Las disculpas no serán suficientes tras la gran falta de responsabilidad arremetida en contra de todos, todo tarde y fuera de lugar. Probablemente les pediría que bajaran sus armas y me disculpasen por todo esto pero no me siento en ningún derecho de hacerlo y es que de manera sincera les pido que tengan paciencia de ahora en adelante, inicie un grado más apretado en secundaria y probablemente no tenga mucho tiempo libre. Prometo realmente hacer lo posible por dar actualizaciones más seguidas.
_0_0_0_0_0_0_
La mañana era fría lo cual no era de sorprenderse debido a las fuertes corrientes de aire que se encargaban de sacudir los largos trozos de tela que cubrían la ventana dejando que tenues rayos dorados se filtraran dando de lleno a los parpados cerrados molestando su escapatoria al mundo de los sueños. Se removió levemente en la suavidad de las sabanas pero de manera repentina se vio atrapada por unos fuertes brazos que le rodeaban el torso logrando que en definitiva revelara sus misteriosos y enigmáticos ojos con ese deje de sabiduría en ellos.
Se giró perezosamente para verse encarada por unos profundos ojos marinos rodeados de espesas pestañas similares a su oscuro cabello azabache, Annabeth le sonrió tímidamente con un leve rubor en sus mejillas debido a su sonrisa ladina de la que no se había acostumbrado sin importar cuantas veces la dará a conocer.
-Para tu información...-la ronca voz del chico le estremeció la parte trasera del cogote de la rubia dejando agradables molestias en su garganta-babeas cuando duermes- susurro sin borrar esa sonrisa de perlas blancas en su rostro.
Annabeth, evitando toda sensación de adolescente enamorada, ensancho sus ojos como si de repente un minotauro se hubiera colado en la habitación vestido con un traje de seda dispuesto a bailar música irlandesa.
-¡Eso no es cierto!-protesto apoyándose en sus codos obteniendo una mejor percepción de los gestos de Percy.
-Si lo es- contradijo aun acurrucado en las sábanas blancas.
-Percy...
-Yo solo digo lo que es verdad- mascullo contra las mullidas sabanas decoradas con finas líneas de hilos platados y unos pocos dorados reflejando la clara luz del sol que se escabullía del cielo nublado acompañado del gran bullicio de la ciudad en sus primeras horas del día...¿Bullicio? ¿Por qué ciudad? ¿Que? ¿De qué está hablando?
Se irguió lo más rápido que su cuerpo se lo tenía permitido sin padecer de alguna fractura o repentinas ondas de calor que la enviaran de lleno a las suaves sabanas de algodón.
Sus pies descalzos tocaron la suave alfombra donde debería de estar los fríos tablones de cerámica que el Campamento Júpiter ofrecía en su estancia en el mismo. Su boca se curvo en lo que muchos llamarían la "o" perfecta mientras batía sus pestañas tratando de asimilar la situación sin sufrir de un ataque de ira o histeria.
Aquella reacción no paso desapercibida por el azabache quien de inmediato salto fuera de la cama ante la impresión y sorpresa que aquel entorno le deparo.
-Que Hades...- susurro por lo bajo con sus cejas fruncidas dando un brillo extra en sus esferas marinas.
Una aguda voz resonó entre las paredes que en definitiva no pertenecía a su "habitación".
(...)
Los pisos de madera relucían levemente mientras era acompañado de la alfombra repleta de patrones en diferentes matices de café y dorado, el sol continuaba filtrándose por las espesas cortinas de suaves tonos que hacían la perfecta combinación con los sofás de cuero claro junto a las paredes repletas de cuadros de épocas antiguas.
Reyna dirigió su atención a lo que parecía un centro de batalla dibujado levemente en el fondo del óleo blanco para volver a repasar sus marrones ojos por todos los presentes.
ESTÁS LEYENDO
One Shots: Percy Jackson
FanfictionAventuras y relatos de los jóvenes Héroes del Olimpo donde se verán envueltos en situaciones tan corrientes como las de un mortal o en algunas tan complejas como, lo relacionado a su ascendencia divina. Para aclarar, los personajes son propiedad del...