Cap 32: Invasora

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El Señor Jackson reviso nuevamente los nombres en la lista y luego se dirigió a sus estudiantes de Biología con una expresión neutra.

-Señor Wilson- llamo el profesor mientras una diminuta sonrisa resbaló de sus labios- Puede retirarse del aula de clases junto a Cameron y Johnson.

La Universidad de Columbia contaba con la fortuna de albergar, en su programa de Biología Marina, a uno de los mejores profesores dentro de todo el país americano. Unos, en el mundo mortal, lo conocían como uno de los pioneros más jóvenes en lo que se refería a criaturas que habitaban las profundidades oceánicas y, en un mundo distinto al que todos creen, lo conocían como el Héroe del Olimpo en diversas ocasiones, además, de ser considerado como uno de los semidioses más poderosos registrados en toda la historia griega y romana que aún se mantenía oculta a los ojos mortales.

Al momento en el que Hela Cameron pasó frente al profesor, le regaló una sonrisa de anchos dientes junto a un guiño rápido lo que desconcertó de inmediato al respetado Señor Jackson que solo llegó a ignorarlo para luego empezar con el examen final del primer trimestre del año a los que restaban en la clase.

(...)

Al salir ya el último estudiante del aula número 24, el joven semidiós suspiro al recoger diversos paquetes que contenía la próxima nota de los aspirantes a biólogos marinos. La idea de Annabeth había sido brillante, pues su dislexia no le permitía leer de manera clara y coherente las respuestas que en muchas ocasiones eran escritas con letras que ni el propio dueño entendía y eso le ocasionaba una fuerte jaqueca junto a varios días para lograr corregirlos, por lo que su rubia le había recomendado que en estos el estudiante solo encerrarse la respuesta correcta.

Una solución sencilla y práctica.

El azabache sonrió de manera inconsciente al pensar en la rubia de tormentosos ojos grises que lo esperaba en casa al finalizar su jornada laboral.

- ¿Profesor Jackson? - alguien golpeó la puerta antes de entrar interrumpiendo así su ensoñación- ¿Puedo hacerle una consulta?

Percy la miró, era la misma chica castaña que le había guiñado el ojo luego de ser exonerada del examen de hoy.

-Claro Cameron- afirmó Percy luego de que se colgó la mochila al hombro- ¿En qué puedo ayudarle?

La castaña sonrió con ternura.

-Es solo que usted a principios del semestre se ofreció a dar clases extraescolares en el laboratorio- el azabache se golpeó mentalmente al ser tan descuidado en olvidarlo, mas no dijo nada porque lo mencionado si era verdad. Ella continuo- Y me preguntaba...- la castaña abrió un poco más sus ojos mientras se inclinaba más hacía el semidiós, este la miro un poco reacio- si esas clases aún están disponibles.

-Por supuesto- afirmó el profesor sin ver más allá de las segundas intenciones- El laboratorio está libre los martes y viernes en la tarde.

Precisamente, hoy era viernes.

-Y....- Cameron se acercó un poco más batiendo sus largas pestañas mientras dirigía su largo dedo al cuello del semidiós invadiendo su espacio personal ya muy descuidado- que le parece si empezamos ahora, profesor.

Una gota de sudor resbaló por el cuello del ojiverde quien estaba a punto de contestar cuando Highway to Hell empezó a sonar desde su celular logrando que ambos se sobresaltasen.

Percy lo saco de su chamarra y lo contestó de inmediato buscando así, un poco de distancia con la castaña invasora.

- ¡Nick! - exclamó feliz el pelinegro al reconocer quien era.

One Shots: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora