Veinte minutos antes de que sonara la diana me levanté en medio de la oscuridad mientras la suave luz del amanecer comenzaba a aparecer y me dirigí hacia la habitación de mi escuadrón. Treinta y dos hombres me miraron soñolientos desde sus camarotes cuando con una orden les dije que en cinco minutos debían estar afuera con sus trajes de deporte. Los bufidos de reproche llegaban desde distintos puntos por levantarlos más temprano de lo normal.
Cinco minutos después los mismos treinta y dos hombres estaban en short y polera formados frente a la salida de la base. Los alientos de cada uno formaban una nube blanca sobre sus rostros. Con frío y sueño los tiritones soldados me miraban con atención.
- En 15 minutos más toda la base estará despierta. Lamento haberlos despertado antes pero hay algo que quiero mostrarles. El frío no será impedimento para que mis soldados no puedan ver el mejor amanecer de sus vidas.
Y tras esa breve charla nos dispusimos a trotar hasta la playa. Las pisadas acompasadas sonaban bajo el asfalto de la avenida principal, y los pocos que ya estaban en pie se giraban a ver como un completo escuadrón pasaba con un ritmo perfecto.
- ¡Alto! - grité cuando estábamos llegando a una de las "esquinas" de la ciudad
Una extensa playa se prolongaba enfrente de nosotros, y también estaba el muelle más lindo que había visto en mi vida; de madera vieja, con faroles y bancas a los costados hacían a este muelle mi lugar preferido de paseo.
El sol había iniciado su salida, por lo que mi plan había funcionado
- ¡Rompan filas! - los solados se separaron y corriendo se disputaron los mejores asientos
Yo me dirigí, al que según mi opinión, es el mejor lugar para observar: la punta del muelle. Desde los desgastados tablones de madera colgaban mis piernas sobre el mar mientras los rayos del sol empezaban a entibiar cada parte de mi cuerpo que tocaban. Me quedé en esa posición hasta cuando el sol estaba completamente fuera y me dirigí hacia donde la mayoría de los soldados se encuentran. Treinta y dos caras me miran con sonrisas y un brillo especial en sus ojos mientras me arreglo la sudadera del uniforme de deporte.
- No ha habido ningún incidente con mis cadetes y esta - dije abriendo los brazos para aparcar todo el lugar - es su recompensa. - El que quiera revivir esta experiencia lo puede hacer, con la condición de que apenas el sol esté completamente afuera se dirija lo más rápido posible devuelta a la base ¿Alguna pregunta?
- ¿Nos acompañará capitán? - me preguntó James, el soldado que había saludado el otro día
- Trataré,pero no prometo nada. ¿Alguna otra pregunta? - silencio - Perfecto, es hora de volver ¡Formación!
Quince minutos más tarde todos los traspirados soldados rompían filas para ir a ducharse en sus respectivas divisiones. Yo estaba de camino a mi habitación cuando el coronel Ax me detuvo en un pasillo
- ¿Qué es todo esto?
- Es un premio, se lo han ganado
- ¿Y quién lo ha autorizado?
- Yo mismo - dije mirándolo fijamente a los ojos - según las órdenes yo puedo hacer lo que quiera con mi escuadrón
Un tenso silencio se formó entre los dos. La mirada del coronel Ax parece que puede ver mi interior.
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Miss Peregrine y el extraño
FanficMiss Peregrine la madame más querida por los peculiares habitantes de una pequeña isla... ¿Qué hubiera pasado si la historia fuera distinta?¿Si hubiera llegado un militar que hubiera descubierto que no era normal? ¿Qué pasaría si ese militar hubier...