Otra vez es jueves así que me he marchado de casa temprano para salir a trabajar ya que tenía programada una cita con un cliente pero cuando iba de camino a la oficina la cancelaron, lo cual me molesto pero de todas formas me ha dado tiempo de pasar al centro comercial y comprar un dije de cinco kilates en forma de corazón para regalarle a Lucy.
Subí por las escaleras automáticas a la segunda planta en donde está la ropa y una cafetería en donde venden unos postres riquísimos ya que no me ha dado tiempo de desayunar, he comprado un smoothie de frambuesa con chocolate y cacahuates, a pesar que es muy temprano hay muchas personas en el centro comercial desde amas de casa haciendo las compras para su hogar, hasta colegiales de pinta, generalmente paso de largo con las personas pero algo llama mi atención en uno de los aparadores de la tienda en donde se muestra un maniquí con una camiseta gris y jeans azules pero realmente no me interesa la ropa a través del cristal impecable sino la silueta que se refleja en ella, una figura femenina de cabello rubio atado en una coleta con una camiseta roja y habla animosamente con otra mujer que me parece familiar y entonces caigo cuenta que no existen muchas personas con melena pelirroja y las pecas en sus mejillas, la había visto en fotografías a lado de Sebastían y sino mal recordaba, su nombre era Olivia.
Entré en la tienda disimulando para ver las desde otro ángulo, ellas no se percatan de mi presencia y miro a mi alrededor para ver una carreola doble con mis pequeños, Sander esta dormido pero Skyler está despierta y por un momento parece que esta mirándome.
Al menos ella no es una tonta como su madre.
Espero viendo como ambas mujeres charlan animosamente mientras mirojean la ropa y Lucía toma un vestido de flores tras comentarle algo a Olivia ella entra en uno de los probadores, dejando a cargo de los niños a esta última quien le hace mimos hasta que una llamada telefónica entra en su móvil y parece no tener buena cobertura por lo que se aleja unos metros y continua observando las prendas y accesorios.
¿Qué se supone que debo creer ahora? ¿Se encontraron por casualidad y dejó a sus propios niños a cargo de una extraña? Por favor, era más que evidente que me estaba viendo la cara y no me contaba nada acerca de sus salidas con su amiguita. ¿Cuántas veces me había echado en cara que yo escondía algo cuando ella ni siquiera se molestaba en avisarme que saldría?.
No lo dude ni un segundo y me acerqué a los niños para tomarlos en los brazos pero era demasiado obvio que no podía salir andando de aquí con dos bebés en brazos, sería un tanto sospechoso así que solo tomé al niño aunque me dolía la cabeza de tan solo tener que pasar momentos a solas con él, no me agradaba y estoy seguro que el sentimiento era mutuo ya que al instante que lo tomé en brazos despertó y comenzó a llorar por lo que salí corriendo de lugar, una vez en la primera planta traté de caminar como cualquier otra persona que no llevará a un bebé en brazos sin autorización de su madre pero era mi hijo así que tenía tanto o más derecho que ella de llevármelo para dar le un escarmiento ¿no?.
Salí sin ningún problema del centro comercial, esto podía ser contraproducente pero no me podía quedar así.
Entré en el estacionamiento subiendo rápidamente en el coche y encendí el motor con el niño en brazos, en donde lloraba a grito abierto abriendo su boca para que sus pulmones se llenarán de aire y su llanto se escuchará estrepitosamente. Llamé a mi secretaría para pedirle que cancelará todas mis citas del día y colgué sin dar explicación alguna y poner el auto en marcha.
-Cállate. Ordené comenzando me a hartar de escuchar el llanto del niño tras conducir unas calles y detenerme en una luz de parada pero no me hizo caso.
Es un niño, no entiende.
Suspiré y subí el volumen de la radio balanceandolo sin dejar de contar los segundos para estar en casa y encerrarlo en una habitación para que su llanto fuera menor.
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RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETA
Non-FictionNuestros padres murieron hace ocho años. Él nunca me haria daño, porque soy su princesa. Él cuida de mi y nos mantiene a salvo. Él es un buen hermano. O por lo menos eso me obliga a decir. Si miras con atención tras la ventana de nuestra casa, sabrá...