Capítulo 19

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- Justo a tiempo capitán - dijo Kate mirando su reloj al tiempo que yo cerraba la puerta de la enfermería - Sáquese las prendas superiores y siéntese en la camilla por favor - Así lo hice - ¿Tuvo alguna molestia?

- Ninguna - respondí mirando el rojo carmesí de sus labios mientras me sacaba mi empapada ropa

- Excelente - dije dándose vuelta mientras estrujaba una botella plástica sobre un trozo de algodón - Esto es alcohol, así que puede que arda un poco

Era la segunda vez que una mujer me tocaba hoy, pero extrañamente no sentí ningún escalofrío o piel de gallina cuando la enfermera posó sus enguantadas manos en mi torso.

- Afuera está lloviendo muy fuerte

- Cómo nunca antes había visto. Apenas quedé sin la protección de un techo quedé totalmente mojado

Mientras hablábamos pasó una y otra vez el algodón por la zona, examinó de cerca el estado de mi herida y me colocó un parche nuevo

- Listo - dijo sacándose los guantes - ¿Fue muy terrible?

- No, pero aun así quiero la paletita de consuelo-dije vistiéndome nuevamente

- Eso es solo para los niños capitán - dijo riendo - el corte está mejorando. Aun así tiene que volver mañana a la misma hora...y si llega puntual quizás tenga un dulce para usted

- Mañana nos vemos a las ocho en punto. Gracias

- No hay de que capitán - Kate me agradaba, era una buena persona

Me fui a mi habitación y me cambié de ropa. Eran las 8: 20 de la tarde, demasiado temprano para quedarme en ella.

Recorrí la avenida principal atestada de gente volviendo de sus trabajos a paso tranquilo. Al igual que la primera vez soldados alemanes custodiaban cada esquina de la calle con sus rifles colgando de sus hombros. Ya sé que los alemanes tienen fama de ser fríos y duros, pero la verdad es que, al igual que me pasó a mí, son costumbres adquiridas en el entrenamiento. Estar de pie durante horas escuchando a un superior hablar sobre la gloria de Alemania y del Führer moldea la cabeza de los más débiles, haciéndolos en una más de las muchas piezas para la guerra. Las personas que no tiene un criterio formado, los que no han recibido educación, esas son las personas más peligrosas, no tienen miedo de apalear a alguien hasta la muerte o de humillar a una persona por tener diferentes creencias, o por solo tener un color de tez distinto. Afortunadamente para mí esos discursos de la grandeza de mi país no me importaban mucho. Por la única razón por la que aguantaba esas horas y horas de "lavado de cerebro" era porque era mejor que estar en casa.

Afortunadamente para mí dentro de mi escuadrón - el que tenía a cargo - solo había un par de sin cerebros, como me gustaba llamarlos. Pero tras una charla de cómo funcionarían mis órdenes y de los castigos que tendrían al abolir cualquiera de ellas los podía despabilar un poco. A diferencia de mí había capitanes, generales e incluso sargentos que estaban completamente obsesionados por la raza pura.

Gracias a Dios que solo tuve un solo incidente que le sirvió de ejemplo a todos; era un día nublado en Múnich y yo me encontraba con mi escuadrón haciendo guardia a la que anteriormente había sido nuestra base. En una casualidad una mujer, que venía de una feria cercana, dejó caer su bolsa frente a uno de mis soldados (creo que su apellido era Jones). En cuanto la última manzana rodó hasta los robustos bototos de Jones un silencio se había apoderado del lugar. Todas las miradas de las personas que circulaban a esa hora en la calle se dirigieron hacia el incidente. Lamentablemente para la señora, y después para Jones, una de las manzanas estaba machucada, por lo que al tocar sus zapatos del soldado esta dejó un líquido sobre la lustrada superficie. En ese momento el tenso aire del ambiente se podía cortar con un cuchillo. Sabía cómo esto iba a terminar. Di las zancadas más largas que mis piernas me permitían, llegando justo al momento para detener la mano de Jones, que estaba a solo un par de centímetros de tocar una de las rosadas mejillas de la mujer. Sus ojos inyectados en sangre y se tensa mano se volvieron hacia mí.

Miss Peregrine y el extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora