Luego el suelo comenzaba a abrirse grieta tras grieta y los grandes montículos de piedra que adornaban cada espacio de la caverna irrumpían en el aire cayendo en la profundidad del abismo.
Observó cómo sus amigos se apresuraban a llegar a ellos de nuevo, observó la impotencia que marcaba notablemente el rostro de Jason, la melancolía de los rotos ojos de Nico, la culpabilidad en los de Frank y las gruesas lagrimas que caían libremente por las mejillas de Piper y Hazel al ver como ellos caían de nuevo en el oscuro destino.
Busco la mano de su amada pero la oscuridad se lo impedía a montones... solo escuchaba sus gritos que le desgarraban el alma desde lo más profundo de su ser pero pronto los mismo cesaron tan repentinamente que toda su oscuridad se sumió en un aterrador silencio... la luz apareció por pequeños agujeros que pronto se pintaron azulados como la profundidad mar y de nuevo él la vio sumergida combatiendo sus pesadillas...oía el mítico canto de las sirenas que lo llamaban a un final feliz, sentía el dolor de su pecho al poner resistencia y pronto fue poseedor de la gran tristeza que la realidad le trajo. Pasaron unos segundos y luego unas profundas ráfagas de viento inundaban sus oídos como las débiles voces anunciando un final desastroso sin embargo, eso cambio al sentir el prófugo peso en sus hombros, lo conocía a la perfección; el mundo nuevamente se encontraba pendiendo de un hilo justo al borde de un colapso... el dolor aumentó al sentir una fuerte pulsación en su espalda baja y de inmediato se percató del veneno que corría cada vez más avanzando y destruyendo su cuerpo por molécula a molécula, sentimiento por sentimiento y finalmente su memoria.
La oscuridad lo invadió de nuevo llevándose cada rastro de luz para luego verse rodeado de neblina roja y piedras de obsidiana con el filo en punta. De repente, Tártaro se encargó de llevarse todo en un solo movimiento... su respiración se pauso por un segundo, su corazón dejo de latir por lo que parecieron años y su mente ideaba razones para negarse a lo que sus ojos le confirmaban con cada vistazo que le daba a su débil cuerpo... su pulso se aceleró ocasionando que su corazón casi inerte se estrellara una y otra vez en su pecho autodestruyéndose de a poco.
Vio su cabellera como una pequeña mina de oro que hacia un magnifico contraste con esa hermosa y pálida piel de porcelana junto a sus labios sonrosados que le daban el toque final a la bella obra de arte sin embargo, al bajar su vista a su vientre, de él bajaban delgados ríos de un intenso rojo que barboteaban de sus heridas justo como las codiciosas cascadas que el joven perfectamente conocía.
La observo de nuevo, una vez más, una más, una y otra para volver a repetirlo decenas de veces asegurándose que sus ojos no mentían...
Las negras pupilas se dilataron exageradamente despertando con su corazón desbocado y sus pulmones haciendo de su respiración algo sin frenos, notaba como las gotas heladas hacían que varios mechones se pegaran a su frente que estaba más que pálida. Trato de levantarse pero sus piernas fallaron cayendo con un sonoro estrépito al frío suelo de la caballa y fue ahí cuando noto como varias líneas delgadas y cristalinas se deslizaban por sus mejillas...jadeo en busca de aire pero era cada vez más imposible, su respiración se dificulto haciendo que agarrara su pecho una vez más para tratar de recuperarse.
La puerta se abrió de estruendo sobresaltando al azabache que aún seguía en el suelo junto a su desecha cama. Trato de retomar su postura pero su propio cuerpo no se lo permitía, estaba más que agotado.
-¡Percy!-se calmó. Todo a su alrededor se calmó en segundos- Oh Dioses- se acercó con cuidado.
El chico sentía como las olas se encontraba tan revueltas que bastaba decir que era una pequeña demostración de su corazón y alma desgarrada. Estaba asustado.
-Estoy aquí...-el susurro lo animo a abrir una vez más sus ojos para tranquilizarse con sus esferas grises-Estoy aquí...- el susurro se repitió en el interior de su cuerpo enviando tibias ondas de calor por todo su pecho.
-Annabeth...- su voz salió tan rota, tan vacía, tan perdida...sin vida- Creí...yo...yo creí- el aire aun no llegaba correctamente y ella lo supo de inmediato.
Ella depositó un dedo en sus pálidos y quebrados labios que aún tenían la esencia del mar-Ey- ella tomo suavemente sus mejillas para mirar esas esferas marinas que estaban a punto de colapsar en una gran tormenta. Era como si el mar se revelara a si mismo.-Percy. No me he ido, por favor mírame- los ojos del chico viraban en todas las direcciones de manera frenética pero no paraban en los de su chica- Mírame Percy...-pidió de manera suave- Por favor...mírame- la voz de Annabeth lo saco de manera violenta de aquella pesadilla, se tranquilizó al instante de la misma manera lo hicieron sus tormentosos ojos y los múltiples espasmos que recorrían su frágil cuerpo.
-Annabeth- susurro- Estas aquí...estas aquí...- su voz se rompió de nuevo, el llanto inundo la habitación en cuestión de minutos- Estas aquí...-rápidamente ambos encajaron sus cuerpos uniéndose en uno solo.
-No te dejaría-aseguro con lágrimas la oji gris- No tendría el valor suficiente para de alejarme de ti.
-No te vayas- el azabache omitió sus palabras para pedir de manera desesperada mientras recorría el cuerpo de la joven con sus manos cada vez más rápido- Por favor no te vayas...
-Prometimos estar juntos- esta vez Annabeth se había separado solo lo suficiente para que ambos se observaran de manera directa. Ambos veían sus rostros que reflejaban claras muestras de temor, desesperación, necesidad pero sobresalía notablemente ese verdadero amor que los unía- Y no pienso dar un paso atrás ni uno adelante sin que tu estés en mi vida tomando mi mano o sujetándome cada vez que lo necesite, sin que me digas un "te amo", no soportaría un amanecer sin ti a mi lado...no solo tienes la mitad de mi corazón, yo ya te le he entregado completo hace mucho tiempo.
Sin decir algo más, Percy la tomo delicadamente entre sus brazos y acerco su rostro sin temor. Sus labios se buscaron como si tuvieran mente propia encajando perfectamente similar a un pequeño rompecabezas mientras se movían de manera lenta al compás de una delicada sinfonía.
Las manos temblorosas del chico recorrían una y otra vez la piel desnuda de la espalda de la joven dirigiéndose a sus rubios cabellos y finalmente descansar sus dedos en la mejilla repasando sus delicadas facciones asegurándose que su piel no olvidara los detalles su rostro. Ella, por el contrario, se concentró en los mechones revueltos del azabache para bajar a su cuello expuesto y depositarlos en el mismo enviando suaves corrientes eléctricas que los recorrían de manera intensa.
Ambos se detuvieron con las mejillas sonrosadas, se separaron sin perder el contacto visual ni soltar sus manos que los unía con desespero.
-Te amo- soltó Percy de manera sincera- Estaría perdido sin ti...
-¿No crees que me pasaría de manera similar?- pregunto con una pequeña sonrisa- Te amo sesos de alga.
Y nuevamente ambos se posicionaron en un cómodo y cálido abrazo que les aseguraba que ellos estarían bien mientras se mantuviera juntos.
Pero... ¿Duraría lo necesario esa seguridad?
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One Shots: Percy Jackson
FanfictionAventuras y relatos de los jóvenes Héroes del Olimpo donde se verán envueltos en situaciones tan corrientes como las de un mortal o en algunas tan complejas como, lo relacionado a su ascendencia divina. Para aclarar, los personajes son propiedad del...