Capítulo 34

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- Otra vaso por favor – le digo al barman con la lengua enredada mientras levanto el brazo con el vaso vacío

- Enseguida – no levanta la mirada, sigue secando con esmero una copa

Estoy sentado en la barra de un oscuro bar, llegue hace más de tres horas y aún sigo con un millón de pensamientos rondando por mi cabeza, la mayoría pesimistas

- ¿Qué estamos celebrando? – dice un hombre cuando apoya pesadamente su mano en mi hombro. Es Dylan

- Más bien qué NO estamos celebrando

- ¿Estás bien? – dice cuando nota que mi lengua se enreda dentro de mi boca - ¿Hace cuánto tiempo que llegaste aquí?

- No lo sé, cómo tres horas – digo refregándome los ojos

- ¿Qué pasó? – dice sentándose en el taburete continuo al mío con una cara de preocupación

- Ahora soy una de las piezas más importantes del ejército Alemán – miro hacia adelante, como si le estuviera hablando a la pared, y trato de no moverme mucho para que el mareo no incremente

- No...no entiendo – dice acercándose más a mí, pidiendo una explicación. En ese justo momento el barman deja otro vaso de whiskey frente a mí

- Brindemos – digo con una sonrisa y en un tono más alto de lo normal con el vaso alzado – por mi maldito destino – tomo todo el líquido de un tirón. Bajo el vaso estruendosamente a la barra y me seco la boca con la manga - ¡Otro!

- ¡HEY! – dice Dylan zarandeándome por los hombros desencadenando que toda la habitación gire sin cesar. Me suelta para tapar con una mano la boca del vaso, para frenar al barman – No necesita más – dice en un tono pesado – Chris dime que pasó

- ¿Qué pasó?... ¿Qué pasó? – digo rascándome la barbilla - ¡Ah! Ya me acordé... - cierro los ojos y bajo la cabeza tratando de detener el movimiento de mi alrededor

- ¿Cuántos vasos lleva? – le pregunta al barman. No alcanzo a escuchar la respuesta porque mis pensamientos afloran nuevamente ¿Cómo se lo dirás? ¿Qué vas a hacer?

- Hey – dice Dylan tomándome con fuerza de un brazo sacándome de mi trance - ¿Qué pasó?

- Lo que pasó mi querido amigo es que me acaban de promover ¡Ahora soy el MAYOR Häusser! – me mira con el entrecejo fruncido – lo que implica que en dos o tres semanas estaré viviendo nuevamente la guerra en carne y hueso – Dylan pestañea un par de veces y se lleva las manos a la cabeza

- Por Dios... ¿Qué vas a hacer?

- ¡NO LO SÉ! – golpeo la barra con los puños logrando que todas las miradas del bar se vuelvan hacia mí – no lo sé... - digo casi en un susurro

- Mira, sé que es una situación difícil

- ¡¿Difícil?! JÁ

- ¡Deberías estar pensando en una solución! ¡No emborrachándote en un bar! – se levanta del taburete, giro la cabeza hacia la muralla, sé que tiene razón – tienes que pensar en algo rápido

- Lo sé, lo sé... - suspiro. Dylan se deja caer pesadamente en el taburete, apoyando los codos en la mesa y sosteniendo su cabeza

- Alma no resistirá otra pérdida – dice en voz baja, más para sus adentros que para mí

- ¿Otra? – pregunto extrañado

- Hace un par de meses Alma se enteró de la muerte de uno de sus amigos más cercanos

- ¿Cercanos? – frunzo el entrecejo. Dylan gira en un segundo su cabeza hacia mí

- ¡No es momento para ponerse celoso Chris! – cierra los ojos, peina su bigote y se vuelve a sentar – Odio el alcohol... Bueno prosigo – dice abriendo lo ojos – Jacob ¿Sabes quién es Jacob verdad? – asiento con la cabeza – Jake es el nieto de un peculiar que desde hace mucho tiempo conocía a los peculiares y a Miss Peregrine, pero por iniciativa propia se fue a vivir al mundo cotidiano, prometiéndole a todos que les escribiría y los visitaría de vez en cuando...esto sucedió solo un par de veces en su larga ausencia. Luego, hace un par de meses, cuando llegó Jake, nos enteramos que Abe había sido asesinado por un hueco... - un momento de lucidez mental me afecta, quitando, por unos breves segundos, los aun leves síntomas del alcohol. Me mente deja suspendida su última frase "Asesinado por un hueco". No sé si es el desconcierto o los efectos del último vaso de whiskey que comenzaron a hacer efecto, pero los objetos comienzan a difuminarse, el taburete se hace inestable, los ruidos se sienten lejanos y mi cuerpo se tambalea tras perder su centro de gravedad, haciéndome caer de bruces en la barra 


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Miss Peregrine y el extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora