Al salir por la puerta principal de la secundaria, Percy se sorprendió bastante al reconocer a la teniente de las Cazadoras de Artemisa bajo el árbol más próximo.
Se alejó de sus amigos mortales con una sonrisa avergonzada.
—Perdona, chicos—dijo nervioso acelerando el paso—me urge un problema familiar.
—¿Problema? —había dicho Dean.
—¿Familiar? —coreó Sammantha.
—¿Familiar? ¿Tu? —finalizó Curtis.
Para mala suerte del semidiós, Thalia ya se acercaba al haberlo reconocido.
—Sí, sí y lo explico luego—se alejó aún más hasta llegar con su adorada familiar—Nos vemos mañana en clases.
Sammantha miró a Dean confusa.
—Pero mañana es sábado.
—Es Percy Jackson—tranquilizó Curtis mientras se iba con los otros dos y veían como ambos pelinegros parecían tener una acalorada platica.
(...)
—Aun no comprendo que hacías en mi escuela—repitió Percy.
Thalia le apuraba mientras le punzaba el hombro con pequeñas descargas eléctricas.
—Annie me dijo que podía verte aquí a esta hora en caso de emergencia—se encogió de hombros—No tenía a quien más recurrir.
—¿Y las demás cazadoras? —Percy no quería sonar grosero, pero al escuchar las palabras de Thalia se puso nervioso al saber que estaba sola.
—Fue una misión algo apresurada—respondió—Apolo nos escogió de improvisto—aclaró al ver los ojos confusos del semidiós—Estaba en las montañas de Oregón y Nico rondaba la costa este.
Percy se alarmó aún más.
—¿Nico? ¿Qué hacía en la costa este? —preguntó entendiendo un poco más la situación—Sino está contigo, ¿Dónde está?
—Él es el problema, cerebro de algas—respondió obvia y la cara de Percy se espantó, sus mejillas pálidas—No te preocupes, está bien, tirado en un contenedor de basura, pero bien.
—¡Thalia!
Sin prestarle mucha atención, ella dobló por la izquierda del callejón por donde iban.
—No seas dramático, —dijo exasperada—si estuviera muerto no estaríamos corriendo y probablemente Hades ya habría hecho de las suyas al culpar a mi padre.
Ante la mención del dios, el aire se hizo más espeso.
—Genial, —murmuró sarcástico Percy—tenemos su atención.
Thalia volvió a ignorarlo y de una patada, vacío un contenedor cercano. Nico se deslizó silenciosamente sin poner resistencia al trato físico dado por la cazadora.
—Se desmayó.
—Eso es obvio—Percy se agachó y observó al menor de los tres, evaluando su rostro—¿Viajes sombra?
La teniente, a su lado, asintió con una mueca de preocupación.
—Al recuperar la flecha dorada sónica de Apolo, un grupo de Lestrigones nos rodeó—explico mientras acomodaba la cabeza de Nico sobre sus piernas—No teníamos escapatoria y Nico hizo de las suyas, no sé cómo terminamos cerca de tu escuela, pero supongo que eso son cosas de él.
Percy asintió, mientras tomaba el pulso ligero de las muñecas del menor.
—No soy de Apolo, pero te aseguro que no ha comido ni ha dormido lo suficiente, este chico es terrible—dijo mientras sacaba una botella de agua de su mochila—¿Tienes ambrosia o néctar?
—Si la tuviéramos, no te hubiera buscado cara de alga—se burló mientras le achicaba los ojos—Además, si lo llevaba conmigo a espaldas esos estúpidos mortales lo pasarían por un cadáver fresco.
Percy solo se rio por las palabras de la azabache quien trataba de aligerar el ambiente.
—Estará bien,—afirmó Percy tras darle pequeños pedazos de ambrosia y ver como los colores aparecían un poco sobre los labios del italiano—podemos pedir un taxi para que puedan pasar la noche en mi casa.
Thalia le sonrió y asintió, dejo la cabeza de Nico sobre su cazadora mientras se disponía a dar un informe a Artemisa sobre su ausencia. Percy se dedicó a darle algo de agua con un toque mágico de los hijos de Poseidón para probar si finalmente despertaba.
Tres semidioses en un mismo lugar no era nada conveniente, peor si se trataban de los hijos de los Tres Grandes.
—Prefiero dormir en Central Park antes de compartir techo contigo—dijo una voz rasposa y ronca, con algo de dificultad.
—Vaya, finalmente despertaste Nicks—sonrió Percy con alivio.
—Y de buen humor, al parecer—le siguió Thalia—Bienvenido al mundo de los vivos, piernas de esqueleto.
Nico cerró los ojos con molestia.
—Puedes irte para el Hades, cabeza de pino.
Percy sonrió aún más.
—Bien, hoy pediremos pizza para cenar—anuncio victorioso mientras ayudaba al otro pelinegro quien aún se tambaleaba.
—Pero quería hamburguesas, —murmuró Nico—el menú infantil de McDonald es delicioso.
Thalia fue por el otro lado y ayudó también al italiano como soporte.
—Ambos serán idiotas.
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One Shots: Percy Jackson
FanfictionAventuras y relatos de los jóvenes Héroes del Olimpo donde se verán envueltos en situaciones tan corrientes como las de un mortal o en algunas tan complejas como, lo relacionado a su ascendencia divina. Para aclarar, los personajes son propiedad del...