Capítulo once.

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 Maratón, 3/3.



Narra Louis.


Eleanor atrapó mis labios otra vez, pero esta vez ya no nos separamos. Me dejé llevar.
No estaba pensando con la cabeza, sino con mi entrepierna.
Ella no era Diane, pero ella también me atraía físicamente.

En cuestión de segundos los dos estábamos desnudos sobre el sofá, disfrutando del roce de nuestros cuerpos y devorándonos a base de agresivos besos.

Una alarma se encendió en mi interior: si continuaba le haría daño a Diane.
Ella sabía en dónde se metía, ella sabía que yo estaba con otra persona. La que de verdad sufriría si se enterara de todo esto es Eleanor, no ella.
Eleanor... Hace unas horas me había follado a otra chica y ahora estaba acostándome con ella... Casi podía escuchar a Diane llamándome cabrón.

Continué moviéndome hasta conseguir que los dos llegáramos al orgasmo. Después nos quedamos abrazados e inmóviles en el sofá.
Esperé a que Eleanor se durmiera, la llevé en brazos a la cama, la tapé con las sábanas, me vestí y me fui. Necesitaba una copa.


Hice una parada en la gasolinera para llenar el depósito de mi coche y después me dirigí al bar más cercano.


El alcohol resbalaba por mi garganta como si fuera agua. Al cabo de una hora no estaba en condiciones ni de caminar. Yo no soy de emborracharme así sin más. Supongo que intentaba "ahogar las penas". De alguna forma me sentía culpable por todo lo que estaba haciéndole a Eleanor y Diane. Lo raro es que, aunque me sintiera mal, una parte de mí no quería dejar de hacerlo.

Bebí lo que me quedaba en el vaso de un trago, pagué lo que debía y me fui de aquel antro.

Estaba anocheciendo, ¿cuánto tiempo llevaba metido en el bar?
Me subí al coche, ¿ebrio y conduciendo? sí. Soy un temerario. Me va el riesgo.

De camino a casa volví a acordarme de ella. Y las ganas de poseerla regresaron.
Tomé un desvío y sin saber cómo, llegué a su casa, sano y salvo. Milagrosamente no había tenido ningún accidente.
Toqué el timbre repetidas veces, sin importarme el que pudiera abrirme la puerta su amiga. Ahora mismo todo me daba igual, solo quería desfogarme.

La puerta se abrió y la vi.
Ni siquiera le dí tiempo a saludarme, entré dentro, cerré la puerta y empotré a Diane contra ella. Cogí su cara entre mis manos y la besé como si no hubiera mañana. Mi erección chocaba contra su entrepierna, demostrándole el alto nivel de excitación que tenía encima. La necesitaba. Ya.

–¿Todavía estás sola? –pregunté desesperado.

–Sí –jadeó.

–Bien.



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Uuuhh, aquí hay tema.

Bueno hermosuras, ya están los tres caps que prometí. ¿Os han gustado? ¿Sí? ¿No?


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Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora