Capítulo 8 Me gustas

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Ha pasado casi una semana y se puede decir que mi tobillo se ha curado casi completamente, Alexander dice que no debo correr ni saltar porque puede generar un daño mayor.

Me encuentro en la estancia de la casa viendo un programa de concursos en el televisor y comiendo un poco de gelatina, cuando Alexander sale de su habitación con una caja en las manos, la coloca a un lado del sofá junto a mi y apaga el televisor con el control remoto.

-¡Oye! Yo estaba viendo eso. Reclamé subiendo los pies al sofá y el me da un manotazo.

- No importa, quiero que veas esto. Contestó descubriendo la caja.

Un vestido rojo semicircular con un listón en la cintura y hecho de encaje con fondo de color piel, junto con unos zapatos que combinan perfectamente.

-¿No es un poco chico para ti?. Pregunté en broma y por un momento creí que me iba abofetear.

-No seas boba, tengo un evento está noche y quiero que me acompañes. Contestó rebuscando en la caja mientras que un trozo de gelatina se deslizó vertiginosamente por mi garganta provocando una tos. -¡Basta!. Dijo tronando los dedos frente a mi para que dejará de toser.

Estaba anonadada, Alexander nunca me llevaba a ningún lugar que no fuera el supermercado pero eso era cada mes. Sonreí.

-Toma esto. Dijo teniendo me un dije con una pequeña cadena color plata y lo tomé en mis manos para verlo mejor, era un pequeño corazón que cambiaba de color. -Era de mamá. Agregó encogiéndose de hombros. -No es valioso pero creí que debías tenerlo.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla y una sonrisa se extendió en mis labios.

Me lanzo a Alexander en forma de un abrazo pero al parecer el no se lo esperaba, así que ambos caemos al suelo, el con las manos extendidas hacía los lados de su cuerpo y yo encima, abrazada a su pecho.

-Gracias. Susurré y pude sentir como sus manos se colocaban en mi espalda para tratar de abrazarme.

Por un momento pude jurar que todo era perfecto, algo que había usado mi madre después de tantos años de tratar de preguntarle sobre ella a Alexander y el solo me decía que de ella no se hablaba, tenía algo que era más especial que palabras.

Después de tanto tiempo, ahora valía la pena.

-No fue nada, pero Dios quítate de encima que tengo cosas que hacer. Respondió empujando me hacía un lado y poniéndose de pie con una sonrisa que trataba de reprimir.

Una sonrisa verdadera, no de las que usualmente utilizaba para burlarse de mí, era real y hermosa aunque nunca la había llegado a apreciar por que la ocultaba.

-Ve a tomar una ducha y maquíllate o lo que sea que hagan las chicas, quiero que estés lista a las siete en punto y oculta esas marcas que te he dejado en la cara, de lo contrario me iré sin ti.

El vestido me quedaba un poco más arriba de la rodilla pero fuera de eso era perfecto y recogí mi cabello por completo en una cebolla por lo que le daba un toque de elegancia y seriedad pero aún así no cabe dudas que el mejor accesorio era el dije que Alexander me había dado.

Cuando llegamos al lugar en dónde se llevaría a cabo el evento era un gran edificio de color crema, hotel restaurante-bar "Walls", al llegar dejamos el jeep justo en la entrada en donde los empleados se encargaban de estacionarlo mientras nosotros abordamos un elevador.

-¿Qué clase de evento es?. Cuestioné enganchada del brazo de Alex.

-Es un evento de negocios, será genial, más genial aun cuando regresemos a casa y pueda dormir. Contestó mientras miraba el reloj.

RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora