Capítulo 26

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[André]

Finjo la felicidad que no siento, al contrario, ahora mismo me estuviera golpeando muy fuerte por esto, pero tengo que seguir moviéndome junto a la sirena para no levantar sospechas. La miro como si fuese la mujer más bella del mundo, no niego que es guapa, aunque nadie supera a Victoria.

Erendira tiene las mejillas sonrojadas lo que la hace lucir una cara de niña tierna, su cuerpo tiembla a más no poder, pero sus ojos y su sonrisa muestran otra cosa. Ha de sentirse la persona más afortunada, no solo por colarse a una fiesta sin invitación como suele hacerlo, sino también por estar bailando con un rey el día de su cumpleaños.

Sin embargo, lo que más me afecta a mi es estar con otra persona que no es Victoria y para poner la cereza del pastel, la orquesta está tocando una de las melodías que se que a mi inimă que gustan, Primavera de Ludovico Einaudi, la misma que bailamos el día que nos casamos. Hago acopio de todas mis fuerzas para mantener el control y repetirme mentalmente que todo lo que estoy haciendo es por Victoria, Mila y el bebé.

Poco a poco, mas invitados se unen a nosotros y proseguir con el baile y la fiesta, al terminar la melodía y comenzar otra, me separo de la sirena, educadamente tomo su mano y beso sus nudillos.

— ¿Le gustaría tomar una copa de vino? No deje que terminara —le sonrío y ella se sonroja aun más.

— Me encantaría.

Sin soltar su mano caminamos a dónde se encuentran Thomas y Charlie, al vernos rápidamente fingen estar en una conversación bastante entretenida o en algún chiste. Le hago la señal a uno de los meseros, tomo dos compas y uno se lo entrego a la sirena y le señalo algunos bocadillos que podría comer. Después comienzo la típica charla de: ¿Quiénes son tus padres? ¿Has venido con alguien? ¿De qué reino eres? Etcétera, pero sé que es una plática mundana sin mayor importancia para mi, por ahora. Aunque sé que se muere por preguntarme de Victoria y Mila, pues es bien sabido en todo Fény que me case y tuve hijos, pero no estoy dispuesto a revelar nada de eso.

Conforme pasan los minutos, no en ningún momento me separo de la sirena, Iván y Esmerald también están atentos a todo lo que ocurre desde una esquina del salón, Thomas y Charlie continúan a un lado de nosotros prosiguiendo con una charla amena, según ellos. Por otro lado, los hermanos West también se mantienen atentos junto con todos los guardias y soldados fingiendo ser invitados, cada uno de ellos se mantiene atento. Miro mi reloj, la fiesta ha avanzado y esta a nada de terminar, pues el sol esta a nada de salir.

— ¿Le gustaría ver algo realmente hermoso, señorita Ellen? —pregunto de repente atrayendo de nuevo su atención, ella me mira agrandando sus ojos con genuina curiosidad y asiente—. Está en el techo de la mansión y por más de que agradezca la fiesta que se me ha organizado estoy algo fastidiado, creo que usted me ha salvado.

— ¿Lo he salvado?

— Es muy agradable, señorita Ellen y nos hemos pasado todo este rato hablando de cosas sencillas —le muestro mi mejor de mis sonrisa—. Tiene una voz hermosa.

— Muchas gracias, su alteza —inclina la cabeza a modo de reverencia—. ¿Qué es lo que desea mostrarme?

— Un bello jardín improvisado, sígame.

Vuelvo a tomarla de la mano y a paso lento caminamos hasta salir del salón, todas las miradas nos siguen, pero son de las personas que nos vigilan. Llegamos a las escaleras del lobby y comenzamos a subir, solo rezo porque las sirvientas mantengan a Mila dentro del cuarto de juegos junto con Ilea. Ha comenzado la segunda fase de la misión.

— ¡Oh, no! —palmo mi cintura en busca de algo.

— ¿Ha perdido algo, su alteza?

— No me había dado cuenta que no traía mi daga —simulo preocupación.

— ¿Y eso es malo? —pregunta ella confundida—. Habiendo tanta seguridad aquí.

— Los vampiros recibimos esa daga de nuestros padres —le explico—. Es un símbolo muy importante de nuestro reino, además nunca debemos salir sin ella. Y debería de traerla ahora que estoy acompañada de una señorita tan hermosa como usted, algo podría ocurrirnos —sonrío para restarle cierta importancia y ella me imita—. ¿Le parece bien si antes voy a mi habitación? Por mi daga.

— ¡Para nada! —dice animosa—. Lo acompaño.

Por primera vez le muestro una sonrisa verdadera, pero de alivio por que ha caído. Vuelvo a tomarla de la mano y vamos al tercer piso, solo que en lugar de tomar el pasillo de la derecha donde realmente esta mi habitación, vamos a la izquierda, justo al final hay una puerta custodiada por uno de mis guardias Vampir. Le explico a la sirena que en todo momento necesito protección, incluso de mis pertenencias en otro reino y ella asiente.

El Vampir hace una reverencia e inmediatamente me ahorra las molestias de abrir la puerta, hago ademan para que la sirena pase primero y luego yo junto con el guardia. La habitación esta oscura y cuando enciendo las luces, Erendira muestra su cara estupefacta al ver lo que hay en la cama.

— ¿Fi-Fiorella? —dice ella, llamando a Fiorella que esta acostada en la cama con cara asustada—. ¿Pero...que...?

— Siéntate —le señalo la cama, ahora sin fingir dulzura en mis palabras.

— ¡Me ha engañado! —me recrimina y esta a nada de atacarme, mi guardia rápidamente actúa y la detiene.

— Tranquila, Erendira —dice Fiorella sentándose al pie de la cama con la sirena—. No me han hecho nada... les dije que tu sabias como llegar a la isla de los cuervos.

— ¿Qué?

— La habitación ha sido hechizada —le dice Fiorella—. Estamos a salvo aquí adentro.

— ¿A salvo? —pregunto desconcertado, ya que nunca hemos dañado a Fiorella y Merlín dijo que había hechizado la habitación porque Fiorella esta poseída, pero no me explico mas—. ¿De que estas a salvo Fiorella? —ambas chicas se miran y después miran a mi guardia. Miro a el vampiro y a pesar de que sus ojos me dicen que no me dejara solo lo obligo a salir, cierro la puerta con llave y arrastro una silla para estar frente a ellas—. Estamos completamente solos aquí dentro, pero siempre vigilados por mi gente. Ambas tienen información valiosa para mí.

— ¿Por qué quiere ir con los cuervos? —pregunta la sirena.

— Yo hice una pregunta, primero —las miro de forma severa—. Si ustedes responden, yo lo hago —vuelven a compartir miradas y al final asienten.

— Te contare una historia —dice Fiorella—. Es larga.

— Tengo tiempo —la verdad es que no.

— Bien —la bruja híbrida toma un respiro y me mira—. Hace años, un mago oscuro, Mohamed Ássad, conocido por sus depravaciones violo a un hada, su nombre era Nastia. De esa violación nació Sibil, mi madre —no sé a dónde quiere llegar con esto, no comprendo la historia pero, me mantengo callado para que ella continúe—. Mohamed tenía familia y una hija... Jade Ássad —que diga ese nombre me hiela la sangre en segundos, un escalofrió me recorre—. Jade era la madre de Evangeline, tu antigua novia, ¿cierto?

— Cierto, continua...

— Jade se entero de lo que había hecho su padre, la madre de Jade murió en el parto, así que cuando Mohamed muere, Jade busca a Sibil y ambas se vuelven tan unidas —Fiorella se toma su tiempo, Erendira la toma de la mano—. Cuando tú asesinas a toda la familia Saadi, Sibil se queda sola, pues su madre años antes había muerto por causas desconocidas. Mi madre era frágil, no tenía a nadie, tenia sentimientos encontrados como el odio, el rencor y la tristeza, pero un vampiro la salvo, mi padre. Lamentablemente mi padre fue asesinado por tu padre, el difunto rey Dreagan y eso convirtió a mi madre en lo que ahora es.

— No te sigo —trato de formular preguntas pero la información que me ha dado ha saturado mi mente, lo primero que se me viene a la cabeza es—: ¿Quién era tu padre?

— Damián Strigon... tu tío.

World Of Ravens (Fény 2#)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora