Capítulo tres.

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Louis volvió a llamar dos días después para citarme y devolverme el móvil.

Lo que me pareció extraño fue el empeño que puso en que quedáramos en mi casa.

                                                  ***

El agudo sonido del timbre me puso de los nervios.

El mismo Louis Tomlinson estaba esperando para entrar en mi casa y yo sólo tenía que abrir la puerta y dejarle pasar. Una acción fácil de realizar.

Agarré el pomo de la puerta.

Si mi cuerpo respondiera ya habría abierto esa jodida puerta hace tiempo.

Cogí una bocanada de aire y lo solté despacio.

No sirvió de nada. Seguía sin relajarme.

¡Maldita sea!

El ruido del timbre resonó por toda la casa una vez más. Se pensará que no quiero abrirle, seguro.

Diane, ¡cálmate!

Inspira, expira.

Moví el pomo y empujé la puerta suavemente.

Me quedé embobada mirándolo de arriba a bajo, analizándolo.

Traía puestos unos vaqueros demasiado ajustados y una simple camiseta de tirantes que dejaba a la vista el tatuaje de su pecho.

Mi yo interior cogía y soltaba aire desesperadamente -como si le faltara el oxígeno- mientras llenaba una bañera con sus babas.

–Hola, Diane –lo miré aún atontada. Una media sonrisa juguetona se dejó ver en su rostro –Tú también estás muy sexy con esa ropa –Rió divertido.

Que bochorno.

Interiormente me preparaba para precipitarme por un acantilado.

–Lo siento –murmuré avergonzada.

–No te preocupes. Es normal, todas se derriten por mí.

–Viva el egocentrismo –sonrió. O mi comentario le ha hecho gracia o piensa que soy idiota.

–¿Puedo pasar?

–Claro –me hice a un lado y entró.

Le faltó tiempo para sentarse en el sofá.

–No te cortes, tú como en tu casa –dije irónica –¿Quieres tomar algo?

–No, gracias.

Dio unos toques con su mano sobre el sofá, invitándome a que me sentara a su lado y así lo hice.

Rebuscó en el bolsillo trasero de su pantalón y sacó mi móvil. Me lo tendió y lo cogí.

–Gracias.

–De nada. Por cierto, no he podido resistirme y miré algunas fotos… –sonrió. Lo observé atenta –¿Sabes? No deberías tener ese tipo de fotos en el móvil –humedeció sus labios pasando la lengua por estos.

Me ruboricé. Dios, no puede ser.

–¿A ti no te enseñaron lo que es la privacidad? –dije molesta a la par que sofocada.

–¿Y a ti no te enseñaron que no se debe tener fotos ligera de ropa en el móvil? Podría verlas cualquiera –sonrió de nuevo.

Lo fulminé con la mirada, me crucé de brazos y le giré la cara. Estaba cabreada con él.

Me daba igual quien fuera, no tenía derecho a hacer lo que hizo.

Por el amor de Dios, ¡mi ídolo me ha visto en ropa interior!

Narra Louis

Genial, Louis, la has enfadado. Si este era tu plan para conquistarla, la has cagado.

–Perdóname. No te enfades conmigo, por favor…

Maldigo el momento en el que acerqué mi cuerpo al de ella.

En ese instante pude apreciar el olor de su perfume. Ese aroma me volvía loco. Era tan embriagador…

Recordé una de mis fantasías con ella…

¡No, Louis, detente! Me gritó una voz.

Tarde.

Mi mano izquierda estaba sobre su muslo y mi brazo derecho me mantenía apoyado sobre el respaldo del sofá.

Mi aliento chocaba contra su cuello.

El jadeo que escuché por su parte se clavó en mis oídos, haciéndome perder la poca cordura que me quedaba.

Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora