Cap 48: Intentos

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Will se encontraba en una bruma de pensamientos cuando reparó en como los rayos de luz comenzaban a filtrarse entre las cortinas de la habitación. Aun cansado y con los ojos pesados, se dirigió a vigilar a Nico.

No estaba en su lado de la cama y aun era muy temprano para ambos. Se extrañó puesto que había permanecido la madrugada en vela y no había detallado en su ausencia.

Comenzó a asustarse.

—¡Estoy abajo, Will! —escuchó.

Conteniendo el impulso de correr escaleras abajo, se duchó y se fue a desayunar.

Al llegar a la cocina, encontró a Nico con su taza y una sonrisa que no alcanzaba sus mejillas. Se acercó y comenzó a acomodar su camisa en los bordes.

—Dejé tu café para llevar—antes de que Will dijera algo mas, él agrego: —Revisa tu comunicador.

Efectivamente, un mensaje de hace dos minutos: La señora Masson fue trasladada al área de cuidados intensivos. Date prisa, Lia.

Vaya forma de iniciar su día.

—¿Cómo lo sabias?

Nico simplemente encogio sus hombros sin importancia.

—Ahora vete, Sunshine o llegaras tarde.

—Lamento irme así.

El pelinegro sonrio.

—Ve, estaremos bien.

—Te amo.

—Lo se, también te amo.

(...)

Unas calles mas allá, Leo habia comenzado a trabajar desde temprano.

Le gustaba dormir, amaba dormir. Pero desde que su amada Calipso comenzó a viajar seguido al Campamento como plan de refuerzo en la enseñanza de los jóvenes campistas, el hijo de Hefesto la pasaba fatal por las madrugadas asi que simplemente se deslizaba a su taller para dejar fluir aquello que lo agobiada sobre lo que aun sentía que tenia control.

De allí hasta que su estomago rugia en protesta y terminaba almorzando a media tarde. Solo el lo sabia, no quería preocupar a nadie, menos ahora que todos parecían iniciar esa difícil etapa de adultos responsables estables económica y emocionalmente.

Okay, Leo ignoraba la estabilidad que todos debian tener ahora.

—A veces, simplemente es mejor que todo fluya—habia dicho a Jason una vez, hace algunas semanas—Podemos probarlo, tal ves funcione.

Grabe error. Pues, en cierto modo sabia que empezaban a derrumbarse de apoco.

(...)

Casi al otro lado de la ciudad, Annabeth salia del baño. Aun mareada y sudorosa, Percy la atrapo en sus brazos antes de que ambos se derrumbaran sobre el suelo.

Habían hecho esto mas veces de las que podían contar asi que, pactaron silenciosamente apoyarse cuando la noche era demasido larga.

—Lo siento, apenas y habias conciliado el sueño—dijo Annabeth aun tratando de regular su respiración—Ve y trata de dormir otro poco, aun queda tiempo antes de salir.

Percy le sonreía, tratando de mantener la calma por ambos. Los episodios de insomnio en la hija de Atenea comenzaban a traer consecuencias a su propia salud.

—Ni lo intentes Annie—respondio mientras la ayudaba a levantar—Te traeré algo de beber, espera aquí.

La dejo en medio de las almohadas y bajó a la cocina tratando de recordar la infuncion que Will les habia enseñado hace algunos días.

(...)

—Imaginé que ya te habrias ido—dijo Piper abriendo la puerta principal.

Jason sacudió los zapatos y trato de limpiar su rostro. Esta vez habia recorrido una distancia mayor de la que acostumbraba.

—No podía no correr—le mando una sonrisa tranquila, ingresó por el pasillo y antes de perderse en el baño se dirigió una vez mas a la morena—Ve tranquila, te dejare el desayuno cuando este pasando.

Casi con pánico, Piper trató de no negar. Al final no logró lo que quería.

—No te preocupes, comi algo de fruta—ahora la sonrisa falsa fue por parte de ella—Te deje café.

—Claro, entiendo. Ve entonces.

—Te vere en la noche.

Ambos se despidieron, con la preocupación brillando fuertemente en los ojos de cada uno, sin embargo, no se atrevían a decir nada.

(...)

Un poco después de las seis, Hazel puso las tostadas antes de irse a duchar. Justo antes de salir de casa, la puerta del apartamento se abrió con extremado sigilo.

—No creas que no te vi, Frank—sorprendio Hazel al romano.

El hijo de Marte se encogio un poco, aunque la mirada de su novia no era exactamente de reproche, pero tampoco le gustó la interpretación que le daba.

Sabia que habia preocupado a la menor.

—Perdona las horas, Haz—se disculpo—Me quedé revisando unos documentos para la reunión de hoy en la tarde.

Ella lo alcanzo y lo rodeo fuertemento con los abrazos. Frank lo supo, habia sido una larga noche para ambos.

—Esta bien—murmuro aun contra el pecho del Pretor—Iré y volvere sobre las nueve, por favor, espero que estes aquí.

Frank la tomo y dejo que enredaran las piernas en su cintura.

—Estare aquí, te voy a esperar—prometio contra el cabello rizado—No te preocupes.

One Shots: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora