Cap 25: Too good at Goodbyes...

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AU

- ¡Hazel! -los brazos de la menor rodearon fuertemente el pecho del pelinegro en un cálido abrazo, pero ese corto instante solo duro unos momentos ya que las espesas lagrimas saladas venían en aumento por las pálidas mejillas de Nico di Ángelo quien ahora parecía sostenerse de los hombros de su hermana.

Un sollozo escapo de sus labios luego de que este hubiera sido reprimido por largas horas, sus finas facciones ahora solo lucían demacradas y sus obsidianas, las que alguna vez brillaron con la luz del sol, ahora danzaban con el fuego de la muerte.

La constante presión en su pecho reprimía su ya agitada respiración como si tratasen de ahogarlo en su propio dolor. Era agonizante, el mayor tembló y sus rodillas se quebraron.

El peso se hacía en sus hombros.

-Nico...- Hazel trato de llamarlo suavemente. Le tomo del rostro y quiso elevarlo, él se negaba-Por favor Nico...-sus labios apretados en frustración- ...Mírame hermano.

La voz del azabache nuevamente quedo atascada por un fuerte nudo en su garganta; quería arrancarse sus sentimientos como una mala hierba, pero eso le era imposible, este aumentaba a medida que recordaba como su rubio de ojos azulados se desvanecía entre las sábanas blancas de su habitación.

Era el principio de la tragedia, y él solo no tenía un bote lo suficientemente fuerte como para escapar de los azotes de sus olas. Él se rompería ates de llegar a la costa, a su felicidad finita.

Los tenues pasos que producía un bajo tacón resonaba en las escaleras irrumpiendo el silencio de la habitación, la rubia de ojos grises busco la mirada de Hazel quien solo trataba de consolar a su devastado hermano, la morena solo le dio un leve asentimiento.

-Nico...-Annabeth deseo no ser la portadora de malas noticias en aquellos momentos pues, con solo observar la mirada rota del azabache su corazón daba vuelcos sin cesar en su pecho, ella suspiro y se hincó para tomar de los hombros del italiano- Vamos...el desea verte-hablo con calma a pesar de la difícil tormenta que se avecinaba.

Sin rechistar el obstinado pelinegro paso sus dedos por su rostro tratando de limpiar el desastre que ahora era y sentía, apretó sus dientes para reprimir un grito de frustración y jalo levemente su abrigo. Soltó una gran bocanada de aire y apoyo sus manos en los barandales para empezar a subir a la siguiente planta; una monotonía que finalmente lo consumía.

Justo en la última puerta del largo pasillo se detuvo y la contemplo.

Los recuerdos nuevamente lo azotaron como un látigo de cuero demasiado caliente, lo destrozaban desde el interior como un gran tempano de hielo que cedía por una grieta...

Un auto caro se estaciono en medio de la nada justo frente a un chico de tez dorada y profundos ojos azules...el olor a cigarrillo era penetrante. Ambos sonrieron.

La llegada del pelinegro a esa plazoleta solo para atrapar al misterioso joven de tez bronceada; en brazos de cada uno, por primera vez, sus labios conocieron los Elíseos...

Un cuarto donde la temperatura era dominante y un par de obsidianas brillaban en lujuria, un juramento de amor sin la necesidad de palabras...

Y las estrellas. A Will le gustaban las estrellas y Nico...él se aseguró de regalarle cada una de ellas...

-Jamás alcanzaran tu luz il mio sole... recuérdalo cuando los demás te digan lo contrario.

Silenciosas lágrimas descendieron y en respuesta apoyo su pálida frente en la madera de la puerta. Tomó un largo respiro y se armó de valor.

Abrió la puerta silenciosamente, Will tal vez se encontraba dormido pero su ronca vos le dijo lo contrario.

- ¿No crees que la luna se ve cada vez más lejana? - su pregunta lo desconcertó, pero, como si de un café se tratase, recobro su sentido común y se acercó a Will a toda prisa.

Lo tomo de los brazos y gruño.

-El sereno no es bueno para ti Will- regaño con una expresión fruncida- Deberías estar descansando.

-Creo que ha sido suficiente- agrego el ojiazul, tomo las manos del azabache y las dirigió a sus labios totalmente helados, las beso suavemente. Nico se estremeció- Además, las mantas no calientan mis huesos; no tiene sentido...eso y, que estoy en una silla de ruedas; técnicamente estoy descansando.

-Will...

-Ya lo sé- él sonrió con pereza- Es que solo detesto la cama.

-Sera mejor que entremos, se hará tarde.

-Déjame unos minutos más- susurro el que una vez fue rubio-Por favor Sombritas.

-No funcionara esta vez cariño- la respuesta de Nico fue acompañada por una sarcástica sonrisa.

-Estoy seguro que no he perdido mi encanto- respondió picaronamente para luego sonreír de manera chueca, Nico se sonrojo ligeramente- ¿Vez de lo que hablo?

Will levanto una de sus manos delgadas como una hoja, pero firme con la determinación de un cedro, alcanzo las mejillas del azabache y, con un gesto silencioso, pidió que se inclinase. Sus labios se curvearon y se ciñeron el uno al otro, Nico con el corazón en la mano y Will, dispuesto a tomarlo de nuevo.

Ambos se separaron para tomar sus mejillas con delicadeza.

-Te amo- su aliento acaricio la desconformada alma del italiano, este mantuvo sus labios separados y sus ojos apretados fuertemente.

-Ti amo anche io, conosci il mio sole...

-Perfettamente...

Ambos permanecieron en los brazos del otro durante lo que, parecieron horas, solo ahí, bajo la atenta luz de la radiante luna, disfrutando de la compañía del otro justo como solían hacerlo en cada atardecer. Los dientes blancos brillaron en las delgadas mejillas del ojiazul, Nico lo apretó aún más en sus brazos.

Pero solo fue una palabra, solo una bastó para que todo se derrumbara como una vieja muralla.

-No...- el quejido fue casi inaudible, Nico apenas se percató de la ronca bocanada de aire- No puedo respirar...-esta vez Will, el joven que una vez tuvo rizos dorados, se arañó el pecho con desesperación.

Finalmente, Nico se dio cuenta.

- ¿Will?

El solo jadeo con su rostro perlado en sudor.

-Nico...-susurro dándole un fuerte apretón a sus manos.

Lo siguiente que se escucho fue el desgarrador grito del mencionado. Se agotaba el tiempo. Y es que la cánula nasal no era suficiente.

La vida de Will se escapaba en las manos del tiempo y Nico no sabía cómo agarrarlo. 

:0:0:0:

*desaparece en las sombras pero deja una nota*

¿Quieren segunda parte?


-All the love-

One Shots: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora