Capítulo 50: Alma Lefay Peregrine

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Unas horas antes

Con calma poso mi mano en mi vientre para tomar aire. Abro el grifo, junto agua con mis manos y mojo mi rostro. Mi reflejo me muestra unas tenues ojeras

- ¡Directora! ¿Qué hacemos con Olive? - dice una voz traspasando la puerta del baño

- Pásenle sus zapatos. Que se ponga uno a la vez para que no caiga como un yunque como la última vez ¿sí?

- Necesitamos brazos más largos – suspiro

- ¿No está Miss Avocet?

- Está ayudando a Fiona

- Salgo en un segundo

Abro la puerta y la cara colorada de Hugh me mira

- Vamos

- Toma mi mano – le digo a Olive mientras le estiro la mano. Una cuerda se aferra a su cintura y la mantiene unida a Bronwyn en el suelo

- No alcanzo

- Balancéate un poco

- Eso es – exclamo cuando logra acercarse – Hugh pásale su zapato por favor – Olive con la mano libre toma su zapato y se lo pone. Un pequeño tirón hace que baje un par de centímetros – bien, ahora ponte el otro – Hugh vuelve a estirar el zapato y el proceso se repite, pero esta vez, en cambio, no es solo un tirón sino una fuerza que arrastra a Olive hacia el suelo

- ¿Bajamos? – dice Hugh desde mi espalda

- Sí, creo que hemos terminado – bajamos las escaleras y nos vamos hacia donde los chicos ayudan a Olive a sacarse la cuerda - ¡Bien hecho chicos! Hemos terminado la limpieza ¿Alguien tiene hambre? – manos alzados y vítores dan un sí rotundo

Los chicos empiezan a sentarse poco a poco a la mesa luego de haber ido a lavarse las manos. Empiezo a contar con el dedo índice uno por uno hasta que llego a dos espacios vacíos

- ¿Dónde está Millard? – digo mirando el pequeño reloj que siempre tengo en un bolsillo

- Lo vi alejarse con Miss Avocet – comenta Fiona

- ¿Sabes por qué?

- Creí escuchar mi nombre – dice Miss Avocet caminando hacia la mesa mientras se saca su sombrero

- SÍ ¿Sabe dónde está Millard?

- Sí. Estaba jugando a la pillada con Horace y Claire. Se cayó y me dijo que se rasmilló uno de sus codos y rodilla. Fue un poco difícil creerle en un principio porque...ya sabes, es invisible. Dijo que quería ser atendido por el capitán, así que lo llevé a la playa – sonreí, creo que ahora no soy la más importante para los niños

- Bueno...deberíamos empezar a comer, Millard comerá más tarde supongo

- Miss Avocet en cualquier momento va a empezar a atardecer y Millard aún no llega ¿Cree que esté bien?

- Creo que sí – asiento mientras miro hacia el bosque esperando ver alguna rama correrse o escuchar alguna quebrándose

Pasaron veinte minutos y todavía no vuelve. Salgo al porche y me acerco a Miss Avocet que vigila a los niños tranquilamente en una silla

- Iré a buscarlo. No me tardo

- ¿Irás en bote?

- No, iré volando. Desde las alturas tengo mejor vista

- Suerte

Cuando voy llegando a la playa me fijo en unos zapatos que se marcan en la arena

- ¿Millard? – las pisadas se detiene

- ¿Miss Peregrine?

- ¿Dónde has estado? Estaba a punto de ir a buscarte

- Lo siento, se me ha hecho tarde. Estaba con Chris. Me he caído y lo he ido a ver

- Sí, eso ya me lo dijo Miss Avocet – me quedé mirando hacia donde se supone que está Millard - ¿Cómo está Chris?

- Creo que eso debería decidirlo usted ¿Por qué no lo va a visitar? Creo que necesita desconectarse un momento

- No es mala idea...pero primero te llevo al hogar

- Me sé el camino de memoria no se preocupe, yo la excuso con los chicos y Miss Avocet

Espero en la arena hasta que las pisadas se pierden y unas ramas se abren por arte de magia. En ese momento me concentro y abro las alas




Y así fue como se inició el descubrimiento de la verdad

Un capítulo corto, lo sé :(

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¡Los amo!

Miss Peregrine y el extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora