Capítulo 45

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Tenía fuertemente agarrada la mano de Esmerald, mientras Thomas mantenía en mi boca un pedazo de tela hecho bolita, respiraba con dificultad y me esforzaba por tener los ojos cerrados tratando de ignorar el dolor de mi otro brazo dislocado. Escuchaba las voces de André e Iván, peleándose por como rayos iban a acomodar mi brazo.

De repente escucho la voz fastidiada del capitán Rogers y un horrible ruido proveniente de mi brazo, el maldito me ha acomodado el brazo y un torrente de dolor me inundan y más cuando escuche el tronido de mi hueso. Muerdo con fuerza la tela y aprieto la mano de Esmerald hasta, técnicamente, destrozarla porque hace una mueca de dolor y le suelto.

— Ya, ya esta —dice Thomas, se nota angustiado—. Vamos, respira lentamente, el dolor pasara en minutos.

Comenzó a hacer ejercicios de respiración para que yo lo imitara, trate de pensar en mis padres, en lo que mis hermanos, Kathia e Ian, estuviesen haciendo en sus trabajos y en el abuelo, con su casa cerca del muelle, en una zona segura como la de San Francisco, pero él y la abuela en Alemania. Todo eso funciona porque el dolor desaparece poco a poco hasta que lo único que siento es adormecido el brazo.

Cuando ven que estoy bien, todo mundo se quita de encima, Esmerald y Thomas me ayudan a levantarme y hacen que me siente en uno de los barriles de madera, junto al capitán Rogers que tiene cara de frustración. Por un momento me detengo a mirar el barco, de milagro estamos vivos desde la terrible tormenta que vivimos hace unas horas, pues fue como estar en el mismísimo infierno.

— ¿Faltara mucho para llegar? —pregunta Iván dejándose caer, aun es de noche, pero veo perfectamente la frustración en su rostro, al igual que el de todos.

— Eso no lo sé —contesta Rogers—. Espero que sí, no sé si logremos sobrevivir a otra tormenta como la de hace un rato.

— ¿Y si vamos volando? —sugiere Thomas—. Esmerald, Rogers, Iván y yo podemos cargar con los demás.

— Pero no sabemos cuánto falta —dice Erendira, que ha permanecido en segundo plano—. ¿Ustedes aguantaran hasta entonces? —nadie responde a esa pregunta, lo hace el silencio que nos rodea.

No sé cuanto rato más nos quedamos así, pero es mucho porque el día comienza a iluminarse, las tripas de todos rugen de hambre, ya nadie estaba hechizado y actuando raro, pero el silencio entre nosotros se ha enrarecido. En especial entre Iván y Esmerald que apenas y se miran, supongo que el rey sombra está muy apenado por lo que dijo y la chica demonio esta resentida por lo que él le dijo.

Me pongo de pie, llamando la atención de todo el mundo, aunque rápidamente me ignoran cuando ven que no hago nada, simplemente me acerco a la orilla, mientras el barco se navega solo y es arrastrado por el vaivén de las sutiles olas.

Nada comparado con las olas de casi cinco metros que casi hacen que naufraguemos, sino es porque no sé como Iván despertó de su inconsciencia, de solo recordar cómo se puso me dan escalofríos. Sus ojos estaban muy oscuros, sus alas negras se extendieron en su totalidad y con una expresión fría en su rostro.

Se había elevado un poco, hasta la punta del mástil central y no sé cómo, pero antes de que una enorme ola nos aplastara, él la controlo y nos sumergió en una burbuja; no sé si fue magia o controla el elemento agua, pero gracias a eso pudimos atravesar la tormenta por debajo del mar y sin morir ahogados.

Tomo mi cabeza entre las manos, toda esta situación que muy bien podría estarla soñando me rebasa, dudo que pueda continuar soportando cada cosa que nos está ocurriendo. Mi familia vuelve a mis pensamientos; no sé si soy adoptado o no, pero no me importa puesto que los Verne son mi familia y eso nunca cambiara, incluso si soy yo el que ha cambiado y me he convertido en un vampiro.

World Of Ravens (Fény 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora