Narra Diane
La dichosa musiquilla que mi móvil tenía como tono de llamada me privó del maravilloso sueño que estaba teniendo. A ciegas tanteé con la mano sobre la mesilla de noche hasta dar con el móvil. Si fuera más lista lo habría apagado anoche cuando regresé a casa.
-Hola… -dije somnolienta.
-Mierda… -oí murmurar.
Aparté el aparato de mi oreja y con los ojos entrecerrados distinguí las letras que formaban su nombre en la pantalla. Si fuera más lista también habría mirado antes de quién se trataba y habría rechazado la llamada.
-¿Qué pasa? ¿Te has vuelto a equivocar de número? –provoqué.
-¿Qué? No, no, es sólo que…
-¿Entonces por qué llamas?
-¿Puedo follarte pero no llamarte?
-¿Perdón? –me empujé hacia delante apoyando la mano que tenía libre en el colchón.
-No quise decir eso, yo… Lamento la llamada de anoche.
-No importa. Te equivocaste, punto. No hay nada más que hablar –quise sonar lo más seria y convincente posible.
-¡Sí que importa! –gritó-. Joder, Diane, no me digas que no importa cuando sé que te molestó que te llamara Eleanor.
-Adiós –di fin a la llamada y tiré el móvil sobre la cama.
Cubrí mi cara con las manos y suspiré. Una cuerda invisible se posicionó alrededor de mi cuello, apretándome, dejándome sin respiración, sin habla, sin nada. Quería llorar, gritar y romper algo. Maldito hijo de puta, ¿por qué me afectas de este modo? Eres puro veneno, Louis Tomlinson.
Me levanté de la cama y caminé fuera de la habitación hasta el baño. Cerré la puerta y abrí el grifo de la ducha, me despojé de la ropa con la que había dormido y me metí bajo el chorro de agua fría, ni siquiera esperé a que saliera caliente. Y entonces lo dejé salir. Dejé salir todo lo que había aguantado estas semanas, todas las emociones acumuladas, lo bueno y lo malo. Todo salió de mí en forma de pequeñas gotas de agua salada procedentes de mis ojos, y que se deslizaban por mi cara camufladas entre el agua dulce que caía de la ducha.
-¿Por qué tiene que ser tan difícil? ¿Por qué cojones tuviste que elegirme a mí? ¿Por qué eres tan imbécil? –me dejé caer de rodillas sobre la cerámica de la bañera-. Tú para mí no eres un juego –me senté, doblé las piernas y me abracé a ellas-. Te quiero, ¿por qué no te das cuenta? ¿Por qué no puedes sentir lo mismo por mí? –sollocé.
Estaba hablando sola y me daba igual. Necesitaba desahogarme, Sam estaba dormida y no sería yo la que la despertara para ir a contarle mis penas.
ESTÁS LEYENDO
Secrets. {Louis Tomlinson Fan Ficción}
Fiksi PenggemarLouis Tomlinson, ese chico de 21 años componente de la famosa banda One Direction, no sólo es el chico divertido que todos piensan. Louis tiene un lado que todos desconocen. Diane Wells, una joven de 19 años, es una pieza imprescindible de este pu...