgado.

—Gracias Rachel —respondí con una sonrisa —Gracias por todo —ninguna de las dos dijo más y simplemente dejamos que nuestros cuerpos cedieran cansados frente al sueño que se presentó unos minutos después.

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A veces se me hacía difícil creer en las palabras de que la guerra ya estaba casi terminada, todo el mundo sabía de que constantemente se podían escuchar a los aviones en el cielo y como se estaba reduciendo el personal a pesar de que en los últimos días la cantidad de trenes que llegaban era avismante, a tal punto que muchas tenían que dormir fuera de los barracones porque no alcanzaban a tener algún puesto donde dormir. No obstante, nada era muy distinto a todos los meses que ya llevábamos en este lugar, nos seguíamos levantando a una hora que me parecía inhumana porque apenas habíamos podido dormir cuando ya sentíamos el sonido de las guardianas levantándonos, las revisiones seguían dándose tres veces al día solo con la particularidad que la crueldad era cada vez mayor porque al ser muchas más chicas condenadas; las guardianas utilizaban todo el tiempo de la revisión para mostrar su crueldad y trataban de no seleccionar a muchas sino torturarlas en el mismo momento, muchas veces llevándolas a la muerte.