Acaricio suavemente la espalda desnuda de Alma que está profundamente dormida sobre mi pecho. La luz del amanecer entra tímidamente por entre las cortinas, iluminando la mitad de su cuerpo y un relajado entrecejo. Sus costillas suben y bajan lentamente en un ritmo constante. La línea de su espalda se pierde bajo las sábanas a la altura de su cadera. Paseo mi mirada por su piel, por cada curva, cada zanja, cada relieve o depresión; recuerdo la fina capa de sudor que la envolvía hace un par de horas. Mi mente vaga por los recuerdos; sus manos atrapadas por las mías, su boca emitiendo gemidos junto a mi oído, los temblores de su cuerpo que luego pasaron a estremecimientos, sus manos arañando mi espalda, sus labios besando desesperadamente los míos, su atenta mirada. La recuerdo con los ojos cerrados y mordiendo su labio inferior cuando ya no soportaba más y tiempo después se derretía entre mis brazos y acomodaba su cabeza en mi cuello con la respiración agitada. Sonrisas, caricias, roces, su espalda encorvada, su cuerpo buscando el mío, sus piernas rodeándome, sus manos apretando las sábanas, su cuello, sus pechos, su abdomen, sus muslos, sus pies...todo era memoria de una noche que no olvidaría jamás.
¿Cómo una persona se puede convertir en algo tan primordial? Esa es la pregunta que me hago desde que su cuerpo, su voz y su sonrisa ocuparon la totalidad de mis pensamiento, desde que no me puedo concentrar en nada por estar imaginándola
A pesar de todos esos sentimientos que me permiten ser feliz, hay uno que no me deja soltarme de la realidad; la culpa se esconde en un rincón oscuro, esperando para recordarme de un secreto que podría arruinar esta utópica realidad, esperando para partirme por la mitad, esperando para convertir las sonrisas en lágrimas
Miro sus ojos cerrados y me pregunto cómo lo tomará cuando lo sepa, si la voy a volver descubrir mirándome tiernamente desde algún rincón mientras estoy con los niños, si va a volver a apoyar su rostro en mi espalda mientras me abraza
- Lo siento... - susurro suavemente en su oído
Imprevistamente una mano se aprieta contra mi brazo. Alma cruza sus manos sobre mi pecho y apoya su mentón en el dorso de una de sus manos.
- ¿Y tú no vas a dormir? – dice con voz somnolienta y con los ojos apenas entreabiertos. Suspiro cuando me doy cuenta de que no ha escuchado. Tomo su mejilla y la acaricio suavemente, ella gira su cara y besa mi palma para luego volver a apoyar su mejilla. - ¿Qué hora es? – dice sucumbiendo ante mi mano
- Cerca de las 5 – cierra los ojos
- Por lo menos he dormido un par de horas – dice volviendo a pegar su cara a mi torso con un suspiro – Nunca dejes de hacer eso
- ¿Qué cosa?
- Las caricias en la espalda – mis comisuras se curvan
- Cuéntame tu historia – dice Alma con el mentón apoyado en mi pecho
- Uff...por dónde empezar. A ver... ningún hermano, padre abusador, madre dominada, infancia dura, criado en el ejército ¿La tuya?
- Dos hermanos fastidiosos, infancia de ymbryne, siempre llena de niños – encoje los hombros - ¿Alguna vez te conté que las ymbrynes se pueden convertir en pájaros?
- Creo que lo mencionaste una vez. Nunca te he visto hacerlo ¿En qué te conviertes exactamente?
- En un halcón
- Un halcón...
- Peregrino; garras afiladas, plumaje suave, aguda visión, grandes alas
Así pasamos unas horas, charlando de nuestro pasado y presente, hasta el momento en que los cierres de las carpas comenzaron a sonar, y las conversaciones llenaron el silencio.
- Voy a bajar primero, espera unos minutos y bajas tú ¿De acuerdo? – susurra Alma desde uno de los peldaños de la escalera, mientras se hace una coleta
- Buenos días jovencitos – saluda Miss Avocet desde el primer escalón con su bata de dormir. Alma cierra los ojos, susurra una grosería y se gira lentamente para darle la cara. Miss Avocet pasea su vista desde Alma hacia mí y viceversa un par de veces– ¿Durmieron juntos?
Escucho como Alma traga saliva. Miss Avocet espera su respuesta con los brazos cruzados, una ceja levantada y con lo que parece una sonrisa pícara semi oculta. Entrecruzamos miradas ¿Qué se supone que tengo que decir?
- Bueno...ya que ninguno quiere hablar voy a tomar eso con un sí ¿Me ayudan a hacer el desayuno?
Me imagino lo que debe estar pasando por la mente de Alma, es como si tus padres te encontraran haciendo algo indebido. Le doy un leve empujón para que salga de su estado de shock
Poco a poco la casa se fue llenando de conversaciones mientras servíamos el desayuno
- ¿Cómo estuvo la acampada?
- Exactamente como la imaginábamos Miss Peregrine; llena de historias de terror, comida, linternas y una que otra flatulencia – explica Emma
- ¿Ninguno volvió a la casa? – pregunta ahora en dirección hacia Miss Avocet, que niega con la cabeza mientras mastica una rebanada de pan
- ¿Sintió algún ruido extraño? – pregunto. Alma, que se encontraba justo tomando té, se atora y dirige unos desorbitados ojos hacia mí.
- No, dormí como un tronco
- Hugh ¿Puedes ayudarme a sacar los platos? – dice Alma mientras amontona todos los platos de la mesa en una pila
- Por supuesto directora
- Chris ¿Puedes ayudar a los niños a desarmar las carpas? – asiento con la cabeza. Salgo de la casa y voy hacia una de las carpas que ya se encuentra casi desarmada por las rápidas manos de Fiona.
- Parece que no necesitas ayuda – digo cuando llego a su lado. Responde con una media sonrisa y apunta con los labios hacia donde Olive, Enoch y Millard intentan "desarmar la carpa" a tirones
- ¡Hey! Tienen que tratarla con más cuidado – los tirones cesaron para dirigir su atención hacia mí – primero deben separar todos los palitos que están sobre la carpa
Paso a paso van desarmando la carpa, hasta que finalmente se encuentra guardada en su funda. Los chicos se chocan las palmas y celebran por sus logros
- ¿Qué le sucede a Enoch? – pregunto cuando veo a lo lejos un pijama de seda apoyado en un árbol. Su mirada se cruza con la mía y sé que algo no anda bien
Camino el espacio que nos separa con paso regular mientras pienso en las millones de posibles inconvenientes
- Enoch ¿Estás bien? – su cabeza gacha se levanta y un melancólico brillo aparece en sus ojos - ¿Qué te pasa? – me siento a su lado
- Anoche no dormí muy bien
- ¿Tuviste una pesadilla? – baja la mirada hasta donde frota sus nudillos con rudeza
- ¿Cuándo nos ibas a decir que te vas a la guerra?
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Miss Peregrine y el extraño
FanfictionMiss Peregrine la madame más querida por los peculiares habitantes de una pequeña isla... ¿Qué hubiera pasado si la historia fuera distinta?¿Si hubiera llegado un militar que hubiera descubierto que no era normal? ¿Qué pasaría si ese militar hubier...