Capítulo 17: Tantas preguntas y pocas respuestas

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Narra Rossi

Mis manos sudaban, me sentía nerviosa al pensar en lo que estaba a punto de hacer, por alguna razón, aunque el chico Axel me dijo que no le interesaba nada más que conocerme, no me sentía del todo tranquila. La mirada suplicante de Matt para que me negara a aceptar aquella oferta aún me carcomía la mente, pero el daño estaba hecho. Matt no volvería a pensar que yo era una niña, de alguna forma tendría que demostrarle que podía ser tan caliente y audaz como las cosas de este lugar. Es tarde para arrepentirme cuando el rugido de la moto sobre la que me encuentro me devuelve bruscamente a la realidad.

— Vamos guapa, la carrera empieza—. Axel me dijo estando ya subido, Daniela estaba a nuestro lado, con un tipo moreno y de muchos agujeros en su cuerpo.

El cabello rubio de mi acompañante se mantenía sujetado por una franela azul que alía a una colonia bastante fuerte y varonil. El casco que me había prestado tenía un olor más suave, distinguía perfectamente que se trataba del olor de una mujer.

Queriendo escapar crucé miradas con Matt y lo que vi no me gustó. Parecía enojado, nervioso y tal vez defraudado.

Gritos sin sentido llegaron a mi. Pretendí olvidarme de todo, y concentrarme en la valentía que solía tener cuando aún practicaba estás cosas... ha pasado mucho desde la última vez que lo hice que no estoy segura de recordar con claridad. Un pitido fino inicia la carrera.

( ... )

Tener mareos despues de esto era normal luego de no haberlo hecho durante 3 años, pero vaya que aumenta cuando sabes que ganaste.

— ¡Oye!—. Me llamó la loca, Daniela—. Decide rápido si compites o no, princesita, te daré una oportunidad de elegir.

Miré mi alrededor y divisé a varias personas esperando mi respuesta, pero mi corazón latio cuando mire a Matt observando.

— Sí lo hare—. Dije y todos empezaron a chiflear con emoción.

— La semana que entra espero verte aquí, Sábado a la misma hora—. Le dediqué una última mirada y ella se volteó.

Me aleje de ahí y caminé hasta donde antes estaba con Matt, pero ya no estaba su moto y tampoco él. Entonces entró una llamada.

— Hola, lindura—. Una voz ajena a mis recuerdos habló.

— ¿Quién es?

— Soy Uve querida, felicitaciones por tu victoria—. Rió y me giré bruscamente cuando sentí a alguien detrás. Era Matt.

— Te vez muy guapa en este momento, tengo que irme, pero hazme un favor, dile al idiota de Matthew que se aleje de ti.

Dejé mi móvil unos segundos más en mi oído, mientras miraba a Matt y trataba de bajar la intensidad de mi respiración.

— ¿Estas bien?—. Preguntó y sin pensarlo dos veces negué.

— ¿Quién era?—. Dijo esta vez más serio.

Medité por varios segundos si sería correcto o no contarle acerca de las llamadas extrañas, las cuales misteriosamente empezaron cuando el llegó y concuerda que la extraña persona quien se hacía llamar Uve, conocía a Matt.

— Te llevaré—. Dijo seguro y me tomó de el brazo, di unos pasos junto a él y luego me detuve.

— Me iré sola, Matt.

— No, déjame llevarte esta vez.

— Matthew, no...

— No me digas asi—. Su mandíbula se tensó, como si hubiera recibido un fuerte golpe—. Vamos, te llevaré y punto.

Decidí no discutir más. Había olvidado por completo todo lo insignificante que era vivir antes de que los hermanos extraños aparecieran. Matt ha puesto mi vida y estabilidad de cabeza.

Narra Dyl/Matt

No era normal, su comportamiento no era normal. Imaginé que estaría restregandome en la cara que puede hacer cosa sin mi ayuda y toda esa mierda, pero no, solo quiso irse.

— Iremos en mi auto—. Susurré, quería que me escuchara pero parecía perdida en sus pensamientos. Una vez llegamos abrí la puerta del copiloto y la ayude a subir, luego lo hice yo y encendí la calefacción, ella sólo giró el rostro en dirección al cristal de la ventana.

Empecé a conducir mientras sonaban algunas canciones leves en la radio, entonces una muy conocida me trajo a la realidad.

— Y baila, sin que les importe nada, que suceda alrededor—. Casi susurre esa parte de la canción, mágicamente conseguí que Rossi me mirara.

— Y baila, y la gente que los mira, va creyendo en el amor—. Siguió cantando ella, eso me sacó una sonrisa, aun lo recuerda.

— Dos extraños bailando bajo la Luna, se convierten en amantes al compás, y esa extraña melodía, que algunos llaman destino y otros prefieren llamar causalidad—. Terminamos la música cantandola al unísono.

Luego de eso el auto quedó en un silencio extraño, y sin previo aviso empezó a reir.

— ¿Tan mal canto?—. Me burlé.

— Algo así—. Rió ella, suspirando.

— ¿Me dirás que te ocurre?

Su silencio fue la respuesta. Aunque quería ser comprensivo, tenía un mal presentimiento de lo que le sucedía. Probablemente relacionado con la llamada que recibió justo después de ganar la carrera. Ninguno de los dos volvió a hablar. La miré de reojo y vi como se incorporaba en el asiento, sus ojos se cerraron y la vi suspirar.

¿Qué escondes, Rossi, qué escondes?

Seguí conduciendo, iba pensando en cómo había ocurrido todo.

¿Por qué tuvo que marcharse?
¿Por qué Joshua mintió?
¿Por qué Dominic no hizo nada?
¿Que hay de Luci?
¿Por que siento que nunca podré dejar de amar a esta chica?

Tantas preguntas y pocas respuesta.

Aun faltaba un poco de recorrido para llegar a su casa asi que tuve una mejor idea.

Eran ya las 3:27 de la madrugada, Mía de seguro debe de estar dormida y no quiero despertar a Rossi, a parte de que la quiero tener conmigo. Cambio la dirección y empiezo a conducir al departamento en el que Drew y yo vivamos cuando no es necesario estar en la casa de Mara.

Al cabo de unos minutos hemos llegado, Rossi aún duerme, y admito que me gusta lo que veo. Me bajo del auto y abro la puerta de Rossi, tomandola en los brazos, cierro todo y entro en el apartamento llevándola al cuarto, en donde la dejó en la cama. Una vez esta acostada decido que quizás sería bueno dejarla en ropa interior, por la comodidad y todo, digo.

Me debato en sí hacerlo o no, se que voy a respetarla, pero...

( ... )

Ya está lista.

Una vez me decidí, le quite la ropa, ahora sólo lleva una gran camisa mía; me sorprende que no se halla despertado.

Ahora espero que mañana no lo tome mal.

Sin más que hacer me dirijo a la habitacion que sería de Drew y me quito la ropa, una vez estoy sólo en boxer, me acuesto, y sin mucho rodeo me quedo dormido.

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