Capítulo 5: La discusión

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Narra Justin/Drew

A pesar de que no quería dejarla sola, sabía que aún habían cosas que tenía que hacer, así que luego de dejarla cómoda y segura en mi habitación, me dirigí cuidadosamente a la salida sin hacer ruido. Para mi sorpresa Matt también salía de su habitación.

— Matt, es ella.

— Lo sé, ahora Rossi está en mi habitación, un idiota quería llevarla a la cama ebria.

— ¿Entonces ella está en tu habitación?—. Asiente.

— ¿Y Mia dónde está?

— En mi habitación, estaba pasada de tragos y mientras bailamos se quedo dormida—. Eso le arrancó una sonrisa, aunque la eliminó al instante.

— Bien, solo recuerda que nadie puede saber... nada de esto.

— Lo se

— Bien, solo necesitamos esa información, cuando la consigamos podremos largarnos.

Sin esperar respuesta se fue. Yo me quedé ahí pensando en cuanto ha cambiado nuestra vida, desde aquel jodido día...

Si tan solo...

No, no se puede.

Narra Rossi

Me desperté por el sonido de unos fuertes pasos en el pasillo.

¿Dónde estoy?

Me incorporo en la cama y observo mi alrededor, es una habitación de la casa de Mara, ¿pero cómo llegué aquí?

Me levanto y observo que mi vestido está en el suelo y se ve sucio de vomito, entonces empiezo a recordar que ese tal Matt me ayudo de el Barman que intento propasarse conmigo, jodido idiota. Decido buscar algo de ropa en el closet y lo único que encuentro son cosas de hombre, así que decido improvisar.

Me cambio con unos bóxer y una camisa blanca, es grande, muy grande, así que se me ocurre una idea...

Narra Mía.

— ¿Entonces me dices que me drogaron y...

— A los poco minutos te dormiste, pero yo estaba ahí... estábamos bailando, por eso te traje a la habitación.

Suspiro cansada, hemos bailado y yo no lo recuerdo, me avergüenza y siento mis mejillas arder, el parece no notarlo...

Oh Mia, sabes fingir muy bien...

— Está bien, ¿pero quién hizo semejante cosa?

— Mara contrato a un solo Barman, dice que es amigo de ella, muy cercano, solo lo contrató a él porque necesitaba el dinero y no tenía problema en trabajar solo... —. La forma en la que habla me tranquiliza, y admito que me regaño constantemente para no distraerme—. Habían dos, lo que deja como conclusión que el infiltrado ponía drogas en algunos de los tragos—. Guarda silencio por un instante—. Incluso intentó hacerlo con tu hermana.

— Ay no, Rossi—. Me levanté rápidamente de la cama—. ¿Dónde está ella?

— Tranquila—. Empezó a decir, tomándome suavemente por los hombros—. Mi hermano la ayudo, él... se encontraba cerca, la llevo a la habitación, lo mismo que yo hice contigo.

— Gracias—. Me acerco a él y en un impulso lo abrazo—. Muchas gracias.

Nunca la cercanía de alguien se había sentido tan reconfortante, la verdad es que si algo le hubiera pasado a Rossi no me lo perdonaría.

— Iré a ver como se encuentra, necesito hablar con ella, y... gracias de nuevo.

Aunque me hubiera gustado pasar más tiempo con este chico, algo rondaba mi cabeza aún, recordándome lo más que estaba... Cris.

Narra Dylan/Matt

Caminaba en dirección a la habitación, Rossi ya debe de haber despertado, y si no es así, bueno, al menos podré observarla.

Intenté entrar de forma cautelosa, no quería sorprenderla, y debo admitir que el sorprendido fui yo, no sé si por lo fuerte que gritaba o por lo sexy que se veía con mi ropa interior puesta.

— ¡¿Qué rayos te ocurre? gírate!—. Chilló desesperada, no evité reír por lo desesperada que lucía.

— Sus deseos son ordenes—. Me burlé e hice lo que me pidió. La verdad quería seguir observándola.

Cuando me aviso que ya estaba vestida no evité volver a reír porque el tono que había usado detonaba enojo. Me volteé y la recorrí con la mirada, ella evitó el contacto visual.
Cargaba, aparte de mi ropa interior, una camisa mía, ajustada a su cintura con un cinturón, también mío.

— ¿Disfrutas robar mi ropa?—. Me burlé, su cara de confusión apareció al instante.

— ¿A qué te refieres?

—A que esa ropa que usas es mía.

Sus mejillas se tornaron rojas y me torció los ojos. Tan infantil y graciosa era esta situación que tuve que cubrir mi risa con mi mano para no hacerla enojar mas.

— Bueno, pues se ve mejor en mi.

— No lo dudo, sobre todo mi bóxer—. Reí y ella me fulminó con la mirada—. ¿Recuerdas lo que ocurrió anoche?—. Cambié de tema, asintió.

— ¿Y no te avergüenzas?—. Pregunté, y ahí estuvo de vuelta su cara de confusión, la cual me parecía bastante sexy.

— ¿Por que debería avergonzarme?

— De haber bebido como lo hiciste, apenas tienes 17 años—. Reclamé, sintiéndome estúpido al instante.

¿Con que derecho haces esto, Matt?

Una carcajada abandonó su garganta.

— Déjame ver si entiendo, ¿un chico que recién conozco, que no tiene más de 19 años y que no sabe NADA de mí me está diciendo—. Empezó a imitar mi voz—. No tomes Rossi, eres una irresponsable?—. Volvió a reír—. Déjame aclararte un poco las cosas, Matt—. Fingió inocencia—. ¡No es tu problema!

— ¡Eres una malcriada!

— ¡Y tú un idiota!

— ¡Respondona!

— ¡Metido!

— ¡Loca!

— ¡Estúpido engreído!

— ¿Qué rayos está pasando aquí?

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