Capítulo 9

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            No se cuanto más he estado al fondo de la miseria, siento que mi estomago esta en medio de una fogata, ardiendo a fuego lento con un montón de chile piquín. Normalmente no soy una persona que diga groserías, ya que mi madre Elizabeth siempre me golpeaba cada vez que las decía, pero ahora mi estomago arde como la puta madre. Quiero gritar, en serio que lo haría sino es porque André no deja de meter hielo en mi boca, creado por Thomas y no sé como lo hace; además, Iván está arriba de mí, haciendo algo con sus manos que desprenden pequeñas hondas azules y moradas.

Thomas también está invadiendo mi zona personal con un pequeño tazón, preparado para cuando escupo el hielo y Esmerald simplemente está sentada en el suelo, recargada en una de las paredes mirando a la nada.

— ¡Por favor! —suplico, André mete más hielo, pero lo escupo—. Estoy mejor.

— ¿Te duele? —Iván pone una mano sobre mi abdomen y gimo de dolor.

— Lo mismo le pasaba a Victoria —dice André—. También a Mila, el desaparecer les produce nauseas. Charlie es un caso diferente, siente mucho dolor.

— Utilizare un hechizo más poderoso.

— ¿Qué? No...

Es inútil, André mete más hielo a mi boca e Iván pone sus manos sobre mi estomago, comienza a recitar un montón de palabras en un dialecto extraño y yo siento como si el hielo de mi boca se propagara por todo mi cuerpo sintiendo un dulce alivio en todo mi ser.

Suelto un suspiro, mi cuerpo se siente laxo y sin fuerzas, cierro mis ojos para absorber el dulce alivio de mi estomago hasta que todo mundo se aleja de mi y dejan que descanse por un momento. El sueño me ataca repentinamente, los hielos se derriten en mi boca, André dice que me dejen en paz y no puedo estar más que de acuerdo.

Él va hacia su escritorio y comienza a revisar un par de cosas en la computadora junto con Thomas. En cambio, Iván se acerca a Esmerald para preguntarle que le ocurre. Mis ojos se cierran, pero mi cerebro sigue despierto, así que me quedo así por un tiempo, escuchando lo que dicen los demás.

Thomas le dice a André como utilizar los microchip dentro del internado, todos esos tecnicismos que comprendo al cien por ciento me aburren, así que bloqueo esa platica y trato de escuchar a los otros dos. Me intriga saber porque Esmerald de repente se quedo muda.

— No tengo nada —dice ella en susurro.

— Esmerald, mírame —le pide Iván. Abro mis ojos, imposible dejar pasar esto gracias a mi cerebro cotilla, pues aunque intente negarlo la curiosidad sigue en mi sistema y al menos tengo que saber todo lo que relaciona a estas cuatro personas.

— ¡No tengo nada! —espeta la chica poniéndose de pie y llamando la atención de todos.

— ¿Qué ocurre, Esmerald? —le pregunta Thomas.

— Nada, iré a mi habitación —Iván intenta detenerla pero ella simplemente se esfuma en la nada.

Su actitud repentinamente me recuerda a una persona, a mi hermana Kathia. Recuerdo la vez que ella había ido a una fiesta (a las pocas que la dejaban asistir), me pidió acompañarla por la crisis en la que nos estábamos enfrentando y que nuestros padres no nos dejaban salir solos, así que accedí, ya que Ian estaba con sus amigos y se negaría a acompañarla.

Fuimos a aquella fiesta, en casa de uno de los amigos de ella, Kathia me dijo que me divirtiera mientras ella buscaba a su novio, cuando se cansara me encontraría para regresar juntos. Asentí y me perdí en la multitud, alguien me invito una cerveza y tome unas cuantas las cuales hicieron que mi vejiga comenzara a pedir a gritos su liberación.

World Of Ravens (Fény 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora