Capítulo veinticuatro.

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Adorable. Así era como se veía Louis durmiendo, adorable. Tan tranquilo y apacible que costaba imaginar que en la intimidad fuera un auténtico salido. O al menos así era conmigo. Sabía qué decir o hacer para sacarme los colores siempre y encender la mecha en mi interior.

Me arrastré fuera de la cama, necesitaba ir al baño con urgencia.

Al ser la primera vez que visitaba esta casa, no sabía dónde estaba el aseo, por lo que me llevó unos minutos encontrarlo.

Después de hacer mis necesidades, y ya que estaba en el baño, decidí ducharme. Por culpa de la subida de fiebre nocturna estaba sudada y no me gustaba esa sensación.

Abrí el agua, me quité la poca ropa que levaba puesta y entré en la bañera en cuanto el agua salía lo bastante caliente.

Estiré un brazo para alcanzar una toalla de uno de los muebles del baño y me envolví en ella. Sequé un poco mi pelo con otra toalla más pequeña. Volví a la habitación para coger la ropa y el cepillo de dientes de mi mochila y regresé al baño.

Encontré un peine en uno de los cajones del mueble del lavabo, posiblemente era de Eleanor, me daba reparo utilizarlo pero, me si me tiro a su novio, ¿por qué no usar su peine? Dicho en voz alta, ese comentario interior era desagradable.

En cuanto pisé de nuevo la habitación observé cómo Louis seguía durmiendo profundamente. Recordé cómo anoche me metió en casa en brazos y me dejó sobre la cama. Bien, lo admito, me hice un poco la dormida. Pero seamos sinceros, ¿qué chica no lo haría?

Inevitablemente me acerqué, me subí a la cama y me metí bajo las sábanas con él. Acaricié sus labios con mi pulgar y después lo besé suavemente a la vez que mi mano bajaba por su torso, él ladeó una pequeña sonrisa.

-Buenos días –ronroneé.

-Buenos dí… ¿¡Qué haces!? –sus ojos se abrieron de golpe en cuanto colé mi mano por dentro de sus calzoncillos. Por la cara de alucinado que tenía deduje que no se esperaba eso para nada, pero a juzgar por la sonrisa que asomaba en su rostro, le gustaba.

Me moví para ponerme sobre él. Louis se apoyó en sus codos para elevarse. Posicioné mis manos en su nuca y lo besé con fiereza.

-¿Sueles tener tan buen humor cuando estás enferma? –reí.

-Quiero agradecerte que hayas cuidado de mí esta noche. Además, estaremos dos meses sin vernos, quiero que te lleves un buen recuerdo de mí –mi voz no podía haber sido más sensual.

Besé sus labios una vez más y me quité de encima de él.

Estaba algo nerviosa por lo que iba a hacer a continuación, rezaba para que él no lo notara, quería que supiera que puedo corresponderlo sin avergonzarme.

Louis no iba a ser el primero en disfrutar de tener mis labios alrededor de su amiguito, y aun así mi corazón latía tan deprisa como la primera vez.

Arrastré los pantalones de su pijama por sus piernas hasta quitárselos. Mordí mi labio al ver el prominente bulto bajo sus calzoncillos.

Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora