Capítulo 31: Aguas termales

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Por favor, voten y comenten, es increible la felicidad que sus pensamientos respecto a este libro me ocasionan, los amo mucho y les deseo muchas bendiciones.

PD: Capítulo dedicado a:

Leleleslie84 Gracias por leer y por tus lindos comentarios, eres increíble.

Yennaivled Gracias por leer, y por votar y comentar, en fin, gracias por apoyar a éste libro.

Mil gracias de verdad a TODOS los lectores de "POSSESSIVE" Y ahora de " Destinos". Son los mejores sin duda. ¡Los amo! ¡Bendiciones! ❤😚

Maratón 3/3 😚

Narra Dylan/Matt.

Mia y Drew no tardar en desaparecer del lugar, no le doy importancia ya que lo más probable es que hayan querido más privacidad. Así que ahora solo somos Rossi y yo.

Con delicadeza la tomo de la cintura y la acerco a mi. La piel desnuda de su cintura se eriza con mi tacto, y en su boca se forma una sonrisa algo tímida pero sensual. Una punzaba en mi corazón me hace sonreír igual, como una corriente que me recorre.

— Ahora estamos solo —. Susurra cerca de mis labios. Sus manos viajan hasta estar alrededor de mi cuello y poco a poco el espacio entre nosotros disminuye considerablemente.

— Y que más da mientras esté contigo—. Suelto sin pensar. Sus ojos se abren con sorpresa pero no tarda en asimilarlo.

Ninguno de los dos dice nada más y empezamos a caminar en cualquier dirección. Para ese momento ambos nos sentimos lo suficientemente bien como para prestarle atención a otras cosas.

— Quiero entrar a las lagunas—. Le digo, ella se detiene y entonces me volteo a verla.

— No trajimos toallas y de seguro hace mucho frío.

— Sí, pero el agua en este punto de las cataratas es caliente, ¿por qué crees que se llaman Lagunas de fuego?—. Le digo con diversión.

— ¿Aguas térmicas?—. Pregunta y le respondo con un asentimiento.

No hay muchas personas alrededor de nosotros, la música es agradable y aunque corre cierto viento no llega a ser realmente frío.
Nos detenemos en un punto ya bastante cerca de las lagunas y sólo hay cuatro personas, una pareja absorta de la realidad mientras se besan, y unas chicas de espaldas a nosotros, una es rubia y la otra una pelinegra, por un momento creo reconocerlas y no me gusta lo que eso podría causar, pero al final Rossi me saca de esos pensamientos haciéndome voltear a ella.

— Dejé algo con Mia, algo importante, voy a buscarla y vuelvo enseguida.

No me da tiempo de responder y planta un beso en mis labios para luego marcharse. La miro expectante, sintiendo aun el pequeño hormigeo que dejó sobre mis labios. Sonrío inconscientemente.

Busco con la mirada un lugar en el que podamos sentarnos y dejar las cosas, entonces veo una fogata a los costados, hay piedras rodeando ese pequeño lugar y esta desocupado, no me parece extraño ya que hay varias de esas fogatas esparcidas, son como puntos cómodos en los que las personas pueden estar sin problema.

Me acerco ahí y me quito las zapatillas, y al volver la vista hacía la laguna, la mirada de la pelinegra me hace recordar esta tarde, busco por omisión a la rubia que antes estaba con ella y la observo caminando hacia mí.

— Hola guapo—. Sonríe coqueta y aparta el cabello mojado de su pecho, dejando mucho a la vista y poco a la imaginación.

— ¿Qué hay?—. Trato de sonar desinteresado y saco mi móvil. Ruego por que Rossi venga pronto.

— La chica que estaba contigo, ¿es la nueva conquista?—. Ríe sin dejarme responder—. ¿Debería ofenderme?

— Es mi novia—. Suelto sin mirarla, y no responde.

Cuando creo que se ha ido levanto la mirada y diviso su labios inferior entre sus dientes y tiene una mirada traviesa. De pronto en mi cabeza la palabra peligro aparece en mayúsculas y con letras color neón.

— Bueno, pero creo que tú y yo dejamos algo inconcluso hace unas horas—. Sonríe cuando pone una de sus manos en mi pecho y desciende—. No soy celosa, así que tu novia puede esperar.

Sus palabras eran muy lentas, tenia voz de esas operadoras que hacen llamadas sexuales, mis ojos estaban perdidos en los suyos, observando cada detalle y rastro de deseo. Me llené de un mal sabor de pronto, no me mal interpreten, pero ya lo había dicho antes, tengo a Rossi, y me quiere, esto es nada comparado con ella.

Juro que iba a negarme e incluso intentaría buscar otro lugar para poder estar tranquilo, pero como el destino suele ser un hijo de perra cuando quiere.

Narra Rossi.

Necesitaba mis bolso con mis cosas, y para mi mala suerte se lo había dejado a Mía, quien se fue y ahora debo buscarla. Cuando llegué al lugar donde antes habiamos estado vi a Mara y Diego bailar divertidos con la intesta música electrónica que hacia vibrar el lugar.

Sonreí, y como simplemente me encantan esas cosas tontas y lindas que ellos hacen, les tomé una foto. Al guardar mi móvil, divisé a Mía y a Drew riendo divertidos, me acerqué a ellos.

— Rossi, ¿y Matt?—. Pregunto mi hermana al verme. Su rostro estaba bastante ululado y sus mejillas tenían un tono rosa muy bonito. Me gustaba verla tan feliz.

— En las lagunas, le dije que vendría por mis cosas y que luego iría—. Expliqué. En seguida me extendió mis cosas.

— ¿Están lejos Las lagunas?

— No mucho, ¿quieren venir?

— Tal vez después, bailaremos un rato—. Dijo he hizo un paso extraño del cual Drew se burló.

No insistí y me alejé de regreso a donde había dejado a Matt esperando. No estaba lejos, y con cada paso que daba algo se agitaba dentro de mi, me sentia extrañamente nerviosa y con ansiedad.

Entonces choqué con alguien muy cerca de la entrada a la laguna. Era una chica pelinegra bastante guapa, con un cuerpazo debía admitir.

— Lo lamento—. Me disculpe dispuesta a seguir mi camino.

— ¿Tú eres la chica que estaba con Matt, no?

Con curiosidad y algo de confusión me volteé para observarla mejor. Sus ojos oscuros brillaban con malicia y tuve un mal presentimiento.

— Disculpa, ¿te conozco? —. Pregunté sonando de repente más seria de lo que quería.

— Debería importarte quien está con Matt ahora, ¿es tu chico, no? de ser así créeme que es un jodido imbécil, al menos después de lo hoy en la tarde... —. Suspiró fingiendo dramatismo. Era claro que había soltado la lengua al propósito.

— Me estás confundiendo—. Dije un poco fastidiada.

¿Que se supone que quiso decir con lo de hoy en la tarde?

Sus ojos dieron vueltas e hizo una mueca con los labios. Yo no le agradaba, así que había algo detrás de sus comentarios.

— Mira, Lia ya lo vio, suele ser muy caprichosa cuando se mete una idea en la cabeza, si yo fuera tú me pensaría dos veces como reaccionar a eso... pero bueno, ese es problema tuyo, adiós.

Y así sin más, dejándome hasta el fondo de la confusión se marchó y yo empecé a caminar, con el único propósito de entender todo esto.

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