Capítulo 25: Quizás si le gusto

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Narra Rossi.

La comida era mi punto débil, lo reconozco.
Pasé de un lugar a otro comprando pequeños platillos de distintos lugares, tuve que arreglármelas para entender a algunas personas, ya que habían de lugares como Francia, Japón y hasta Grecia.

Creo que habían pasado alrededor de dos horas en las que sólo estuve buscando lugares para tomar fotos y también comida, bueno, sobre todo comida.

Exhausta me senté en un lugar donde al parece vendían cócteles, era genial, no había probado nada, pero estaba que explotaba y sin ganas de probar mas comida. Respiré de manera exagerada y saqué mi movil, vi un mensaje de Mia, no habían pasado más de 7 minutos.

"Estaremos en la primer punta, por si quieres ir, por cierto, ni tu ni Matt están con nosotros... ¿por qué será?".

Rodé los ojos al leer el texto y no respondí, me sentía cansada así que decidí emprender de nuevo mi camino hacía la habitacion, ojalá Matt no estuviera ahí, no sabía que le diría luego de lo de hace rato.

Inconciente llevé mi mano hacia mi cuello y solté una risa llena de humor y entonces mi celular empezó a vibrar, sin observar de quien se trataba contesté.

— Al parecer te gusta recordar mi pequeña marca.

Al oír sus palabras e identificar la voz, me detuve.

— ¿De que hablas?—. Pregunté, mirando de la manera mas disimulada que pude mi alrededor. Una risa sonó en la bocina.

— Sí te estoy mirando, justo frente y sobre ti.

Sin pensarlo levanté el rostro hacia las alturas, divise más adelante un tipo de restaurant-bar, busque entre las personas y sus ojos conectaron con los míos.

— Eres un idiota—. Susurré y le mostré con una sonrisa cínica mi dedo medio, el puso una mano en su pecho, queriendo, de la manera más falsa, parecer herido, rodé los ojos y seguí mi camino.

Hubo un silencio prolongado en la bocina y cuando iba a colgar porque ya no le encontraba sentido a esto, respondió.

— Sigue caminando.

Lo mire extrañada, no entendía a que se referia, era claro que iba a seguí caminando, ¿pero él por qué lo había dicho?

Su mirada ya no estaba sobre mi, sino sobre algo o alguien detrás de mi, reprimí el impulso de girarme y mirar.

— Sigue caminando—. Repitió, esta vez, con una voz más exigente.

— ¿De qué hablas, por qué?—. Empecé a hacer lentamente lo que el me pidió.

Su mirada se endureció y lo escuché maldecir, cortó la llamada y se perdió entre las personas sobre el restaurant-bar. Guardé mi móvil en el bolsillo de mis short y cuando iba seguir, una voz me detuvo.

No era Matt.

— ¿Disculpa?—. Me giré confundida.

Un chico alto, de cabello castaño y ojos grises estaba frente a mí, lo observé y el me miró con gracia segundos después. Tal vez lo había observado más de lo debido.

— Disculpa, es que te vi desde allá—. Señaló una mesa con tres chicos más—. Y no evité las ganas de venir a hablarte, lamento si te incomodo.

Su voz era suave y linda, supe enseguida que no era de aquí, parecía ser Francés. Le sonreí en respuesta, se veía agradable.

— No te preocupes—. Sonreí con amabilidad.

— Soy Daniel, tú...

— Rossi.

— Bien Rossi, quería saber sí aceptarías que te invite un trago o lo que sea, ya sabes, para conocernos mejor y...

Antes de que terminara sentí la mano de alguein a mi costado, me giré asustada y observé a Matt, mi ceño se frunció, y lo hizo aun más cuando habló.

— No, es suficiente, vamos Rossi—. Dijo casi arrastrandome a que caminara con él, pero me detuve y lo solté.

¡Qué mal educado!

Observé a Daniel que estaba muy confundido estático en su lugar.

— Lo lamento, él...—. Suspiré sin saber que explicación sonaría coherente —. Olvídalo, y... me encantaría aceptar pero ahora estoy un poco ocupada, creo que no podré.

Observé de soslayo a Matt y miraba a Daniel con superioridad.

— Bueno lo entiendo, pero no tiene que ser ahora —. Una sonrisa linda adorno su labios rosados —. Esta noche habrá una fiesta de recibimiento a una banda que tocará mañana, será en la tercer punta, si te animas nos podemos encontrar ahí.

Me lo pensé un segundo y volví a observar a Matt de reojo, estaba esperando impaciente mi respuesta.

— No se si vaya, pero quizás si voy te vea allá—. Le sonreí.

— Bien, entonces confiaré en que esta no será la última vez que te vea.

— Espero lo mismo, Daniel.

— Fue un gusto, Rossi.

No dije mas y me voltee, mirando duramente a Matt que tenía un semblante cerio. Ignoré su evidente berrinche y seguí caminando hasta la habitación. Pensé que se había quedado donde sea que haya estado antes, pero al entrar comprobé que venía detrás de mi.

— ¿Piensas verte con ese idiota?—. Me dijo duramente parandose en la puerta.

Yo caminé hacía la cama que sería la mía y tomé mi mochila, saque unos chocolates y mi laptop, me senté en la cama y me conecte a internet.

— ¿Vas a responder?—. Lo miré, ya cansada de su comportamiento.

— No.

— ¿Por qué actuas así?—. Tuvo el descaro de preguntar. Lo mire duramente y comí un chocolate—. Al menos responde con más de dos palabras—. Se quejó.

Rodé los ojos.

— No te importa, ¿feliz?

— No, estaré feliz cuando respondas si saldrás o no con ese idiota.

— No te importa, Matt, déjalo estar y ya.

Dije con la vista en un punto cualquiera de mi fondo de pantalla en la pc.

— Bien, como quieras—. Susurró enojado y lo siguiente que escuché fue el golpe de la puerta al cerrarse. Miré en la dirección por la cual había salido. Suspire y dejé que mi cuerpo se derrumbara libremente en la cama

¿Por qué actuaba así?

Quizás si le gusto y estaba celoso, pensé y segundos despues me contradije.

No, bobadas.

Miré la solitaria habitación, la decoración era algo bien hippie, estaba llena de colores llamativos y algunas mándalas estaban dibujadas en las paredes. Mirando el techo blanco me llegó una pesadez inmensa en los párpados, así que sin poder detenerlo, caí en la inconsciencia de el sueño.

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Los amo, los amo, los amo, infinitamente. 😍😍😍

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