Salí de la farmacia cabizbaja, avergonzada y hecha un manojo de nervios.
Acababa de comprar mi primer test de embarazo. No tenía pensado comprar uno de estos hasta dentro de unos cuantos años, cuando sí decidiera tener hijos.
Me metí en el coche de Louis y nos dirigimos a mi casa otra vez. Tardamos en llegar, ya que tuvimos que conducir casi hasta las afueras de la ciudad para encontrar una farmacia de guardia.
Louis no había dicho nada desde que le dije lo de nuestro pequeño desliz. En cuanto le pedí que me llevara a una farmacia sólo asintió, estaba pálido y asustado, al igual que ahora. Quería decirle algo para que se calmara o para que pensara en otra cosa, pero es que yo tampoco tenía ganas de hablar.
Apoyé mi cabeza en la ventanilla y enfoqué mi vista en la calle, buscando algo que sirviera para distraerme. Unas aceras vacías y unas cuantas luces iluminando la oscura ciudad era lo único que veía. Y tampoco podía sumergirme en la canción que sonaba en la radio, el volumen era tan bajo que era casi inaudible.
Mi intento de entretenerme había sido fallido.
Llegamos a mi casa y entramos sin hacer mucho ruido por Sam.
Le hice un gesto a Louis indicándole que me esperara en la habitación y fui al baño. Leí las instrucciones y demás, hice lo que tenía que hacer y esperé el tiempo estimado.
Estaba tan consumida por los nervios que las ganas de vomitar y de llorar se apoderaban de mí. Mantén la calma.
Salí del baño con el test de embarazo en la mano y fui a mi habitación. Louis estaba sentado en la cama, con los codos hincados en sus rodillas y la cara oculta entre sus manos. El sufrimiento es mutuo, querido Louis.
Cerré la puerta y me quedé apoyada en ella. Louis alzó la cabeza y me miró. Tenía los ojos rojizos, ¿había estado llorando en los minutos que he estado en el baño? No sabía que el hecho de llegar a pensar que puede tener un hijo conmigo le atemorizara tanto…
–¿Y bien? –preguntó. Las palabras salían con miedo de su boca.
–Todavía hay que esperar unos dos minutos –aclaré.
Avancé hasta la cama y me senté a su lado. Me encantaría preguntarle si había llorado, pero preferí dejarlo pasar.
Cogí su mano y entrelacé mis dedos con los suyos, me miró y le sonreí débilmente, intentando aportarle tranquilidad.
Nos quedamos en silencio mirando un punto fijo en el suelo.
–Diane –llamó mi atención. Fijé mi mirada en la de él nuevamente. Sentí como apretaba suavemente mi mano bajo la suya –pase lo que pase, voy a estar a tu lado –dijo con total sinceridad.
Sonreí mientras depositaba un tenue beso en mi frente.
Cerré fuertemente los ojos, como si estuviera intentando escapar de la realidad, para después mirar hacia el predictor.
Allí estaba, la respuesta a nuestra pregunta: una simple raya que significaba que el resultado era negativo, que no estaba embarazada.
Quise saltar y gritar para aliviar la tensión que desde hace una hora me acompañaba, pero me contuve. Vamos a jugar un rato contigo, Louis.
–Louis –intenté parecer lo más apenada posible.
–¿Qué pasa? ¿Estás…?
–Sí –dije soltando una pequeña y falsa lágrima.
Los ojos de Louis iban a salirse de sus órbitas. Palideció tanto que parecía un fantasma. Vaya, se lo ha creído. Soy mejor actriz de lo que me esperaba.
Mordí mi labio inferior, intentando reprimir una carcajada pero no aguanté más y me eché a reír.
–¡Estaba bromeando! –dije entre risas. Me sentía una horrible persona por reírme a costa de él, pero fue por su culpa por lo que estábamos aquí rezando silenciosamente para que este trasto dijera que no estaba esperando un bebé.
–¿¡Qué!? –dijo aún pálido pero con una pequeña sonrisa de alivio apareciéndose en su rostro.
–Lo siento, pero te merecías que te hiciera sufrir. La próxima vez no te olvides de usar protección –volví a reírme y él se abalanzó sobre mí.
Hizo que subiera mis piernas a la cama y se acomodó entre ellas. Arrancó el test de mis manos y lo arrojó en algún lugar de la habitación. Cogió fuertemente mis muñecas entre sus manos y alzó mis brazos, de modo que ahora mis manos descansaban por encima de mi cabeza en el colchón.
–De modo que… ¿te gusta hacerme sufrir? –dijo peligrosamente cerca de mi cara y totalmente serio.
Me tensé por sus palabras. ¿Se habrá enfadado por mi broma o simplemente está jugando conmigo?
–Yo también sé como puedo hacerte sufrir –ejerció más presión sobre mis muñecas, las cuales seguían presas bajo sus fuertes manos, pero no me hacía daño–, claro que, de un modo algo distinto… Y placentero –sonrió con malicia y en seguida supe a que se refería.
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¡Hola otra vez! Aquí tenéis otro capítulo.
Que sepáis que estoy súper feliz porque ‘Secrets’ ha llegado a las 10000 lecturas y hay más de 300 votos, y todo gracias a vosotras, en serio, ¡muchísimas gracias!
Espero que os esté gustando la fic y… no sé que más deciros.
¡Muchisisisisisimas gracias a todas por leer! ¡Os quiero!

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Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}
FanfictionLouis Tomlinson, ese chico de 21 años componente de la famosa banda One Direction, no sólo es el chico divertido que todos piensan. Louis tiene un lado que todos desconocen. Diane Wells, una joven de 19 años, es una pieza imprescindible de este pu...