Había una vez una joven princesa dormida, escondida en un hermoso Fiordo, todos ustedes pensaran que algún príncipe o rey valiente iría a despertarla con el beso de verdadero amor, pero no es así. Por mucho tiempo lucho por mantener la paz en el mun...
Si Iván no me estuviese sosteniendo, posiblemente caería de rodillas por la impresión de sus palabras. Me quedo igual o peor que los otros tres que me miran, intento articular palabra alguna, quiero decir algo, pero mi capacidad para hablar es nula.
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El primero en hacer un movimiento, de nuevo es André quien sonríe y viene hacia a nosotros para darnos un abrazo, Iván y yo lo aceptamos pero es evidente nuestra confusión.
— Era cuestión de tiempo —se separa el vampiro con una gran sonrisa.
— Pensé que mis ojos no verían esto —se une Thomas al abrazo—. ¿Creían que solo Charlie lo había descubierto?
— ¿Lo sabían? —pregunta Iván algo sonrojado y es lindo.
— ¿Recuerdan hace dos años, cuando íbamos en busca de la primera chica con el alma de Victoria? —pregunta Thomas—. ¿El incidente en el acantilado?
Hago memoria, ese día fue de los más terroríficos para mí. Estábamos en China, atravesando un denso bosque para llegar a un pueblo escondido en un valle, teníamos que ir caminando. Recuerdo que una noche decidimos no parar incluso cuando comenzó a caer la tan característica lluvia ácida de la Tierra.
Esa lluvia a nosotros no nos hace tanto daño como a los humanos, pero estar expuesta a ella y en grandes cantidades afecta nuestra vista. En ese entonces, nosotros no sabíamos eso y como idiotas continuamos nuestro camino. Repentinamente mi visión se fue haciendo borrosa al punto de ver casi nada y gracias a eso y al lodo, di un mal paso que me hizo resbalar varios metros hasta llegar a un acantilado.
No veía muy bien en ese momento, solo escuchaba mis gritos y sabía que ese era mi fin hasta que escuche un golpe en seco y luego una fuerte mano sosteniendo la mía para no caer. Era Iván que había corrido hacia mí y en el ultimo momento se lanzo hacia mí.
La lluvia seguía cayendo y ocasiono un deslave justo donde nosotros estábamos, lo que hizo que Iván también cayera pero Thomas y André lo sostenían de los pies. La primera idea que tuvimos fue sacar las alas, Iván fue el primero en hacerlo que en ese momento una roca cayo de quien sabe donde lastimándolo a él. Yo también intente sacar las alas, pero estaba en medio de raíces de arboles, si extendía las alas serian perforadas por las ramas y estaba tan paranoica que era imposible que me calmara para convertirme en humo.
Todos estábamos muertos de miedo, ni siquiera André podía pensar con claridad. Así que por algunos minutos, en medio de la lluvia y colgando de las manos de Iván, él comenzó a hablarme de cualquier cosa, no recuerdo que pero funciono porque comencé a calmarme, solo que no lo suficiente para convertirme en humo. Iván intento de mil maneras calmarme, no funciono del todo así que al final, con una fuerza descomunal él me levanto hasta que estuve abrazada de su cuello, mientras que con sus manos intentaba impulsarse entre el lodo resbaladizo y los otros dos nos jalaban hasta que nos arrastraron lejos de la orilla del acantilado, tras el resguardo de las raíces de los arboles.
