Capítulo 11

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- ¿Quieres decir que Miss Peregrine salió del bucle y vino hasta aquí para saber que me había pasado?

- Algo así – dijo Millard – la idea fue de Miss Avocet, ella iba a venir para que así Miss Peregrine se quedara con nosotros, pero tras una charla en la oficina de la directora la decisión fue que Miss Avocet se quedaría con nosotros y que Miss Peregrine vendría a verte

- ¿Y tú cómo has venido?

- Larga historia – dijo Millard con un tono de cansancio

- ¿Te escapaste? – dije alarmado

- Bueno...

- ¿Y nadie sabe que estás aquí?

- Creo que no

Caminé de un lado a otro de la habitación con las manos en la espalda ¿Qué hago? Tengo varias posibilidades entre las cuales se encuentra hacerme el muerto, escapar y cambiarme el nombre, Miss Peregrine va a estar MUY molesta

- ¿Crees que podamos llegar al bucle sin que nadie se dé cuenta de que has salido de él?

- Eso creo

- Primero necesitaremos un transporte

- El señor Dylan

Listo

- Necesito una forma de salir de aquí sin que nadie note tu presencia – Millard puso una cara de estupefacción que hizo que detuviera mis paseo por la habitación

- ¿Recuerdas que soy invisible verdad?

Ahora era yo quien tenía la cara de desconcierto

- Un segundo... ¿Puedes verme? – dijo Millard asombrado

Asentí sin dejar de mirar sus ojos azules y sus pecas (a pesar de que sea extraño lo veía vestido)

Estaba tan ensimismado en el plan para llegar al bucle que no me había dado cuenta de que ahora podía ver a Millard

- Eso significa... - dije trabajosamente

- Que encontraste tu segunda peculiaridad y que comprobaste que eres un original

Me dejé caer con aire de derrota en un banquito que estaba cerca del baño. Puse las manos sobre el rostro y me tomé un par de minutos para relacionar todo y descansar.

- Ok esto no es lo más importante de ahora, necesitamos llegar a la mansión - dije desde la misma posición – tenemos el transporte, necesitamos una manera de acortar camino en la isla, pero ¿tú sabes cómo llegar más rápido?

Al no escuchar ninguna respuesta levanté mi cabeza y vi como Millard estaba inmerso en sus pensamientos con la mirada perdida en el suelo

- ¿Millard? ¿Estás bien? – dije levantándome del banco

- Desde que mi peculiaridad se presentó mi deseo más grande era que alguien pudiera verme de la forma en que era antes y que me recordaran y respetaran por eso. Pero desde que "desaparecí" solo soy reconocido por eso, por ser invisible. Y ahora que por fin ocurrió no sé qué decir

Hablaba aún con la vista clavada en el suelo. De repente empezó a levantar la vista y me dedicó una sonrisa, la sonrisa que guardaba en su interior para la persona que sabía que lo iba a tratar nuevamente como una persona normal. Le devolví la sonrisa...y eso fue lo que selló un pacto más fuerte que la amistad.

Miss Peregrine y el extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora