One Shots: Percy Jackson

Cap 4: "¿Juntos?"

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PERCABETH

"Para empezar nunca quise envejecer con nadie más, y no sé qué me va a pasarme si te vas solo sé que quiero estar en donde estés..."

Pedir que alguien se case contigo no es fácil. Para nada fácil. Aunque sea una persona que conozcas desde hace años, que te sepas todos sus gestos, sus frases, sus palabras, sus reacciones y en especial su amor incondicional que se tienen el uno al otro. Eso incluso lo hacía más difícil y él se estaba dando cuenta.

Cierto hijo de Poseidón caminaba se paseaba nerviosamente por su cabaña en la mañana. No había pegado el ojo en toda la noche y parecía un zombi viviente, los nervios lo estaban carcomiendo vivo. El día era hoy o al menos eso creía, ¡No, debía ser hoy! Se había equivocado demasiado en su vida, les había fallado a sus amigos innumerables veces y no quería fallarle a ella, a ella no...sabía que no había un camino seguro mucho menos siendo un semidiós, sabía que a su lado correría un gran riesgo y el temía equivocarse. Su vida era ella, dependía de ella, ella era el amor de su vida. Decir que estaba nervioso era poco sentía que podía perder la cordura en cualquier momento, se sentó en el borde de la cama, necesitaba calmarse además no quería explotar las cañerías de la cabaña. Necesitaba ayuda, él no podía hacer esto solo.

En el tema del amor él jamás fue un experto, necesitaba a alguien que lo guiara en esto pero ¿A quién pedirle?, ¿Afrodita? Ni hablar, ¿Eros? ¿Por qué pensaría en él? Primero muerto... pero y ¿Piper? Si ella era la indicada, su amiga la hija de Afrodita era la mejor opción a no ser de que quieras terminar con un par de flechas en todo tu cuerpo y odiando a todo el mundo o luciendo como un modelo de pleno siglo.

Salió como alma que lleva el Hades hacia la cabaña 10 en busca de su consejera.

Golpeo la puerta, nadie; lo intento nuevamente, nadie-¡Piper! –Llamo dándole azotes, nadie respondía-¡Piper McLean abre de una vez la bendita puerta!

De pronto la puerta se abrió rápidamente dejando ver a la consejera de la cabaña de Afrodita, piel morena, cabello desigual, ojos calidoscópicos en pocas palabras una chica hermosa aun así con el hecho de tener una cara soñolienta y un pijama de Superman.

-¿Percy?-preguntó entornando sus ojos, el asintió-¿Pero qué...sabes que son las cinco de la mañana, verdad?

-Sí, si lo sé –hizo una pausa- pero necesito tu ayuda, por favor.

-¿Ahora qué hiciste Sesos de Alga?

Él hizo una mueca, Piper sabía perfectamente que no le gustaba que lo llamaran así a excepción de Annabeth, su novia.

-No he hecho nada-se defendió- y no me llames así-ella rio por lo bajo-la única que lo puede hacer...

-Es Annabeth, lo sé- Piper terminó con una sonrisa- Ahora ¿Por qué me has despertado a las cinco de la mañana Percy?

-Mmmm si sobre eso- se rasco la nuca nervioso, suspiro-Pipes hoy es 18 de agosto y...

-¿Espera, hoy es 18 de agosto?-pregunto, Percy asintió. Piper abrió los ojos como platos y una gran sonrisa se coló en su rostro -¡Es 18 de agosto! ¡Hoy es tu...

-Lo se Piper-la interrumpió a medio grito luego miro a todos lados nervioso esperando que los gritos de cierta hija de Afrodita no hayan despertado al Campamento-Pero ¿puedes bajar la voz? Despertaras a todo el mundo.

Se calmó-Mira quien habla-respondió sarcásticamente sin borrar su sonrisa-Entonces ¡Felicidades Percy! Ahh y ¡Feliz Cumpleaños!

-Gracias Pipes-el azabache le respondió con una sonrisa sincera, ella bajo y se sentó en los escalones de su cabaña señalándole un puesto para que Percy se sentara a su lado- Piper yo... me preguntaba si me podías ayudar en... en, es que yo quiero...-en este punto el héroe del Olimpo estaba más rojo que las vacas sagradas de Apolo-yo quiero que... ¡Agghh! ¡Es frustrante!