Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}

Capítulo cuarenta y tres.

Especial 1/3

Narra Diane

Louis tardó un total de nueve días en volver a llamar. Durante ese corto periodo de tiempo, y después de aclarar más o menos las cosas con él, tomé una decisión; lo de darle celos con alguien seguía en pie, y ese “alguien” iba a ser Daniel. Aunque todavía no sabía si decirle la verdad -que lo utilizaría- o mentirle contándole que realmente quería tener algo con él.

-Digas lo que le digas, va a aceptar –habló Sam-. Daniel es retorcido, seguro que la idea de que pueda dañar a alguien dándole celos le gustará.

-Puede que lleves razón, pero opino diferente. ¿Y si le molesta que me aproveche de él?

-¿Y si mejor se lo preguntas a él? –me indicó con la cabeza que me diera la vuelta. Daniel venía por el pasillo en nuestra dirección. Will y otros dos chicos lo acompañaban.

-Por lo que más quieras, no me dejes sola –pedí susurrando.

-¿Piensas preguntárselo conmigo delante?

-Claro que no. Pero Will está con él, me niego a hablar con Daniel con Will delante.

-Tranquila, yo me ocupo de Will.

-Gracias.

Adorné mi cara con mi mejor sonrisa, gesto que Daniel copió antes de abrir los brazos para arroparme entre ellos.

-Hola, niña borde.

-¿En qué habíamos quedado con eso? –arqueé una ceja.

-Oh, perdón –se aclaro la garganta-, niña maleducada –corrigió.

-Imbécil –golpeé su brazo.

-Eres una abusona –se quejó frotándose el lugar donde había recibido el golpe, simulando que le había dolido-, seguro que me has lesionado el brazo. Tendremos que quedar después de clase para que me hagas los deberes, yo no puedo escribir en estas condiciones.

-Te he golpeado en el brazo izquierdo y eres diestro.

-¿Quieres decir que ya no tendremos una cita después?

-Me lo pensaré –sonreímos. Alguien carraspeó a nuestro lado y volví al mundo real.

-Que bien os lleváis vosotros dos últimamente, ¿no? –comentó Will.

-Mejor de lo que tú te piensas –añadió Daniel rodeándome los hombros con el brazo.

Gracias a Dios Will no sabía lo que pasaba entre Daniel y yo en la intimidad, aunque pienso que sospechaba algo. Quiero decir, no hacía falta más que vernos, acabábamos coqueteando cada vez que hablábamos sin importarnos si había alguien delante o no.