Cap 33: Grover

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Buscaba a Clarisse La Rue cuando lo sentí.

El escalofrío en la punta de cada uno de mis nervios me puso los pelos de punta y fue la tierra solida bajo mis patas de cabra lo que me hacía saber que no estaba en aquel infernal lugar. Noté como las lágrimas se acumularon para salir al sentir el terror y la ansiedad de mi mejor amigo, mis piernas empezaban a flaquear debido a la gran debilidad que me embargaba y la culpabilidad surgía a borbotones al sentir la impotencia que oprimía mi pecho tras cada respiración.

Jamás, en ninguna de las misiones, había sentido aquello. Percy estaba cayendo, lo sabía muy bien, y estaba junto a Annabeth. Ambos caían en una de las entradas al lugar menos deseado por los dioses, el Tártaro.

No podía hacer nada porque no estaba allí para ayudarlos.

­- ¿Grover?... Grover ¿Estas bien?

¿Por qué, en el nombre de todos los dioses, no estaba junto a ellos en aquel lugar? ¡Debí quedarme a su lado y no dejarlos ir! ¡Soy su guardián y no estaba allí para protegerlos! Son mis mejores amigos y les estaba fallando.

¿Qué clase de amigo era si los había dejado solos cuando más me necesitaban?

-Grover, muchacho- había ignorado el paso ligero de Quirón por lo que su voz logró sacarme del velo que iniciaba a atormentarme pues de no haber sido así, estaba seguro que me habría derrumbado en la mitad del Campamento como si la fuerza del inframundo tirara de mi como la gravedad oscura directo al gran agujero negro. - ven conmigo.

Le mire con las lágrimas en mis mejillas y una cara de espanto. Quirón me sonrió con lastima y apoyo una mano en mi hombro en señal de compresión.

-Vamos muchacho- luego se giró a quien en primer lugar me había llamado, un hijo de Hefesto- Jake, por favor ve por Solace y dile que se dirija a la Casa Grande.

Nos dirigimos en completo silencio, pero ello no evitaba que el abatimiento de Percy me consumiera. Estaba aterrado y frustrado, pero sorpresivamente, con algo de optimismo pues sabía de las capacidades del joven hijo de Poseidón.

Lo conocía desde los doce años y no había visto otro semidiós y amigo igual a él. El poder del mar lo acompañaba a donde él fuera fluyendo en sus venas como un fuerte huracán en medio de la gran tormenta, además, era una persona fuerte y astuta, preparado para enfrentar cualquier situación y contaba con el apoyo y la compañía de Annabeth. Ambos se tenían para sí...pero esta vez era distinto. Lamentable.

Pero trataba, dentro de todo ese intenso mar de emociones y sentimientos, canalizar algo de seguridad y tranquilidad por medio de la conexión por empatía que compartíamos ya desde hace años. Pareció funcionar.

-Todo irá bien, Percy-sonreí a pesar de sentir como la esperanza se escurría fuera de mí y de sentir el alma hecha pedazos sabiendo que es casi imposible sobrevivir a tan inhóspito lugar que consumía todo aquello que albergara vida.

:.:.:.:.:.:

-All the love-


One Shots: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora