Narra Drew/ Justin.
Días increibles. Días que temo no repetir. Días que recordaré por siempre y sin imortar cuando pase, lograrán sacarme una sonrisa.
Revisaba las fotos que habíamos sacado de los días que hemos estado aquí, unas me hacían reír y otras simplemente me avergonzaban, yo no era un dios de las cámaras, sin embargo, Mia si lo era, dormida, comiendo, mojada, corriendo y riendo se veía bella.
─¿Estás listo?─. La escucho decir en cuanto sale del cuarto de baño. Una toalla envuelve su cabello y salta en un pie poniendose el zapato en el otro, por último, el cepillo dental está cayendose de su boca.
Es inevitable reir y como no, sacarle una foto.
─Listísimo, niña guapa─. Me burlo mientras pongo la foto como fondo de pantalla. Como la vea me mata.
─¿Niña?─. Se ríe, su zapato en su pie, la toalla en el suelo y su mano en el cepillo. Con una sonrisa traviesa vuelve a entrar al baño, supongo que a terminar de lavarse los dientes.
Me apoximo y levanto la toalla dejandola en la bolsa con ropa sucia.
─Sí, eres mi niña─. Respondo obvio, segundos después ella sale y me mira divertida.
─No tengo 6 años, eso fue hace mucho... Justin─. Me recuerda.
Con mofa en mi expresión la observo ir hasta su celular y tomarlo para luego guardarlo en el bolsillo de sus shorts de jeans color celeste.
─Me da igual─. Río abrazandola por la cintura─. Siempre has sido mía, y lo seguirás siendo─. Beso sus labios, una sonrisa aparece entre el beso.
─Así me llamo, después de todo─. Su broma la hace reír con ganas y con diversión me resigno a negar.
─Vamos a desayunar muero de hambre─. Le digo tomandola de la mano.
Salimos de la habitación y entre bromas llegamos al comedor en donde siempre acostumbramos a desayunar. Con la mirada busco uno de los rostros conocidos pero no hay nada a la vista. Somos los primero, como casi siempre.
─Debemos estár acostumbrados a esperarlos─. Susurra Mia abrazandose a mí─. Iré pidiendo un café, si no tomo o como algo, morire de hambre─. Se burla.
─Bueno, buscaré una mesa─. Respondo besando su cabeza y luego sus labios, al verla sonreir tomé en cuenta de lo que había hecho y de que había sido un acto inconciente.
─Claro, pediré un café también para ti.
La miré alejarse por entre las mesas y personas del lugar. Todo parecia más habitado que nunca, quizás sería díficil encontrar mesa. Levanté un poco la mirada pero no divisaba nada, fue entonces que sentí a alguien tomarme del brazo.
─Tienes expresión de niño perdido─. Se burla Diego llegando a mi─. ¿Dónde está Mia?
─Pidiendo café, yo buscaba una mesa, no tuve exito.
Diego rie por mi comentario y niega, ─¿Será porque Mara y yo acabamos de sentarnos en la última con seis puestos para esperar a nuestros amigos?
El sarcásmo en su voz es evidente y me hace reir un poco.
─Iidota─. Susurro─. ¿Donde está?
─Al fondo─. Responde, pero su mirada está detrás de mi─. Los esperamos allá, ahora concentrate en ayudar a tu chica con los cafés... O con los depredadores.
Sin más que decir se aleja, entonces pienso rapidamente y busco con la mirada a Mia. Ciertamente un chico está a su lado y en el rostro de la rubia una clara expresión incomoda.
Sin darme cuenta mis pies me guían a ellos, ─¿Está todo bien, amor?
Sus ojos brillan con alivio y una sonrisa se posa en el rostro de ella, asintiendo levemente. Observo las tazas de café en sus manos y las tomo con cuidado.
Por último, con una mirada desafiante pregunto, ─¿Se te ofrece algo, amigo?
El tipo rubio y bronceado me mira con una clara expresión de enojo y negando se aleja.
─Mi heroe─. Se burla Mia en cuanto estamos solos y empezamos a caminar con dirección a la mesa que Diego mencionó antes.
─Mi chica─. Aclaro y ella sonrie provovando que yo lo haga igual.
Cuando estamos junto Mara y Diego, se acerca Rossi y Matt, con unos rostros de felicidad que no se los borra nadie. Nos sentamos junto a ellos.
─Buenos días para algunos y exelentes para otros, ¿no?─. Se burla Diego.
Rossi rueda los ojos, Mara la imita y Mia solo rie sacando su celular dejandolo sobre la mesa.
─¿Qué hay para hoy?─. Pregunto tomando café.
─¡Nadar con tiburones!─. Chilla Rossi feliz y Mara la mira con cara de horror.
─¿Estás loca?─. Chilla y se responde a ella misma─. Claro que estás loca, solo a un loco se le ocurre algo así. Definitivamente no, que miedo.
Mara habla tan rápido que apenas y logro entenderle, Mia empieza a reir.
─Era una broma, Rossi no lo haría─. Asegura.
Y entonces, como si se tratara del mayor desafío de la historia, Rossi responde.
─Oh, te equivocas hermanita, claro que lo haré.
Me río en cuanto el desafío de miradas es abrumador. Pero algo llama y atención, y es la mirada perdida de Matt. Lo conozco tanto que no dudo en hablar.
─¿Puedes acompañarme a pedir algo, Matt?
Él me mira en cuanto le hablo y solo asiente. Nadie le da mucha importancia y una vez que nos alejamos le pregunto.
─¿Algo anda mal?─. Su silencio me confirma que sí, pero decido no precipitarme.
─Es inminente lo que va a pasar, Justin...
─¿A que te refieres?─. Pregunto.
Tengo la vaga idea desde que me llamó por mi nombre real.
─Dentro de un día debo hacer frente a lo que pacte con los malditos extranjeros─. Gruñe.
Sin poder evitarlo un mal presentimiento me invade.
─Te refieres a...─. No termino cuando Dylan suelta las turbias y peligrosas palabras.
─Debo matar a Dominic Novak, y por ende... Olvidarme de Rossi para siempre.
*** *** ***
¡Tan, tan, tan! ♥
¿Qué les pareció este capítulo? Coménten para saber lo que piensan.
¿Qué opinan de lo que dijo Dylan?
¿Creen que sea capaz de matar a Dominic, o peor aún, de olvidarse de Rossi?
Dejen sus comentarios adivinadores por aquí. ♥

ESTÁS LEYENDO
DESTINOS © ✅
Любовные романыMia y Rossi son hermanas por elección. El destino jugó a su favor cuando apenas eran unas niñas, pero los años pasaron y su pasado las persigue. Justin y Dylan tuvieron una infancia desafortunada. Crecieron llenos de rencor y con una nueva identida...