Capítulo 60: La familia

2.1K 162 14
                                    

— No, Mía... —. Suspiró en mi pelo que caía a los costados de mi rostro. Había detenido aquella sesión de besos que desde hace bastante había dejado de ser tierna, mucho menos inocente.

No me sentía confundida a pesar de las pocas palabras de Justin. Sabía lo que pasaba por su mente, pero yo no tenía el valor de reconocerlo, y aunque fuera egoísta de mi parte, sentía que era mejor que fuera él quien acabara con todo.

No soy tonta, ambos hemos sufrido mucho en este tiempo, y su distanciamiento, más allá de ser por querer protegerme, significa que duda de lo que siente por mi. Por alguna razón su mirada la recuerdo de otros ojos, y me asusta sentir que lo quiero tanto, que la posibilidad de que me deje y tengamos que decirnos adiós es abrumadora.

— ¿Por qué? —. Incité.

Su rostro aún se escondía entre mi pelo. Nuestras respiraciones eran un desastre, y yo sentía con cada segundo que pasaba que mi corazón se abría.

— No quiero herirte... —. Susurró, sin poder mirarme a los ojos. Tragué el nudo en mi garganta, dispuesta a adelantar el proceso de tan dolorosa situación, pero fui interrumpida.

— Te amo —. Esta vez si me miró a los ojos. Sus labios levemente abiertos captaron mi atención. Mi corazón se aceleró en seguida, porque no me esperaba para nada lo que decía—. Te amo con todo lo que soy, Mía... y si soy sincero contigo, nada de esto ha sido fácil, todos hemos tenido cosas que asimilar, pero quiero que te quede claro el hecho de que nunca pasó por mi mente renunciar a ti.

Las lágrimas picaron en mis ojos. El aire era un poco más fluido. Sus manos tibias se abrieron paso por el dobladillo de mi blusa, y acariciaron mi espalda y cintura. Eran pequeños roces que me hacían sentir muy tranquila. Sin embargo, el miedo y miles de preguntas luchaban por seguir a flote.

— Entonces... ¿por qué después de tanto tiempo... me buscas? —. La lágrima más rebelde se deslizó, y junto a ella, unas cuantas más que tuve que limpiar con brusquedad.

— Mi amor, odio que esto esté siendo tan duro para ti, se que te hice daño, y pensé que quizás no querías volver a verme, por eso hasta ahora, pero te juro Mía que mis intenciones eran más parecidas a la idea de llevarte lejos para que nadie pueda alejarte de mi, que a la de dejarte... pero si eso es lo que quieres yo... entiendo.

Era mentira. Ni el ni yo lo entendería de ser así, pero eso no importaba realmente. Porque justo ahora Justin, el único chico del que he estado enamorada, el único al que he amado con todo lo que tengo y lo que soy, está frente a mi, diciendo todo lo que quiero oír, y se que con él todo está bien, ya no debo temer más.

— Di algo por Dios, me mata no saber que piensas.

Entre lágrimas solté una risita pequeña, y negué, abrazándolo con fuerza. Aun me mantenía sobre sus piernas sentada a horcajadas, pero la calidez de su cuerpo y su tacto era inocente.

— Yo también te amo, y me alegra que no quieras renuencia a esto —. Con mi dedo toqué su pecho y acción seguida toqué el mío—. Además así ya no deberé ser yo quien te aprisione.

Ambos reímos por mi tonta broma, pero al final, todo parecía haber mejorado. Mi pecho ya no se sentía oprimido, como sin un peso invisible hubiera salido de él. Y Justin, aunque parecía algo alejado de la realidad, mantenía una hermosa sonrisa en el rostro que gritaba bésame. Y yo me sentía bastante obediente.

*** *** ***

— ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —. Pregunté, aún nerviosa y con el estómago revuelto.

Observé la determinación en los ojos de Justin. Su mano resguardaba la mía, y con dulzura plantó un beso en mi frente, atrayéndome a él.

— Claro que si, dije que iba a hacer todo bien esta vez, ¿no?

Arrugue la nariz por el frío y asentí. Luego de darme un dulce beso en los labios, empezamos a caminar en dirección a la puerta de la casa de mi papá, que por alguna razón lucía mucho más imponente.

— Señorita Mía, su papá no va a estar feliz con esto.

La repentina presencia de uno de los hombres de mi papá no me sorprendió, pero tampoco me sentía de ánimos para lidiar con eso. Ya estaba teniendo suficiente.

— Por favor, no es momento para eso.

— Señorita Mía, lo siento mucho de verdad, pero la señorita Rossi se ha adelantado, y si el señor Dominic ve a los dos hermanos Stronwood juntos a la vez... no le va a hacer gracia.

Abrí los ojos con sorpresa al escucharlo, y Justin y yo compartimos una mirada de confusión. Sin dejarlo seguir hablando, nos arreglamos como pudimos para entrar.

Y vaya, sorpresa sorpresa, si las miradas mataran mi papá y Dylan estarían bajo tierra.

— Dominic, Luci y Liam están aterrizando —. Interrumpió de pronto Jack, haciendo su aparición triunfal de cada año en el que se le ocurre aparecer.

Busqué los ojos de Rossi y fue inevitable que ambas sonriéramos, el hecho de que Jack haya vuelto después de tanto tiempo, solo podía significar una cosa: La familia iba a volver a reunirse.

***************************************
Se que es un capítulo súper cortito, y ademas que llevo bastante sin actualizar, y lo siento, pero bajen las antorchas, por favor.
Primero que todo quiero agradecer los los hermosos comentarios en el capítulo anterior, y disculparme otra vez por la espera.

No se si lo sepan, pero este año ingresé a la universidad, en mayo para ser exacta, y aunque al principio todo estaba siendo muy fácil, hoy por hoy casi no tengo tiempo ni para dormir, así que quiero que sean comprensivas y comprensivos, también pacientes, por favor...

Esta semana entro a exámenes, pero les prometo estar pendiente de ustedes y del libro. Mientras esperan, pueden leer "Culpa Mía" 😉 que también se está poniendo bueno... En fin, espero que disfruten de su semana, y que Diosito me los bendiga mucho. ♥️
Los amo, los amo, los amo. ♥️

DESTINOS © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora