Cap 31: Problemas III

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Antes de empezar, me gustaría decirles lo siguiente: he buscado respecto al tema para desarrollar el marco de esta secuencia de historias dentro de algo cercano a la realidad, sin embargo, teniendo en cuenta que el mundo de los semidioses se desarrolla de manera diferente, esta realidad respecto al cáncer, cambia. Debí decirlo antes, so sorry.

Ahora sí, podemos continuar.

PD: Faltarían una o dos partes más para acabar.

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Will, mientras se dirigía a la Casa Grande, recordó la expresión de su maestro al enterarse de la inestable salud por la que Percy atravesaba en ese momento. El terror y la impotencia habían manchado el rostro del centauro al saber que la vida de un héroe se le escapaba, de nuevo, en sus manos.

Ahora, el hijo de Apolo llevaba la nota definitiva que haría tambalear los pensamientos de Quirón.

Al llegar, Will aguardó en las escaleras al encontrar a su maestro en el porche mientras organizaba la siguiente Captura la Bandera junto a Grover y algunos de sus compañeros que funcionarían como árbitro auxiliar. Sin embargo, Quirón dejó sus funciones al observar a Will impaciente.

—Lo lamento, señores— él retiró su silla de ruedas de la mesa y Grover noto de inmediato la preocupación que su voz reflejaba— ¿Podemos terminar más tarde? —ellos se despidieron con un asentimiento silencioso, pero Quirón detuvo al Señor de lo Salvaje antes de que se retirara— Grover...

Este entendió la petición de Quirón y lo acompaño al interior de la Casa Grande seguidos de Will. Ya en la privacidad de los muros, aunque en compañía de la cabeza de Symur, el centauro habló con libertad.

—¿Lo confirmó, señor Solace? —cuestionó con las manos sobre su regazo temiendo la respuesta.

Will asintió tendiendo los últimos exámenes.

—Así es.

A su lado, Grover se dejó caer en el sillón con el rostro pálido, Quirón le miro compasivo conociendo de que esto era aún más difícil para él, gracias al lazo por empatía que ambos aun compartían. El centauro ojeó con cautela los exámenes para soltar un débil suspiro al ver como el destino sellaba un riesgo en la vida del joven mestizo, una vez más.

—Percy...—el sátiro no terminó su oración.

Will agachó su mirada, decepcionado.

—Está en la enfermería —murmuró—pasará allí la noche.

Grover asintió y después posó una mano en su pecho.

—¿Te sientes bien? —pregunto Will con cautela al ver el gesto de su amigo.

—Si, es solo que...—el sátiro golpeteo su sien con manos temblorosas— siento su miedo, —golpeteo su pecho—siento su dolor.

El maestro de los semidioses lo observó.

—La conexión resultará un problema para tu vida —susurró el centauro.

—Aun así, no me arrepiento.

—Lo sé, muchacho —la mirada se nublo en melancolía —siempre han permanecido juntos.

—Y lo seguiremos haciendo, —Grover se puso de pie y le regaló una sonrisa a Will y a Quirón —aún después de la muerte. —se dirigió a la salida—Gracias, a ambos. Ahora, si me disculpan...

Y se retiró a velar por la cordura y estabilidad de su amigo.

—Llamaré a tu padre, muchacho —informó Quirón luego de unos minutos en silencio. El capitán de la cabaña siete asintió.

One Shots: Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora