Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}

Capítulo cuarenta.

Narra Diane

-¡Deja de jugar, Samantha! –aporreé la puerta del baño, la muy hija de su madre había conseguido encerrarse dentro y seguía teniendo mi puñetero móvil en su poder.

-¡Intento hablar por teléfono, no grites!

-¿Cómo que intentas hablar por teléfono? ¿Con quién narices estás hablando? ¡Mierda, Sam, devuélveme el móvil! –la puerta se sacudió por el golpe que le propiné. Mi paciencia tenía un límite y hacía rato que ella lo había sobrepasado.

Oí la voz aguda de mi amiga y alguna que otra risilla, me estaba quemando viva de la ira. Tomé aire y lo expulsé lenta y pesadamente.

Apoyé la espalda en el marco de la puerta y esperé paciente, tarde o temprano tendría que salir. Y entonces la mataré. Bueno, primero acabaría los recursos por la vía diplomática, pero no descartaría lo de asesinarla. A fin de cuentas una pala no podría costarme mucho. Y a las afueras de la ciudad hay un descampado bastante mono en el que podría enterrar su cadáver.

Torcí una sonrisa. Creo que he visto demasiadas películas.

Un “clic” me informó de que Sam acababa de quitar el seguro de la puerta. Giré el cuerpo para enfocarla.

-¿Y bien? -arqueé una ceja, interesada y preocupada por lo que pudiera decirme.

-Tengo una buena y una mala noticia. ¿Cuál quieres que te diga primero?

-La mala –me preparé para lo peor.

-He llamado a Will pero su móvil estaba apagado.

-Qué pena –dije con sorna-. ¿Y la buena?

-Daniel sí tenía el teléfono operativo –sonrió con malicia. Mis manos comenzaron a sudar.

-Dime que no fuiste tan tonta como para decirle lo del trío –acentuó más su sonrisa.

-Ten, tu móvil –depositó el objeto en mi mano y pasó por mi lado obviándome a mí y a mi pregunta.

-Sam –advertí-, ¿qué fue lo que le contaste?

-Nada malo.

-¿Tengo que creerte?

-No –la seguí hasta su habitación. Abrió el armario y sacó la ropa que supuse se iba a poner.

-¿Vas a salir?

-Sí, así Daniel y tú estaréis solos.

-Echa el freno, ¿a qué te refieres con estar solos?