Capítulo 22: Quiero a Matt

4.3K 316 23
                                    

Narra Mía.

Le había dicho finalmente que teníamos que hablar, lo había hecho, y ahora estaba encerrada en el baño acobardada. Mis piernas se apretaban entre sí, y por alguna razón cada vez que intentaba idear una forma de decirle lo que tenía que decirle, mi mente me traicionaba con escenarios dramáticamente trágicos sobre cómo terminaría esto.

Mojé mi rostro una vez más y salí a paso lento del baño. Caminé muy despacio, y cuando estaba a solo pasos de él, mis piernas tembraron y pensé en correr.

— Está bien, yo también esto nervioso—. Dijo sorprendiéndome—. Pero ven, necesitamos hablar.

Hice caso a lo que me dijo y caminé hasta el sofá, en donde por fin tomé asiento junto a él. Sus ojos brillaban, me intimidaban.

Había estado junto a él en muchas otras ocaciones, pero nunca me había sentido tan nerviosa.

— Tú me buscabas, ¿no? —. Me excusé —. Empieza tú.

— Sólo quería verte—. Dijo con simpleza. Mi corazón brinco casi arrancandome una sonrisa.

— ¿En serio?—. Pregunté sin pensar—. Digo, pense que estarías ocupado o... —. El río y yo sonreí avergonzada.

— Dime ya, Mia—. Insistió.

Bien, no podía seguir alargando la espera.
Lo mire a los ojos y pensé en cómo se escuchaba mi nombre en sus labios, y en cómo se escucharía junto con un te quiero.

— Te mentí... —. Solté de golpe —. Y lo lamento, aun no deduzco ni siquiera por que lo hice, sólo... lo hice—. Suspiré mordiendo mis labios con nerviosismo —. Cris y yo no estabamos nada bien, creo que pudiste ver eso, y en realidad mi intención nunca fue mentirte, ya te digo, ni siquiera se porque lo hice, solo...—. Y entonces su mano tomo mi mentón subiendo mi rostro.

— Te quiero Mia—. Dijo cerca de mis labios, luego sólo me beso, parando el tiempo, parando mi corazón y parando mis horribles balbuceos.

¡Santo Dios me está besando!

Pensé en alejarme y luego me dije que ya había sido suficientemente estúpida, que no lo arruinara esta vez. Así que me relaje y seguí aquel maravilloso beso.

Fue lento, fue suave, fue tierno.

Cuando nos alejamos, Drew junto nuestras frentes, y aun con los ojos cerrados, las palabras que su boca abandonó me movieron algo.

— Hablo en serio Mía, te quiero...

Simple, pero era él, y me bastaba.

Narra Rossi.

Mis maletas están vacías en la cama. Al ritmo de la música empiezo a organizar las cosas necesarias para el viaje, no suelo ser muy ordenada, sin embargo hago mi mayor esfuerzo por serlo y sobre todo por no distraerme.

Pero no resultó.

La música va en el final, y dejándome llevar por el espíritu romántico que me había dejado hablar con Mia, empiezo a seguir la letra sin prestarle atención a mi afinación.

"Por eso esperaba con la carita empapada que llegara con rosas, con mil rosaspara mi.

Porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto soy así.

Y me parece mentira que se escape mi vida imaginando que vuelves a pasarte por aquí, donde los viernes cada tarde la esperanza dice que te quise así.

DESTINOS © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora