Capítulo 37: Mariscos

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Narra Mía.

─Dejen de burlarse de mí, al menos lo intenté.

Mientras regresabamos no parabamos de reir y de reordar las caídas de Rossi en el agua mientras hacia su intento de esquí acuático.

─Claro, pero yo tambien lo intenté y no me caí...─. Diego y su comentario fue el culpable del grito de mi hermana.

─¡Voy a matarte si no te callas, Diego!

─Wow, tranquila─. Se burló─. Yo creía que los mariscos solo ayudaban a eso, no que ponían como cabras locas a las chicas.

─Ahora si te mato, idiota─. Bufó y se lanzó sobre Diego, pero Matt, entre risas y tomandola por la cintura, la detuvo.

Aún entre bromas caminamos hasta la cabaña de Mara y Diego.

─Mañana temprano chicos, quedan aún muchas cosas por hacer─. Habló Mara peinando su cabello enrredado por la fuerza de las olas.

─Exacto, ahorren fuerzas─. Dijo Drew.

─Descansar no es algo que ese par vaya a hacer─. Se volvió a burlar Diego. Yo no entendía aun sus bromas─. Con todos los mariscos que se comió Rossi...

Mi hermana, luego de que sus mejillas se pusieran rosadas en su tono más intenso, fulminó a Diego. Nos despedimos de ellos y seguimos hacia la cañana de Matt y Rossi.

─No se como Mara aguanta a Diego─. Bramó Rossi cruzandose de brazos.

─Ni yo, a veces tengo ganas de extrangularlo─. Declaró Matt abriendo la puerta de la habitación.

─Puede ser─. Opiné─. Pero aún no entiendo las bromas que se hacian.

En cuanto las palabras salieron de mi boca, las miradas de los tres se posaron en mi.

─¿En serio?─. Preguntó Matt. Lo miré y asentí mientras me encogía de hombros.

─Bueno...─. Rossi miró a Matt y luego a Drew─. Supongo que es mejor si no entien...

No la dejé terminar su frase.

─No me vengas con eso, digánme.

Nadie respondió así que cuando iba a protestar, Matt habló.

─Son afrodisiacos, ¿bien?, ahora, no hagan nada malo, Drew, cuídala y sobre todo usen condón.

Mis ojos casi salen de órbitas al escucharlo, sin darme opción a responder cerraron la puerta con ellos dentro. Todo fue silencio luego. Con las mejillas coloradas me atreví a mirar a Drew, que tenía un semblante divertido.

─Juro que no sabía nada de eso.

El se rió de forma casi inapreciable, en seguida me tomó de la mano llevándome hasta nuestra cabaña. Ninguno dijo nada más en el camino, pero por momentos podía ver cómo reía, lo que me hizo pensar qué tal vez estaba recordando algo. Una vez estuvimos en la privacidad de la habitación Drew se dirigió a darse una ducha y yo me quedé fuera esperando mi turno.

El día fue fenomenal. Visitamos un acuario, buseamos, hicimos kitesurf, y Rossi intentó practicar esquí acuático, solo lo intentó... pero al final, el día acaba siempre muy rápido, y no quedaba mucho tiempo antes de regresar a casa. Era una pena tener que dejar el lugar.

Mis pensameintos iban y venían mientras mi cuerpo giraba sobre la cama, Drew había entrado hace unos minutos al baño por lo que no me sorprendí al escuchar la regadera abierta. Mi cuerpo se detuvo y reí nerviosa cuando pensé en meterme a la ducha con él.

Negué con una risita tonta, son los hombres los que piensan en cosas así... ¿o no?

Bueno, en todo caso no es nada malo, incluso si me asomara por la puerta no sería un delito, no es como que quiera hacerlo, pero... si lo hago no habría problema... ¿será cierto eso de los mariscos?

Me levanté de la cama con cautela y aunque nerviosa, estaba decidida por lo que iba a hacer, abrí la puerta y puse el primer pie dentro.

Que Dios me perdone.

La sorpresa fue para mi al darme cuenta de que el baño estaba vacío. Un mal presentimiento me invadió y cuando iba a abortar misión y largarme de ahí, me di cuenta de que Drew estaba mirándome.

─¡Ah!─. Grité y retrocedí. La verguenza invandiendo mi ser─. No sabía que estabas aquí.

─Claro─. Respondió, el sarcasmo y la burla, acompañado de esa sonrisa socarrona que pocas veces había visto en él estaban presentes.

Sus manos ajustaron la toalla a su cintura y rogué por que mis ojos no se desviaran hacia ningun otro lugar que no fuera su rostro.

─Lo juro─. Lo que debería hacer es disimular.

─Bueno, ¿entonces que haces aquí?

Su pregunta me revolvió el estómago, y busqué rápidamente algo para excusarme.

─Jabón─. Fue lo primero que vi y lo agarré ─. Sí, jabón, vine solo por jabón, yo vine solo por jabón─. No evite la gran verborragia que expulsaba avergonzándome más.

Rió, acercandose peligrosamente a mi y quitandome la barra de mis manos.

─Bien, entiendo─. Su sonrisa se ensanchó, y una de sus manos viajó a mi cintura, mi respiración falló─. La pregunta ahora es, ¿para qué quieres jabón, Mia?

─¿Jabón?─. Enfócate, tu le dijiste que querias jabón.

─¿No era jabón?─. Su pregunta fue buslesca, su respiración en mi cuello.

─Sí sí, fue jabón.

─¿Segura?

Pequeños besos en mi clavícula. ¿De qué estabamos hablando?

─¿Segura?─. Repitió.

─No... digo sí─. Sus manos se ciñeron con fuerza sobre mi cadera─. Bueno no─. Jadee.

─¿Entonces, vas a decirme a que venias?─. Ahora el jadeo fue suyo.

─Sí, voy a decirtelo...

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Holaaaaa, hermosuras. ♥♥♥ ¿Cómo están?

¿Qué les pareció el capitulo de hoy? Espero que les haya gustado.

Quiero comentarles que vienen unas fuertes situaciones para la vida de estos protagonistas, se descubren nuevas cosas y aparecen personas que creían no volver a recordar.

El infierno se desatará en un par de capítulos y el destino de todos estará en juego.

Muertes, mentiras descubiertas, peleas y un poco de amor... Un gran torbellino de emociones se aproxima...

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Nah, mejor 55 votos y 33 comentarios para nuevo capítulo.

Nos leemos luego, hermosuras.

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