Capítulo 11: Empecemos a llevarnos bien

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Narra Rossi

El calor repentino que me proporcionaron sus brazos al envolverme me tomó por sorpresa, pero todo me ganaba, el calor que su fornido cuerpo me brindaba, las cálidas caricias inocentes con su mano en las puntas de mi cabello y sobre todo su magnífico olor, Dios este último me incitó a depositar mi rostro en su cuello.

Me sentía tan a gusto, era como si ese tacto ya lo conociera.

— Disculpen—. Una voz masculina nos hace volver a la realidad, yo saco mi cara de el cuello de Matt pero el presiona sus manos en mi cintura.

— Pase—. Digo, y un chico de cabello negro se hace presente.

— Lamento interrumpir, es solo que necesitaba hablar con su novio, señorita—. ¿Mi qué?

— Soy el hijo de el irresponsable que iba en la camioneta negra, mi nombre es Michael, y quiero ponerme de acuerdo con él-. Señala a Matt que hace como si nada pasara, idiota-. Para hablar sobre los gasto.

— Yo voy a pagar lo que haga falta, tú puedes solo retirarte—. La manera tan descortés en la que lo dijo me dejó algo aturdida, puse mis manos sobre las de Matt que aún seguían en mi cintura.

— De verdad quisiera que me permitieran hacerm...

— Ya dije que no—. Espetó—. Yo voy a pagar lo que haga falta, y si quieres hacerte responsable de algo que sea de tu padre.

Observo al chico contraer los músculos de sus brazos y susurrar un gilipollas, que por cierto, bien merecido lo tiene, para luego marcharse.

Decido encarar a Matt.

— ¿Qué rayos te pasa?—. Lo alejé de mí.

— ¿De que hablas?

— ¿Por qué lo trataste así?, solo quería ayudar—. Voltea su rostro y aprieta su mandíbula—. Y además, ¿novio?, por favor, no he tenido un novio desde... olvídalo, quiero irme de aquí.

El vuelve su mirada a la mía y asiente, pero la tensión no me deja pensar con claridad, es confusa su actitud. Un tremendo papeleo hacemos para así salir del hospital, Matt pagó todos los gastos, insistí en devolverle pero él se negó, ahora íbamos en su auto, el cual no sé cómo consiguió después de que el mío, o al menos la parte delantera y lateral de el quedará hecho añicos.

— Gracias—. Susurré, había hecho mucho por mí hoy.

El no respondió y la palabra "idiota" llego a mi mente, pero reprimí la ganas de decírselo, después de todo, también lo trate mal cuando pasó lo de el sujeto hijo del conductor ebrio.

Condujo hasta un auto restaurante y pidió algunas cosas, luego nos fuimos, el transcurso fue en silencio y me estaba frustrando, entonces empecé a mover mi pierna de un lado a otro, estaba ansiosa. Llegamos a un parque y Matt bajó con la comida, luego abrió mi puerta, más no baje, solo lo observe inquisidora.

— ¿Vas a bajar o no?—. Dijo con fastidio, yo asentí y así lo hice.

El cerró y caminó hacia un gran árbol de hojas amarillentas, se sentó aferrándose al tronco.

Yo me quede parada frente a él, luego me hizo señas para tomar asiento junto a él, tímidamente obedecí. Esto me ponía nerviosa.

— Lo lamento—. Dijo una vez pasaron algunos segundos.

— ¿Por qué? —. Negó riendo.

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