Existen momentos en la vida en los cuales sientes esa euforia que te hace sentir viva, ese golpeteo en el pecho que te hace recordar como es sonreír sin aparentar, eso es él para mí, la magia que te hace soñar despierta.
La luz que no te deja caer en el vacío.
-Aquí están los waffles para la señorita. Pronuncía Alex dejando un plato con tres waffles frente a mi en la mesa del comedor para después sentarse frente a mí y compartir la mesa. -¿Sabes? Estuve pensando y creo que deberías ir a un colegio, de hecho hay uno en el norte de la ciudad. Dice bebiendo un poco de jugo.
-¿Hablas en serio?. Pregunté a punto de probar los waffles que Alexander había preparado.
-Claro, te he dicho que las cosas van a cambiar ¿no?, ¿Cómo quedaron los waffles?.
-Espantosos. Contesté en broma sabiendo que eran los mejores que había probado en toda mi vida. -¿Qué haremos mañana?.
-¿Quieres ir a algún lado?. Cuestionó frunciendo el seño.
-Mañana es tu cumpleaños ¿lo olvidaste?. Pregunté. -Tengo una magnífica idea, vamos al supermercado. Agregué poniéndome de pie y dejando los waffles a un lado.
-¿A esta hora?.
-Si, apúrate que tenemos muchas cosas por comprar.
○●○●○●
Cuando llegamos al supermercado, la noche estaba en su plenitud y había pocos autos en el estacionamiento, corrí dentro y tomé el primer carrito de compras que encontré, dentro coloqué harina para hornear un pastel y otros ingredientes según lo que decía en el reverso de la caja.-¿No es mejor comprar un pastel hecho?. Preguntó Alexander examinando todo lo que estaba dentro del carrito de compras.
-Calla y dime ¿tu color favorito?. Dije examinando los colores de betún para la cubierta del pastel.
-Este. Dijo tomando entre sus manos un frasco para cubierta de pastel color rojo. -¿Te molesta si voy a ver el departamento de ropa?. Preguntó señalando detrás de él un pasillo.
-Para nada, adelante ve. Contesté mientras repasaba todos los ingredientes para que no faltará ninguno. -Espera, dame dinero.
-¿Piensas hacerme una fiesta con mi propio dinero?. Dijo tratando de sonar sarcástico mientras sacaba unos cuantos billetes de su cartera y tenderme los. -Si te falta dinero búscame, no quiero que hurtes nada. Te veo en la entrada de la tienda ¿de acuerdo?. Preguntó y yo asentí guardando el dinero en los bolsillos de mis jeans. Perfecto, ahora solo tenía que comprar algo para decorar y un obsequio.
Papeles de colores, gorritos de cumpleaños y velitas decorativas para el pastel se sumaron dentro del carrito, hice una suma mentalmente del costo de todo, menos el dinero de Alexander y quedaba lo suficiente para un buen regalo.
¿Una camiseta? No, demasiado común. ¿Un reloj? Nunca. ¿Un suéter? Quizás.
Y entonces vi el regalo perfecto en uno de los aparadores del departamento de joyería, no era tan fino pero era increíble.
Caminé hasta las cajas mirando a la distancia a Alexander toqueteando la pantalla de su celular, después que la cajera empacará los artículos en bolsas nos reunimos en la entrada.
-¿Te ayudo?. Preguntó guardando su celular y sosteniendo una bolsa de compra con su mano izquierda.
-No, no puedes ver lo que compré. Dije caminando al estacionamiento.
-Déjame entender, gastaste mi dinero y no me puedes mostrar lo que compraste con él ¿cierto?.
Dijo abriendo las puertas del jeep a lo cual yo asentí. -Cómo sea, ya me lo pagarás.-¿Piensas en que busqué un empleo?. Cuestioné abrochando el cinturón de seguridad mientras que el motor empezaba a funcionar.
-No quiero tu dinero, sólo puedo aceptar que me pagues con cuerpomatic. Dijo y agradecí que fuera de noche para que no pudiera ver como el color encendía mis mejillas.
-Creo que deberás apuntar el crédito. Comenté tratando de dejarle en claro que no estaba segura.
-Quizás pero puedes ir quitándote la blusa. Comentó de una forma pícara pero a la vez firme mientras tenía la vista fija en la carretera.
¿Estaba bromeando?
-Estás conduciendo.
-Lo sé. Comentó dándome un vistazo rápido. -¿Tengo que detenerme a quitarte yo mismo la blusa?. Preguntó bajando la velocidad.
No, no, no.
-Pero... Traté de decir pero una de sus manos comenzaba a rozar mis piernas, subiendo por mi abdomen.
Miré su rostro, parecía serio pero era difícil descifrar por la oscuridad de la noche mientras que su mano era juguetona y cariñosa hasta que comenzó a tocar mis senos, apretando ligeramente pero conforme a la velocidad que viajabamos en la oscura noche, la intensidad fue subiendo.
-Joder, estás preciosa. Me susurró mientras que trataba de quedarme quieta ante su tacto. -Me encantaría follarte...
Me sentía emocionada pero a la vez me dolían los pechos.
-Alex... Yo... Creo que... No sé cómo decirlo, Por favor no te enojes pero ¿Puedes sacar tu mano de mi blusa?. Dije finalmente cuando me dió un pellizco y aunque tardó un momento en reaccionar finalmente lo hizo.
-Lo siento. Dijo entre una voz triste y enojada pero que trataba de sonar comprensiva.
Concentre mi mirada en el camino tratando de evitar ese mal rato, quizás el estaba progresando demasiado rápido o quizás yo era demasiado mojigata.
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RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETA
Non-FictionNuestros padres murieron hace ocho años. Él nunca me haria daño, porque soy su princesa. Él cuida de mi y nos mantiene a salvo. Él es un buen hermano. O por lo menos eso me obliga a decir. Si miras con atención tras la ventana de nuestra casa, sabrá...