Capítulo 33

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- Está, caballeros,- dice el coronel Ax en la cabecera de la mesa con las manos entrelazadas entre sí sobre la misma- es una reunión oficial con dos propósitos: la primera para iniciar una nueva batalla, esta vez en Inglaterra, y la segunda para promover a alguno de los uniformados que se encuentran sentados en esta mesa– Bunge, el capitán de las fuerzas aéreas y el responsable de la toma de esta zona y del bombardeo de la isla, se irguió del asiento con el pecho inflado y con una sonrisa. Es el candidato más obvio entre los que estamos presentes–. Como ya saben en la batalla de Francia nuestro Reich pudo conquistar el país junto con la ayuda de Italia, por lo que la atención se ha redirigido a Inglaterra, es por eso que necesitamos a lo mejor de lo mejor para atacar, primero por aire – dirigió la mirada hacia Bunge y luego hacia otro teniente que no tengo ni la menor idea de cómo se apellida – y luego por tierra – dirigió su fría mirada hacia mí. Los demás miran directamente al coronel –. Primero vamos a hablar de la idea principal de este ataque – explicó con un mapa colgado en una de las murallas del salón de reuniones, cuáles serán los puntos de más interés y cómo llegaríamos a ellos. Un nudo cada vez más grande se sentía en mi pecho, hace no más de dos meses estaba en Francia deseando con todas mis ganas que esa batalla terminara, y ahora que por fin encontré una familia y un propósito, tengo que volver a ponerme un casco, tomar un rifle y tratar de matar a la mayor cantidad de Ingleses que pueda... que linda es la guerra ¿no? Dirijo la vista hasta una de las ventanas y comienzo a imaginarme las promesas, las despedidas, los finales ¿Cómo se los diré?

- Häusser – vuelvo rápidamente la vista hacia el coronel - ¿Está prestando atención?

- Si coronel, estaba pensando que en resumen vamos a usar la estrategia de Blitzkrieg

- Exactamente. Eso, caballeros, será la estrategia usada por el ejército. Ahora... en cuanto a las fuerzas aéreas... - Recuerdo la sensación de quitarle la vida a un hombre, las expresiones de pánico cuando caen al suelo con una expansiva mancha roja en su cuerpo. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Aún recuerdo los rostros de mis víctimas, sus ojos suplicantes, sus manos temblorosas, de hecho han sido la fuente de mis más recurrentes pesadillas. Al principio, cuando estaba en Francia, los soñaba todas las noches sin excepciones, despertaba empapado en sudor y con la respiración alterada. No fue hasta que llegué a Gales que estas empezaron a ser menos frecuentes y finalmente, tras unos eternos 40 días en Francia, pude dormir de un tirón – Cuando los aviones se retiren las fuerzas terrestres a cargo de Häusser atacarán desde oriente a este, tratando de tomar Brighton. Esto comenzará en aproximadamente cuatro semanas, pero necesitamos todas las fuerzas disponibles antes, para que logren acomodarse – mira a cada uno de los hombres sentados en la mesa ovalada esperando preguntas –.

- Perdón coronel, pero creo que no comprendo cual es mi rol - hay algo que no me cuadra

- Encabezaras el ataque terrestre – dice como si fuera la cosa más común del mundo

- Pero... - el coronel alzó una mano para interrumpirme

- Ya sé a dónde va Capitán. Caballeros, con todos ustedes como testigos, quiero que conozcan al MAYOR Häusser, el encargado del ataque terrestre – Un silencio sepulcral seguido de un unísono ruido de cabezas girándose hacia mí inundo el salón. Bunge suelta un bufido con el entrecejo fruncido. La habitación comienza a dar vueltas sin control

- ¿Qué? – es lo único que puedo decir

- Así es, fuiste elegido por el comité por tu arrasadora campaña en Francia

- Pero si en Francia tenía solo un pelotón

- Imagínate lo que lograrás con todo un ejército – clavo la vista en la mesa...nose que pensar – bueno pasando a un tercer tema, les quiero informar que ahora me voy a una reunión en Francia para retocar los últimos detalles del ataque. Quien quedará a cargo del lugar será el que tiene mayor grado...o sea Häusser. Está concluida la reunión – Los chirridos de las sillas separándose de la mesa me saca del trance. Me levanto y me quedo de pie unos segundos sin poder asimilar lo que está pasando

- Deberías alegrarte hijo, ahora eres importante. Nos vemos en un par de semanas – dice el coronel Ax en forma de despedida mientras mete unos papales a su maletín – asiento pero ni siquiera lo miro. El coronel sale de la sala con un fuerte portazo, dejándome solo entre las más opresivas cuatro paredes que he sentido en mi vida ¿Ahora qué? 


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FELIZ VIERNES!! 

Miss Peregrine y el extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora