Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}

Capítulo sesenta.

Narra Louis

-Louis –oí una voz melodiosa pronunciar mi nombre-. Louis –me llamó otra vez. Todo estaba oscuro, no veía nada, ni siquiera a la dueña de esa voz tan… familiar-. Louis, amor, despierta –noté unas manos sacudirme los hombros.

Abrí los ojos de golpe, impulsándome a su vez hacía arriba y obligando a la persona que había perturbado mi descanso a retroceder.

-¡Diane! –grité agitado. Respiraba de forma pesada. El cuerpo me temblaba. Me sentía exhausto.

Parpadeé un par de veces y miré a mi alrededor; estaba en mi casa, recostado en el sofá, para ser más exactos. ¿Yo no debería estar en el hospital? ¿Y Diane? ¿Y mi coche destrozado por el accidente? Esto era confuso.

-¿Diane? –cuando miré a quien tenía en frente se me tensó el cuerpo. Esperaba encontrarme a cualquiera menos a ella.

-Eleanor –dije, perplejo. Cerré los ojos y los froté, negándome a aceptar que mi novia acababa de oírme decir el nombre otra-. ¿Qué haces aquí? –entrecerré los ojos, extrañado.

-Te llamé pero no contestabas así que llamé a Paul, él me dijo que habías venido a casa y,  como tengo la copia que me diste de las llaves, decidí venir.

-Esas llaves te las di para una emergencia no para que vengas sin avisar –culpé. Si tenía bronca con ella por las llaves quizá conseguiría evadir el asunto de Diane.

Endureció el gesto. La había cabreado. Se puso de pie. Preparemos los tímpanos para los gritos.

-¡No me cogías el teléfono, es lógico que pensara que te había pasado algo y viniera para comprobarlo! –alzó la voz-. ¡Y no intentes cambiarme de tema! –me apuntó con el dedo-. ¿¡Quién es Diane!?

Llegará el día en que me quede sin excusas, y ese día lamentaré muchas cosas. Pero mientras esperaba a que el día del Juicio Final llegara, podría contar otra mentira, total, un poco más de mierda al montón no iba a hacer daño a nadie… Al menos no de momento.

-Diane es una antigua amiga, íbamos juntos al instituto –por la mueca que hizo diría que le costaba creerme.

-¿Y por qué gritaste su nombre cuando te desperté? Es más, ¿por qué decías su nombre en sueños?

-¿Dije su nombre mientras dormía? –pregunté desorientado. Eleanor asintió sentándose frente a mí otra vez.

-Sí. Sollozabas mientras murmurabas su nombre… También te movías mucho. Parecías estar pasándolo mal. Creí que estabas teniendo una pesadilla y por eso te desperté.

-La verdad es que estaba teniendo un sueño horrible, gracias por despertarme –presioné mi nuca con los dedos, masajeando los músculos en tensión-. Estaba soñando con ella, por eso debí decir su nombre en sueños –hablé. El gesto de Eleanor era frío ante mis palabras-. No me malinterpretes –me adelanté, no me había explicado bien-, en mi sueño no hacíamos nada raro –al menos no en este sueño. Un suspiro de alivio traspasó los labios de mi novia.