(GirlxGirl)
Sabía que los jueves en la tarde el horario escolar se hacía más corto a comparación de los demás días de la semana, lo que significaba que, después de tantas charlas, aclaraciones y un par de golpes, finalmente tendría una oportunidad.
Mas, sin embargo, no me sentía lo suficientemente preparada para tomarla.
Mis manos comenzaron a entumecerse, solté un suspiro entrecortado.
- ¿Nerviosa? - pregunto la menor con una sonrisa coqueta.
-Mía...-comencé como si le recriminara a una niña de cinco años y es que, en ocasiones, la pequeña rubia Grace tenía un comportamiento un tanto infantil- Ya te lo dije, esto no debe ser más grande de lo que ya es-refunfuñe- Ya es suficiente con tener un elefante en el estómago...-susurre lo último.
- ¿Entonces, es un acontecimiento extra grande? - supuso con emoción ignorando olímpicamente mi último comentario- ¡Debería haber traído las palomas!
- ¡Por los Dioses! - exclame exasperada poniendo un "alto" a la situación- Solo vete a casa.
-Tu no me das ordenes- gruño con los brazos cruzados, sus ojos multicolores brillaron como un relámpago.
Sonreí burlona. Ella frunció el ceño.
- ¿Estas olvidando algo? ¿Centurión Grace? -pregunte con sorna.
- ¡Olvídalo! -grito agitando sus manos exageradamente- Me voy- con eso, la rubia de ojos indescifrables, pavoneo sus caderas y avanzo firmemente hasta la salida. Pero, antes de que desapareciera del panorama retrocedió un par de pasos y sostuvo sus manos frente a sus labios-¡Suerte en la Sala de Música!- grito antes de desaparecer por los pasillos con grandes zancadas.
Un comportamiento digno de un descendiente de Afrodita, la tía Piper la vería con el ceño fruncido y una mueca antes de estallar en carcajadas. Eso no me tranquilizo y, también está el hecho de que el tiempo aun avanzaba sin particular interés fuera de mi burbuja de confort; de nuevo recibí un camión en el pecho.
Demonios.
Deje escapar un gemido lastimero como un pequeño cachorro temeroso, lo que era irónico, teniendo en cuenta la historia de mis antepasados cambia-formas. Pase mis manos rápidamente por el pecho y fue ahí cuando sentí el corazón frenético acompañado de una respiración violenta, podría llegar a Nueva Roma y devolverme en menos de una hora y, aun así, la euforia no disminuiría.
Recorrí un pequeño círculo sujetando mi cabeza con desesperación mientras agradecía a la soledad que me rodeaba, ya que sería un tanto vergonzoso ver a una adolescente caminar una y otra vez en el mismo lugar con un par de flores en sus manos mientras murmuraba palabras ilegibles.
Justamente como ahora me encontraba.
Tire de mi cabello con fuerza y golpee mi frente con un casillero.
¿Que se supone que haría? Carajo.
Por décima vez, en menos de cinco minutos, solté un profundo suspiro.
¿Qué me estaba pasando? No es como si me preparara para enfrentar la ira de los Dioses. No, por supuesto que no, esto era mil veces peor.
Era ella.
Simplemente era ella y su delicada sonrisa... junto a una sedosa cabellera caramelo...dedos finos y talentosos...la voz de un ángel y el alma más traslucida que haya conocido.
Una verdadera obra de arte, una escultura de mármol digna de la atención de los dioses.
Descendí de las nubes y puse mis pies una vez más en la tierra, tomé el delgado ramillete de lazos de luna para luego dirigirme a toda prisa al aula musical donde detuve mis pasos nada más toparme con la puerta.
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One Shots: Percy Jackson
FanfictionAventuras y relatos de los jóvenes Héroes del Olimpo donde se verán envueltos en situaciones tan corrientes como las de un mortal o en algunas tan complejas como, lo relacionado a su ascendencia divina. Para aclarar, los personajes son propiedad del...